Jesús Millán Muñoz.- 0. Alain escribió y publicó Propos o Divagaciones que consisten en unos cinco mil artículos de periódico en los que trata de multitud de temas cotidianos, pero con un sesgo filosófico, planteándose cuestiones-problemas esenciales.
1. Emile-Auguste Chartier, seudónimo, Alain (1868-1951), Montagne-aux-Perche, 1868, + Le Vésinet, 1951, Francia.
Propos o Divagaciones fueron escritas entre 1906-1951, eran artículos de una o dos páginas de extensión, dónde trata docenas de temas y cuestiones. Es dentro de la producción filosófica mundial, algo singular. Cierto es que este autor, escribió otros ensayos y libros diríamos autónomos y diferentes de esta obra. Posteriormente, estos artículos, que empezaron a publicarse en la Depeche de la Rouen, fueron publicados en otros periódicos, se hicieron de estos artículos, libros con distintas temáticas y cronológicos. Pero si podríamos destacar algunos aspectos:
– Diríamos que es un intento de plantear todo tipo-clase de cuestiones, podríamos denominar filosóficas-antropológicas-éticas-económicas-sociales a la luz, esencialmente de la filosofía y de la literatura.
Pero plantearlas, a mi modesto entender, en dos direcciones, por un lado, sean rigurosas, teniendo en cuenta la limitación del género, artículo periodístico o texto fragmentario limitado en número de palabras, y por otro lado, abierto a todo tipo de público interesado en los temas de siempre, porque al final, la filosofía, una de sus posibles definiciones, sería aquellos temas que son universales, en contenido y en extensión, preocupaciones y ocupaciones de todas las personas, al menos alguna vez en su existencia, pero que aún la metodología científica no ha resuelto.
– Los hechos de la realidad cotidiana elevarlos a un nivel más alto-extenso-profundo-esencial filosófico-literario. Es intentar que las personas sean conscientes que un hecho equis, tiene distintas dimensiones, no solo su evolución histórica, sino que tienen unas razones, acertadas o no, que han sido admitidas a lo largo de la evolución histórica. En definitiva esas razones, son de diverso tipo, serían hoy denominados, en mayor o menor medida científicas o técnicas, pero también, filosóficas o éticas o antropológicas filosóficas, etc. Diríamos cuestiones de sentido, lo pequeño cotidiano, puede tener un aspecto o variable, entre otras, de cuestiones de sentido.
– Alain, no intenta buscar un sistema, ni menos un sistema filosófico, porque en el fondo, supone o cree, que la vida-existencia y todo lo que contiene y acompaña es tan rica, que no se puede limitar a un sistema, o un sistema no puede contener todo. Ni todos los entes y entidades, ni a todas las personas, ni todas las relaciones-funciones-interrelaciones, ni todas las evoluciones-cambios o “panta rhe”, porque la realidad-vida-existencia está en una constante evolución-progreso-diferenciación-materialización-cristalización. Es casi ilimitada la interrelación entre ideas y cosas y personas y teorías y naturaleza… Diríamos que el artículo, recoge un estado de cosas o un estado de la realidad, de un ente o cosa, interrelacionado con otras realidades y personas.
– A mi corto entender, las Divagaciones o Propos, no son un libro de autoayuda, aunque pueden ser utilizados como ese fin, porque como indica el adagio antiguo griego, “no sirve ninguna filosofía que no intente curar algún mal humano”. Pero además de ese carácter terapéutico, que todo saber debe tener-contener, la función, es intentar, entre otras, que todo sujeto lector, reflexione sobre si mismo, en el contexto-mar-volcán de su existir, rodeado de ideas, rodeado de personas, rodeado de cosas. Y que vea, en todas ellas, algo más que un simple objeto, algo más que un simple botijo, y que vea, como se combinan personas-objetos-ideas…
– Utilizar un lenguaje común-rutinario-normal, no un lenguaje técnico, ni de especialistas, para que todo tipo de personas, entendidos-expertos, o no entendidos, o lectores de ese género, o no lectores sean capaces de entender-comprender que todo tiene más fondo, que todo tiene más extensión, que todo es esencial de alguna manera, que quizás, el concepto de accidente-esencia se difumina en la realidad-real.
Serían como pequeños fragmentos-medicinas-terapias para pensar-observar-reflexionar-meditar, no solo de lo exterior, sino de uno mismo.
En un mundo que todo el mundo tiene tantas prisas y tantas obligaciones, este género, el del fragmento, sean aforismos, sean trozos de textos o fragmentos, sean artículos de periódicos, intentan que el saber especializado y el saber académico, como lluvia descienda sobre todo el mundo. ¡Qué más rutinario-normal-popular que el periódico, sea en la época de Alain, en papel, sea ahora digital!
Modestamente, con los artículos que escribo-redacto-pienso, tienen unas intenciones similares a las de Alain, cierto es que me he dado cuenta de ello, después de haber escrito unos cientos, que muchas de mis finalidades y metodología e intereses de los artículos que siento, son similares o parecidos a las Divagaciones de Alain.
– Pensar-razonar-reflexionar es poner en crisis-cuarentena-cribar el propio pensamiento-creencias. Ciertamente, diríamos que no es lo mismo a los veinte años que a los cincuenta. Muchos, me temo no leen libros, no solo porque sus condiciones existenciales, le hagan muy difícil ese ejercicio, sino que esencialmente un libro te pone en crisis, algunas de tus ideas o percepciones o sentimientos o deseos o pasiones o conceptos. Y después como armonizas lo antiguo con lo nuevo, los odres viejos con los nuevos, los cántaros antiguos con el tetrabrik.
– Conocer y saber y entender, en ti y en los demás y en el mundo, cuánto de racional y cuánto de irracional, cuándo de idea demostrada existe en todo y cuánto de pasión-deseo-pulsión-emoción existe. Conocer y saber esto, si alguien lo ha descifrado, sería el mayor sabio del mundo. Al final, todas las ideologías o sistemas de ideas teóricos-prácticos, sean seculares o sean religiosos, lo que intentan es armonizar en el bien-bondad, lo racional-irracional del ser humano. En definitiva, armonizar el cerebro individual y el colectivo, para que lo que surja sea positivo para la humanidad y para cada uno de sus miembros.
– Los individuos de una sola idea, de una sola ideología, pueden que capten el mundo con mucha armonía, pero quizás sean peligrosos y peligrosas esas síntesis, en cierto sentido, porque no permiten que el otro, persona o ideología, pueden tener algunos puntos de verdad y en verdad. Según el adagio antiguo, “teme al hombre de una sola idea o de un solo libro o de una sola ideología”, porque creerá que todo está en su cerebro-mente-corazón. Y a veces, todo es todo. La fuente de todas las tiranías-dictaduras-satrapías están en esta idea consciente-semiconsciente-inconsciente.
– En definitiva, todo sistema teórico-práctico, se enfrenta al siempre eterno problema del ser humano, cómo armonizar-congeniar-sintetizar-interrelacionar correctamente en la verdad-bondad-utilidad-racionalidad: las pasiones-deseos-pulsiones-ideas-conceptos-emociones-reflexiones-sentimientos-actos-fines-intereses, de uno mismo con la totalidad de la sociedad o de los demás, cercanos o lejanos, con la sociedad-cultura, con la Naturaleza, y con los eternos problemas-cuestiones-posibilidades metafísicas-religiosas.
Y eso, es lo que intentamos fragmentariamente, todos y cada uno de los seres humanos que existimos-vivimos-respiramos en este mundo, y suponemos, seguirán haciendo los del futuro, sean de nuestra especie o sean ciborgs, o sean inteligencia artificial, como dicen están apareciendo en el horizonte de la posibilidad.
2. Al final, todo producto cultural, intenta materializar-cristalizar estados de conciencia, aspectos de la conciencia humana. En definitiva, nos habla de usted y de mí, intenta captar algo de la multiplicidad del ser humano. Esta obra, esta gran creación, que son las Divagaciones, es diríamos un intento de descifrar el enigma-misterio-laberinto-espiral-palacio-monasterio-ciudad que es el ser humano, que es usted. Todavía tiene tiempo de empezar a catar y saborear esta obra o algunos de sus trozos-artículos. Paz y bien y salud.
Recordemos una de sus frases para terminar: “Nada tarda tanto como aquello que no se empieza”.
Èmile Auguste Chartier renegó de laureles aunque fue muy conocido por el público ya que demostró ser un excelente periodista y un experto comunicador.
Hace unas reflexiones muy amenas dirigidas a la autoayuda con vistas al mantenimiento de la higiene mental.
Debemos aprender a mirar más allá de nuestras narices. Es un buen antídoto contra el sufrimiento de la mente encajonada y la depresión…