Hace unos días, en los jardines del Prado de Ciudad Real, el jiennense José Flores recibe el aplauso del numeroso público asistente a la final de la VII edición del Slam Poetry España y se convierte en ganador con “Los huesos que quedan por desenterrar de las cunetas de nuestra memoria”. En Micr.es (11.6.2017) se explica que son unos versos hilados a través de la historia de dos jóvenes y sus abuelos, con un vehemente alegato como conclusión: “Abrid una fosa y abrid otra puta fosa, cerrad esta herida y devolvedme su honra porque no podéis devolverme su vida”.
En España se produce una especie de pacto de silencio sobre la cuestión durante la Transición. No obstante, poco después de la muerte del dictador, como ha estudiado Paloma Aguilar, familiares de fusilados republicanos exhuman sus restos para trasladarlos a cementerios, sobre todo en Extremadura, La Rioja y Navarra (tintaLibre, mayo de 2017). Escribe la autora que “los curas y alcaldes progresistas, muchos de ellos descendientes de represaliados, resultaron esenciales para organizar esta iniciativa”.
Pero hasta el año 2000 no se pone en marcha la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, con el sociólogo y periodista Emilio Silva Barrera a la cabeza, que ha publicado, junto a Santiago Macías, el libro Las Fosas de Franco: los republicanos que el dictador dejó en las cunetas (diversas ediciones a partir de 2003). Su objetivo principal es la búsqueda de víctimas de la represión durante la Guerra Civil Española y la Dictadura franquista, cuyos cuerpos, habitualmente enterrados en fosas comunes, no pudieron ser recuperados por sus familiares. Los hijos de las víctimas callaron, por miedo o por la presión mediática y política, pero los nietos continúan desde el comienzo del siglo XXI un proceso iniciado levemente en los primeros años de la Transición, antes del golpe de Antonio Tejero Molina.
Existe un Mapa de Fosas, del Ministerio de Justicia, todavía incompleto. Los datos proceden de diferentes asociaciones privadas y diversas administraciones: central, autonómica (como Andalucía, Aragón y Asturias, comunidades con mayor número de fosas identificadas) o municipal. La base de datos no se actualiza desde 2011 −cuando el PP regresa al Gobierno−, año en que se paralizan las actuaciones relacionadas con la ley de Memoria Histórica y se cortan las ayudas para búsquedas y exhumaciones. En total, los datos del Ministerios están en torno a 120.000 víctimas, repartidas por 2.591 fosas en toda España.
Francisco Etxeberria Gabilondo, prestigioso profesor de medicina legal y forense, es una de las personas que más trabaja en el proceso de recuperación. Hace poco más de un año declara que ha exhumado 400 fosas y recuperados más de 8.500 esqueletos en dieciséis años (ctxt, Público, 20.4.2016). Se introduce la entrevista con la siguiente presentación: “Capaz de demostrar que Salvador Allende se suicidó. Ahondar en la hipótesis de que a Pablo Neruda le mataron inoculándole gérmenes patógenos. Propiciar con una investigación la identidad de los autores de los tiros a Víctor Jara, quien cantaba ‘la vida es eterna en cinco minutos’. Identificar los huesos enterrados en cal de las primeras víctimas del GAL: ‘Caso Lasa y Zabala’. Recuperar más de 8.500 esqueletos de asesinados fuera del campo de batalla y enterrados en fosas comunes durante la Guerra Civil o recoger el estremecedor testimonio de mil torturados en la España democrática”.
Ya se sabe que España es el segundo país en el mundo, después de Camboya, con más fosas comunes. Como aquí se hace muy poco al respecto, se abre la Querella argentina, aunque las autoridades españolas se niegan a cooperar con la justicia de aquel país, que investiga los crímenes de derecho internacional cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo. Es más, según el último informe de Amnistía Internacional, una circular fechada el 30 de septiembre de 2016 de la Fiscalía General del Estado da instrucciones a las fiscalías territoriales para que se opongan a cualquier investigación judicial solicitada desde Argentina, argumentando que los crímenes en cuestión, que incluyen desapariciones forzadas y tortura, no pueden investigarse de acuerdo con la Ley de Amnistía, entre otras, y debido a la prescripción de los delitos.
Por otra parte, las recomendaciones de la ONU, según diversos informes, son ignoradas sistemáticamente por los gobiernos españoles: “Adoptar todas las medidas necesarias, incluso legislativas, para asegurar que las desapariciones forzadas no sean crímenes sujetos a amnistía, en particular derogando la Ley de Amnistía de 1977. Adoptar todas las medidas necesarias para garantizar que todas las autoridades nacionales, incluso el poder judicial, reconozcan la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad” (Informe alternativo presentado al Comité contra la Desaparición Forzada en vista del examen del informe de España durante la 5ª sesión del Comité, 4 a 15 de noviembre de 2013).
Y es que en España hay un problema, aunque las instancias oficiales ignoren a víctimas y familias. Resumiendo con una frase esa actitud puede decirse que ni se investiga ni se deja investigar. Dan Hancox escribe hace unos meses en el diario New York Times (9.12.2016), en una tribuna abierta cuyo título sirve para encabezar este artículo, que aumenta el clamor social para que las víctimas sean reconocidas y que la situación puede estar cambiando. El periodista afirma que España, a diferencia de otros países, no ha ajustado cuentas con su pasado, porque, pese a las reclamaciones de amplios sectores de la sociedad civil, los políticos se escudan en aquello de mirar al futuro y no generar divisiones. Pero Hancox afirma que la premisa es falsa y que el país ya no puede escapar de su pasado.
El artículo comienza con el recuerdo de una frase de Federico García Lorca, escrita en 1933, sólo tres años antes de su asesinato: “en España, los muertos están más vivos que los muertos de cualquier otro lugar del mundo” y resalta que en los años recientes, por el impulso de la sociedad civil, el clamor para reconocer a los desaparecidos y conmemorar a estos “fantasmas” ha crecido con fuerza.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
Está claro, algunos siguen empeñados en matar a la derecha y a la media España que no los quiere. Está por ver si la otra media está de su parte.
Recuerde el articulista, por favor, a quién se liberó gracias a la ley de admistía de 1977, y lo que hicieron los admistiados cinco minutos después de salir de la cárcel. Matar. Eso también es memoria histórica.
He escuchado estos días que los españoles no valoramos la democracia que disfrutamos porque no hemos luchado como otros pueblos por conseguirla, porque nos ha salido gratis. No estoy de acuerdo. Yo creo que el problema radica en que, a diferencia de otras naciones, los españoles no hemos padecido una auténtica dictadura. Si en el 34, o tras el pucherazo del 36, hubiera triunfado el golpe de estado de la izquierda española, y hubiéramos padecido un régimen soviético, comunista y totalitario durante cuarenta años, sabríamos lo que vale la democracia que tenemos, valoraríamos la Transición, sabríamos realmente el precio de la libertad.
Enróllese la nariz o póngasela bajo el brazo, se le podría caer
«Que no hemos padecido una auténtica dictadura». Hombre, hombre. Lea un poco más. No se ponga al nivel del articulista y su sectarismo con esa España de buenos y malos de novelita barata. Los primeros años tras la guerra fueron carniceros. Lea, no se ponga al nivel de estos que leen pero a los que sus prejuicios no les dejan entender nada con cierto sentido común. Necesitan sentirse bien moralmente y se inventan las mentiras pero si se busca una cierta objetividad no se deje llevar por el otro extremo. No se ponga a su altura.
Le acepto la enmienda, peterot. Los primeros años después de la guerra fueron duros, y no sólo por actitud del régimen franquista con aquellos que se empeñaron en llevarnos a la guerra: bloqueos comerciales y criminales de las potencias vencedoras, escasez, hambre… Pero mire cómo dejo España Franco y cómo quedaron las «democracias populares» tras el invierno comunista. Pero insisto, peterot, no padecimos una auténtica dictadura sin propiedad privada, sin libertad de circulación, sin la más mínima libertad y dignidad individual. Eso es así con independencia de lo mucho o poco que haya leído. En la maldad, también hay grados.
De verdad, repásese lo que es una dictadura. Se refiere a derechos y libertades políticos, pluralismo, división de poderes. En la Alemania nazi había propiedad privada y según usted dignidad individual. Claro, siempre que estuviera callado y no se le ocurriera escribir. Lea se lo digo en serio.
Y por cierto, peterot, aceptamos mansamente la versión de que los juzgados tras la guerra eran víctimas inocentes. Es la papilla que con la que hemos crecido. Pero entre esos ajusticiados, que por lo menos tuvieron juicio, abundaban criminales y asesinos de la peor ralea. Gentuza culpable de los más terribles crímenes. Le recuerdo, pues algo he leído, que en la ley de memoria histórica, Biblia de estos bienhechores, a los etarras se les considera «personas fallecidas en defensa de la democracia» y se otorga a sus «beneficiarios» una indemnización de 135.000 €.
¿Le parecen los inquilinos del Valle de los caídos «por Dios y por España» caídos «en defensa de la democracia”
Lo fueron los tambien los que cayeron por formar en España una República bolchevique?
Por demás, en la atención exclusiva que le ocupan los asesinos asesinados (y no existe documentación de que lo fueran, salvo sus prejuicios) se ve lo poco que le preocupan los inocentes que también lo fueron (y por algo dice la justicia -que entonces no la había ni se la hicieron- que «todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario». ¿Dónde están los jueces que autorizaron esos fusilamientos? ¿O tenían los mismos prejuicios que un «inocente» como usted?
A lo mejor lo los mataron con una denuncia tan anónima y cobarde como su nombre: «Censor». Siempre nos han sobrado censores y nos ha faltado libertad.
Tribunales militares y Chekas, tanto monta…
Pero los militares hicieron posibles las chekas y los tribunales militares, hipócrita.
Eres un ignorante, Stalin mandó a agentes de la NKVD a España (Orlov) para que los demócratas del Frente Popular organizarán la represión política.
Los asesinatos (Calvo Sotelo), quema de iglesias y falseamiento de los resultados electorales ya empezaron antes del 18 de julio.
IGNORANTE.
También había jueces (legales) y leyes para juzgar esos crímenes antes de la que los suyos se las pasaran por el militar culo, nene. Y de la justicia «es» de lo que hay que hablar¿Capisci?
La confianza que tienen en la justicia civil Podemos que quiere elegirla desde el ejecutivo, y los venezolanos son llevados a la Justicia militar.
Los bolcheviques su justicia particular siempre. Ellos tan demócratas.
El único fantasma serio es el odio.
Ayer un comentarista me dijo que si mi abuelo, que fue internado en un campo de concentración franquista, supiera que era de derechas se removería en su tumba.
Mi abuelo no habló de política aunque siempre fue socialista. Recuerdo que repetía que una guerra debe evitarse a toda costa. Vio barbaridades en uno y otro bando.
Yo no heredé odios.
Si mi abuelo hubiese estado en una fosa, la familia hubiese querido recuperar sus restos y enterrarlo dignamente. ESO ESTÁ BIEN y es JUSTO.
Pero está bien heredar un odio basado en la simplificación de lo que pasó en la Guerra Civil???
Porque una guerra es terrible, y más si es civil. Y en una guerra la línea entre buenos y malos no es clara.
Muchos de los que hacían la guerra en retaguardia eran criminales, presidiarios y fanáticos. Cobardes todos porque lo que no querían era ir al frente (Manuel Chaves Nogales lo escribió con maestría en A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España).
Hay que sacar de las fosas a quien está en ellas, y hay que revisar de forma crítica lo que realmente pasó.
Mi abuelo no se remueve en su tumba porque yo no sea de izquierdas, mi abuelo tenía razón. Una guerra se debe evitar a toda costa. Y criminales los hay en uno y otro bando. En general los cobardes pueden llegar a ser los más peligrosos.
No lo entiendo, el verdadero fantasma es cómo pueden heredar los hijos y nietos un odio que enterraron los supervivientes de la guerra.
Por qué si no los españoles transitaron pacíficamente hacia la democracia. Porque enterraron ese odio.
Desenterrar fosas está bien, pero odios, es algo muy peligroso y maligno.
Nada el.dinero a desenterrar a gente en vez de dedicarlo a los vivos y darnos trabajo y mejor calidad de vida.
Excelente mierda de comentario…. Que poca Luzzzzz has demostrado, ya no te digo sentimientos ni corazón… Me alegra por otra parte que tu no estés buscando a tus familiares asesinados por las cunetas,… Piensa un poquito .
No estaría mal dar algo de trabajo desenterrando muertos; también así se aprende algo. Como no se aprende nada, aunque tal vez se gane algo, es lamiendo el culo a un pepero.
Los peperos no son tan odiosos como los extremistas de izquierda.
Los votantes todos, hasta los podemitas no activistas, merecen respeto.
Das asco.
Ojalá y el caso de Timoteo Mendieta sea el inicio de los trabajos para que TODOS los españoles que fueron fusilados en la Guerra Civil tengan una tumba digna.
Con Franco lo fueron los fascistas, como los de Paracuellos. Con la llegada de la Democracia, los políticos de UCD, PSOE y PP tuvieron las desvergüenza de olvidar a los más de 100.000 que aún siguen ahí.
Ya va siendo hora. Y a quien le joda, que se vaya a Corea a que le den.
Que haya que explicar lo que es natural, no deja de tener bemoles. El día en que se den cuenta de que es tan natural y legítimo que los padres de Marta del Castillo deseen fervientemente encontrar los huesos de su hija como que una hija nonagenaria quiera encontrar los huesos de ese padre que le arrebataron cuando era una niña, despreciaremos a fantoches como Rafael Hernando. Por suerte, hay nietos que abrazan con entusiasmo el anhelo de sus abuelos y eso no hay quien lo pare. Chicos con apenas 20 años se están recorriendo aytos. de la provincia para escrutar registros de sus cementerios. Lo solicitan con una educación exquisita y, a veces, no pueden reprimir la emoción.
Yo tengo un tio abuelo en una fosa, murió en la batalla del Ebro en el bando republicano.
Él computa como represaliado franquista?
Él no era especialmente de izquierdas, pero le tocó alistarse obligatoriamente. Es lo que ocurrió en la mayoría de los casos. Porque parece que aquí el que iba a la guerra iba voluntario y convencido ideológicamente con su bando.
UN EJEMPLO, en la provincia tenemos a un chico cuya beatificación se está preparando, y es Siervo de Dios: ISMAEL DE TOMELLOSO. Y fue soldado hasta el final (encarcelado por los franquistas) del bando republicano.
La mayor parte de la gente va a obligada a la guerra, y va al bando que manda en su territorio.
A mí que me expliquen si es fácil distinguir un crimen político (un fusilamiento en retaguardia) de un acto de guerra. Y si es un acto de retaguardia, cómo saber si el que apretó el gatillo era de tu bando o del otro. Porque con los anarquistas y los del POUM los estalinistas se ensañaron.
Vale, vamos a los datos de después de la guerra, a cuántos condenó a muerte el régimen, y a cuantos como a mi abuelo, acabó sacando de la cárcel porque no estuvieron involucrados en crímenes de retaguardia, no eran señalados políticos del Frente Popular, o tuvieron padrino para salir de la cárcel. Y cuántos retornaron en tiempos de Franco del exilio.
Lo único lamentable es la falta de justicia con los criminales destacados del franquismo. Hubo pacto, yo no te proceso por los crímenes de Málaga (Arias Navarro fue carnicerito de Málaga) ni tú por los de Paracuellos (Santiago Carrillo).
Yo tengo otro tío muerto en la Batalla del Ebro, y me da vergüenza leerle a usted.
Mi tío abuelo no quiso ir a la guerra. Quizás su familiar sí…o no.
Sin quizás: no.
Tampoco muchos otros querían una dictadura bolchevique. Las actas electorales del 36 fueron falseadas por el Frente Popular.
Porque aquí uno se deja sólo si le gusta…
Si no…resistirse a la violación es más que comprensible.
Y recuerde usted al más del doble de muertos que en Parcuellos «de izquierdas», que tanto da, como hubo solo en Córdoba nada más declarada la ejecución de España por parte de la derecha militar. Una derecha a la que hay que imputar no solo los muertos de la izquierda, sino de la derecha: sabían lo que iba a pasar y les daba igual, con tal de defender los intereses del banquero March (que de Marx no tenía nada) y las nóminas de los militares africanistas.
No se quería ser una República soviética, ni tampoco una dictadura militar.
Las matanzas a la población civil fueron generalizadas. En Cabra un bombardeo de la aviación republicana mató a más de 100 civiles.
Es que una guerra ha de ser evitada si es civil.
O se consentía el falseamiento de las actas electorales de febrero del 36 a favor del Frente Popular…Confirmadas por los últimos estudios históricos…
O tocaba exiliarse.
Y es que cuando alguien quiere imponerse…
Para una elección falseada en el XX tienes 50 solo en el último fin de siglo, majo, y todos por un par de partidos, el progresista y el conservador, que marginaron en su pacto de caciquismo y turnismo oligárquico al único que no estaba formado por castuza: el Demócrata. Qué gentuza.
Pero cuando hubo extremismo de izquierdas en España??
El terrorismo anarquista de principios de siglo. Hasta el Partido socialista entró en el gobierno de Primo de Rivera.
Antes ser radical era ser liberal.
Estudia majo, que sólo dices gilipolleces.
España era mayormente agraria, el fenómeno proletario era un fenómeno urbano, muy localizado.
Con el fin del ‘bipartidismo’ llegó la nueva España.
Al mismo tiempo que nacía la nueva España, resucitaron los viejos demonios seculares, pero eso sí, amortiguados gracias a varias décadas de crecimiento económico y modernización. Ya no dan miedo.
¿Está la sociedad de la nueva España preparada para digerir las consecuencias directas de sus propios deseos?
España, casa encantada de parque de atracciones….
Agradecida por el árticulo y los mapas de las fosas comunes.
Me cuesta ver, lo lejos que estamos de una España docrática, se ven los puntos de vista, tan dispares que se reflejan en los comentarios, en un tema tan doloroso para muchas familias.
El que no quiera sacar a sus muertos de las cunetas, por la razón que tengan, no es suficiente motivo para impedir que otros lo hagan, esa es la libertad y la democrácia, no imponer a los demás, lo que opinas y decides tú.
Es muy triste, saber que en España, no se cumplen los tratados y advertencias que nos hacen, los organismos de la UE, tan dispuestos que estamos a cumplirlos a nivel económico, por lo que podames decir que somos un país que lo de los derechos humanos, no nos lo creemos.
Que brecha tan grande nos dejó la dictadura, han pasado 40 años, y somos incapazaces de tener respeto por el otro, aquél que por solo sus pensamientos, sufrió carcel, tortura y asesinato.
Está claro, que en nuestros gobiernos, queda mucho franquista escondido, que no tiene la generosidad, de poner un presupuesto anual, para que este tema se zanje y las familias puedan estar tranquilas, sobre lo que quieren hacer con sus muertos.
Vive y deja vivir
Propongo una medida educativa: que los peperos que se niegan a desenterrar los muertos de las cunetas no pueden enterrar a sus padres y a sus abuelos y los dejen pudrirse hasta que den permiso a los demás para hacerlo. Tal vez así aprendan en carne propia lo mal que huele su actitud. En concreto, a muerto.
Si el problema fuera desenterrar muertos por dignidad y respeto no habría problemas.
El problema ES QUE DESENTERRAIS ODIOS, algo que enterraron los españoles en la Transición.
Vosotros deshaceis lo que hicieron los testigos directos y víctimas de la dictadura y de la República marxista. RECONCILIAR ESPAÑA.
Sois unos malditos.
Los españoles hemos procurado borrar de nuestra memoria la Guerra Civil y el franquismo. Sin embargo, las fosas comunes son secretos a voces. Nuestra historia es un polvorín de discrepancias y desencuentros.
¿Por qué ese odio, esa reacción frontal a algo que, en realidad, es muy simple y un acto básico de justicia?
Creo que hay dos razones. La primera, es que los hijos y nietos de los ganadores de la Guerra Civil se ponen muy nerviosos ante la posibilidad de que los hijos y nietos de los vencidos intenten recuperar la memoria de sus antepasados.
La segunda, es que la Guerra Civil no fue más que la versión a gran escala del navajero que te exige la cartera en un callejón. Por eso, a la derecha le entra la bilis cada vez que oye hablar de ‘memoria histórica’ porque su dinero proviene de ahí. Se hicieron muchas fortunas al calor de la guerra y la represión.
El problema no es que sepas dónde está enterrado tu abuelo. El problema es que sepas quién se quedó sus tierras, su casa, su empresa, sus alhajas, sus muebles o su dinero en metálico.
Y conocer lo primero, implica empezar a investigar lo segundo.
Eso es el odio y la bilis ante la memoria histórica. Miedo de ver expuesto públicamente que tu padre, tu abuelo o tu bisabuelo fue un asesino y un ladrón, miedo de ver tu reputación manchada y miedo, incluso, de tener que verte forzado por un juez o por la opinión pública a devolver algo.
Se revuelven como gato panza arriba a abrir fosas comunes porque saben qué es lo que viene después y sienten terror hacia ello.
Los ‘fantasmas’ del pasado están por doquier….