Alejandro Sierra Sierra. Profesor de Economía de Secundaria.- Las conclusiones extraídas en el último informe PISA señalan las carencias en el conocimiento de los conceptos financieros más básicos entre nuestros estudiantes ya que uno de cada cuatro es-tudiantes de quince años, fracasa en la consecución de los objetivos planteados.
Y si bien, existen carencias ya desde hace años en Lengua o Matemáticas, en conocimientos financieros también las hay, y no por ello debe iniciarse confrontación alguna sobre la necesidad o no de algunas dis-ciplinas. Todo suma y todo lo que suponga una mejora en la cultura de nuestros alumnos, debemos defenderlo sea desde el punto de vista humanístico, social, económico. Y para ello hay que dejar a un lado los debates ideológicos o políticos, que algunos colectivos aprovechan en algunos medios, para asociar determinadas enseñanzas con determinado sesgo ideológico. La Educación debe ir por un lado y la Política por otro.
Entrando en materia, creo que la mayoría de ustedes coincidirán conmigo, que existen en general, tanto entre los estudiantes como entre la población adulta, carencias evidentes en aspectos tan fundamentales como son, por ejemplo, conocer nuestros derechos como trabajadores, interpretar una factura o llegar a comprender las condiciones que aceptamos cuando firmamos un préstamo o contratamos un producto de inversión. Tenemos evidencias cada día de la existencia de estas carencias y de sus nefastas consecuencias. ¿Cómo se explica que una familia tuviera sus ahorros invertidos en su mayoría en acciones del Banco Popular? Por qué decenas de miles de inversores compraron en su día preferentes sin leer siquiera el contrato?
Y por ello estos conocimientos, son tan importantes como saber hablar con propiedad o conocer la historia contemporánea de nuestro país, ya que nos servirán para evitar los abusos de aquellos que tratan aprovecharse de la ignorancia del consumidor o del empleado, y para que podamos comprender la información de actualidad sobre los hechos económicos y financieros, pudiendo así ejercer con responsabilidad nuestro papel como ciudadanos en democracia, ya sea partici-pando en las instituciones o ejerciendo con criterio nuestro derecho a voto.
El profesorado conoce bien su trabajo y sabe que su función consiste en proporcionar entre mu-chos de los contenidos de carácter económico que día a día enseña, también esos conocimientos financieros siempre desde la objetividad, la tolerancia y el respeto a las ideas de cada uno fomentando la actitud crítica y participativa, analizando siempre varios puntos de vista.
En definitiva, considero que ni la historia, ni la filosofía, ni la Lengua Castellana y Literatura, ni la Economía tienen como tales, sesgo ideológico alguno y los profesionales de la enseñanza somos eso, excelentes docentes que explicamos nuestras materias evitando entrar en juicios de valor, porque es el alumno el que debe decidir y forjar su personalidad, sus ideas. Enseñamos desde la libertad de pensamiento y por ellorechazamos la actitud de aquellos grupos que se dedican a hacer política utilizando la educación, enfrentando a unas materias en contra de otras buscando la identidad ideológica de unas en contra de otras, cuestión absurda que algunos tratan de manipular en beneficio propio, en beneficio de más horas para sus materias. Las Matemáticas ayudan a la Economía y viceversa, la Economía a la Historia, la Filosofía a la Economía, la Economía a la Filosofía, la Historia a la Lengua… Todo se complementa, nada es prescindible. Seamos obje-tivos y evitemos la encasillar las materias para sacar unrédito, sea del tipo que sea.