El pasado sábado tuvo lugar en Madrid la última manifestación convocada por las «Marchas de la Dignidad», en la cual unas «decenas de miles» de ciudadanos, procedentes de toda España, se congregaron bajo el lema “Pan, Trabajo, Techo, e IGUALDAD”.
Supongo que, intentando ver lo positivo, habría que estar contento de que, en estos tiempos de tanta pasividad y sumisión, todavía haya unas decenas de miles de personas que salgan a la calle, aunque sólo sea por unas horas, para demandar algo tan básico como pan, trabajo, techo e igualdad.
Pero, por mi parte, no puedo mas que sentir tristeza. Tristeza ante la falta de norte de ese buen número de personas que defienden lo mismo que yo -el derecho a una vida digna para todos los seres humanos-, y que, además, están dispuestos a actuar para luchar por ello.
Y es que es fundamental movilizarse, sí. Y está bien hacerlo con y desde el corazón, también. Pero por desgracia, además, es necesario actuar con cabeza. Y eso, desde la mayor parte de la izquierda, hace mucho ya que no se está haciendo.
Básicamente hay dos reivindicaciones diferenciadas en estas «marchas por la dignidad»:
– La primera, ese «pan, trabajo y techo«, que hace referencia a las condiciones de vida dignas a las que tendría que tener derecho todo ser humano individualmente.
– Y la segunda, la «igualdad«, que hace referencia a la sociedad en su conjunto, y que está ahí como requisito necesario para que puedan existir las condiciones anteriores.
Esto es, sin igualdad, no hay posibilidad de garantizar una vida digna para todas las personas. Desigualdad es igual a pobreza, miseria, injusticia, egoísmo, corrupción…
Así que, sí, la igualdad es irrenunciable.
Pero… ¿sólo eso?
La igualdad es necesaria, pero no es el único pilar fundamental para construir una sociedad digna.
Otro pilar obvio es la LIBERTAD. Tan necesario e irrenunciable como la igualdad.
Sin embargo, la libertad no está en el lema de las marchas. No es una reivindicación básica de las marchas. Lo cual es un error de bulto.
Pero es mucho peor.
Hay otro pilar fundamental que es condición necesaria para poder alcanzar el objetivo de esa vida digna para todas las personas: la DEMOCRACIA.
¿Acaso es posible que todos los seres humanos vivan dignamente si son gobernados por otros, por unos pocos, por una élite de privilegiados con poder para imponer su voluntad al Pueblo?
La democracia es el único sistema de gobierno que puede proporcionar pan, trabajo y techo para todos. Es el único sistema político que hace posible la igualdad y la libertad.
Pero la democracia tampoco se defiende desde las marchas por la dignidad.
Como tampoco se defiende desde la izquierda.
Desde hace mucho.
Y ese es el gran error de la izquierda de hoy: el desprecio por la democracia.
No es algo que se haga por mala fe, por supuesto.
Es ignorancia.
El lavado de cerebro ha funcionado, no sólo en las personas conservadoras, esto es, de derechas. También ha funcionado en las de izquierdas.
Hoy en día apenas nadie sabe lo que es la democracia. Apenas nadie sabe que los sistemas políticos de representantes son aristocracias: nunca fueron, ni pueden ser, ni hubo intención de que fueran, democráticos.
Y es lógico y normal que, si no se sabe lo que es la democracia, no se defienda, no se luche por ella.
Pero es un error. Fatal.
Un error que convierte esta movilización, como todas las anteriores, como todas las acciones de este tipo, en gestos inútiles. Estériles. Vacíos. En una completa pérdida de tiempo, de recursos, de energía.
Excepción hecha, eso sí, de esos pocos “listos” que utilizan estas movilizaciones para pescar votos. Ellos sí sacan provecho de estos actos.
Pero a la sociedad en general, o a las personas más desfavorecidas en particular, estas “marchas por la dignidad” no les sirven absolutamente para nada.
Al igual que no se puede construir una sociedad digna sin igualdad y libertad, tampoco se puede sin la herramienta que permite a los seres humanos gobernarse a sí mismos: la democracia.
Pero la izquierda pretende sacar dignidad de un sistema político representativo. Que es como pretender obtener peras de un olmo.
Sin rechazar la oligarquía que soportamos, espera frutos de una democracia. Como si tuviéramos una. Como si hubiéramos vivido alguna vez en democracia.
La izquierda ha perdido totalmente el norte.
No avanza hacia la democracia. No la demanda. No la defiende. No lucha por ella. Ni siquiera sabe lo que es.
Y por ahí, vamos mal. Por desgracia, la dignidad no se encuentra en esa dirección.
Por ahí sólo hay más Régimen. Por ahí está el Sistema.
Por ahí sólo hay más de lo mismo.
Lo llaman democracia, y nunca lo ha sido.
Gonzalo Plaza
Ciudadano en blanco
La verdad es que no hay forma de ponerte un «pero».
Por desgracia, es así…
Pues tengo que reconocer que el artículo es bueno, muy bueno, y que das en la diana de esa izquierda desnortada.
Se necesita efectivamente de libertad y democracia para luchar contra la pobreza.
Libertad para que los pobres puedan liberarse, de su ignorancia a través de la educación y la formación. De sus dinámicas depresivas, pues hay que enseñar a pescar, y a sentirse capaz y útil sin dependencias de la cultura del subsidio.
Democracia para que cuenten con instituciones y representantes que les den voz y defiendan la prioridad de atención que les debe la sociedad y el Estado.
Actualmente, ni la izquierda ni la derecha poseen la actitud de situar a los sin voz (los descartados enfermos y ancianos) entre las prioridades del Estado.
Porque hay grados de pobreza, y en esta sociedad opulenta, no es tanto el que carece de una mayor capacidad de consumo, como el que ya no forma parte de los factores de utilidad económica (no trabajan, no ahorran, no poseen).
Efectivamente, la ‘democracia participativa’ posee una autenticidad absoluta por ser la esencia del ejercicio del poder anterior a toda delegación (‘democracia representativa’).
Ahora bien, la ‘democracia’ es la forma de gobierno que responde al principio de identidad entre los gobernantes y los gobernados, es decir, de la voluntad popular y la ley.
Dicho esto, creo que no es posible entender la ‘democracia participativa’ si no se hace en relación con la ‘democracia representativa’.
El futuro de la ‘democracia participativa’ es que ésta seguirá desarrollándose, como lo hace en el presente y, particularmente, en el ámbito local y, tal vez, algo menos en el ámbito nacional.
Por otro lado, los valores éticos principales que distinguen a los ciudadanos de izquierda son: igualdad, libertad, progreso y justicia social, sin olvidar el respeto a todas las personas con distintas ideas.
La ‘izquierda’ aboga por la democracia auténtica, apuesta por la libertad de pensamiento y de expresión.
Decía San Agustín que «es mejor cojear por el camino que avanzar a grandes pasos fuera de él. Pues quien cojea en el camino, aunque avance poco, se acerca a la meta, mientras que quien va fuera de él, cuanto más corre, más se aleja»….
No existe la democracia representativa, Charles.
Pero es que, además, caes en otro error, cuando hablas de «delegación».
En los sistemas políticos de representantes no existe la delegación. El representante es el que decide por sí mismo, no es un delegado.
Un delegado es un enviado de un órgano democrático (esto es, participativo) que ha tomado una decisión y envía al delegado a defenderla.
Esto es, tal vez podríamos hablar de «democracia delegada», y sería algo real. Pero la «democracia representativa» no es real, ni factible. La representación siempre ha sido aristocrática.
http://ciudadanoenblanco.blogspot.com.es/2015/04/aristocracia-vs-democracia-eleccion-vs.html
Y no, la participación no está avanzando lo más mínimo. Las experiencias «participativas» tipo ahora Madrid que los poĺíticos del Régimen están poniendo en marcha son pufos, experiencias tan pobres y carentes de valor que desincentivan la futura participación en lugar de incentivarla.
Y así, estas experiencias participativas no se consolidan, ni crecen, ni se les asigna más presupuesto cada vez.
Al contrario, después de un tiempo, se abandonan.
Y bueno, en Ciudad Real, ni eso.
Así que no, la democracia participativa, esto es, la democracia, no avanza.
Como es lógico y normal, ya que al Régimen político aristocrático en el que vivimos no le interesa lo más mínimo promover la democracia.
España es el segundo país europeo, tras Chipre, que más vincula las consultas a la calidad de la democracia, según la Encuesta Social Europea.
Tenemos que ser realistas y sensatos. Los españoles preferimos las consultas. Pero, cuando la pregunta es difícil, preferimos que sean los políticos quienes la asuman. Al fin y al cabo, para eso los pagamos, ¿no?
No sé si es posible la democracia sin representación.
Lo peligroso es que una consulta sirva para refrendar la opción de un político.
Creo que hay que reforzar la ‘democracia representativa’ ya que la ‘democracia participativa’ no es la panacea en términos de gestión pública…
Yo no prefiero que un político responda a una pregunta por mí en vez de hacerla al pueblo soberano.
Nada tiene que ver la gestión con la decisión. La gestión debe ser técnica, la decisión consultada y las promesas cumplidas… o el político dimitido.
Lo peligroso es que se prometen cosaa, se votan esas cosas y se acaba haciendo todo lo contrario. Más que peligroso, es lo que ha ocurrido tantas veces ¿Dónde está la representación ahí? ¿La representación de quién? Porque no será de sus votantes….
Y si se rompe la representación, el mandato de cumplir una promesa… ¿porque lo llama democracia representativa? ¿Representativa de qué o de quién?
La decisión debe ser consultada en campaña o en consultas posteriores si son hechos sobrevenidos. La gestión de esa decisión debe ser técnica…. Una vez decidida, la cuestión se ejecuta por los técnicos, sin alterar lo decidido.
No es tan difícil.
La democracia no es un objetivo fácil de alcanzar, y obviamente los españolitos de hoy están a años luz de tener la capacidad de gestionarla, de entenderla, de conseguirla.
Ni siquiera saben lo que es.
Pero lo que es una certeza es que no es posible la democracia con representantes.
Si hay representantes es aristocracia.
Si nos conformamos con aristocracia, pues bienvenidos sean los representantes y sus partidos políticos.
Pero no nos quejemos luego de que salgan como salen.
Es lo que hay.
La aristocracia es así.
Es la democracia lo que podría cambiar las cosas.
Ya sabemos de sobra a qué nos conduce la mal llamada democracia «representativa» que solo representa a los partidos, configurados en España como un Ente con personalidad propia, que eclipsa a los ciudadanos que les votan. Todo es en beneficio del partido, por y para el partido. Lejos de representar los intereses de los vecinos representan los intereses del partido, que no siempre coinciden.
Promesas vacías, promesas rotas, traiciones a los votantes…..
Las cuestiones de interés general deberían ser dirimidas directamente por consulta a los españoles mayores de edad, para evitar que quien gobierne prometa lo contrario de lo que acabará haciendo.
Estas diferencias entre lo prometido y lo realizado rompen la representación y con ello ponen en duda la existencia de la democracia.
No existe la democracia representativa. Nunca ha existido. La normalización de esa expresión es la mayor estafa que se ha cometido contra la humanidad en los últimos dos siglos.
http://ciudadanoenblanco.blogspot.com.es/2016/02/y-lo-llamaron-democracia-y-nos-tangaron.html
Y fruto de esa estafa es el problema que señalo en este artículo: la izquierda no defiende la democracia porque ha aceptado que la «democracia representativa» es, de alguna manera, democracia.
Y ha olvidado lo que es -lo que era- realmente la democracia.
Lo de la igualdad es un eufemismo al que todos apelan pero pocos profundizan.
A mí me da repelús, porque igualdad ante la ley, pero el deber de ser iguales que es en lo que se traduce en cutre…
Reivindico el derecho a ser distinto en ideas, méritos, capacidad,…
Por supuesto, en forma de vestir. Hoy parece que hay que ir uniformados de sport.
Los que no profundizan es porque no lo defienden. Lo usan como propaganda, nada más.
Es otra forma de desenmascarar a los embaucadores: esos a los que se les llena la boca de «igualdad» pero no dicen ni qué es, ni qué implica, ni cómo conseguirla.
Y pasa lo mismo con los liberales y su presunta defensa de la «libertad». Pura fachada.
Los partidos políticos de izquierda nos prometen vivir tan bien como los países ricos del norte de Europa, guay! a costa de qué? de que otros pasen a ser los jodidxs?, biennn!!! somos de izquierdas dentro del capitalismo, ¡qué guay!, ¡Si se puede!, ¡Ganemos chaval!. ¿Se creen que somos tontxs?
Los partidos políticos de derechas son perrxs neoliberales.
¿Qué nos queda?, muerte al sistema (recházalo, ignóralo, no lo necesitas, pero ellxs a ti si, sin una mayoría de nosotrxs no valen nada) con toda su escoria de partidos políticos dentro, desde el partido comunista hasta el partido falangista y allegadxs, y todo partido que hay entre medias, por supuesto.
En realidad no hay partidos políticos de izquierdas.
Hay partidos que se venden como de izquierdas. Pero son de derechas. Todos los partidos lo son.
Y no, al Sistema no hay que ignorarlo, así no lo vamos a matar. Si lo ignoramos, seguirá fuerte y lozano.
Que en realidad no podemos matar al Sistema. Tiene demasiado poder. Tiene millones de súbditos teleprogramados que lo mantienen.
Pero eso no significa que no podamos hacer nada. Podemos debilitarlo. Y ganar algo de Poder para el Pueblo. Algo de democracia.
Pero para eso hay que hacer las cosas con cabeza. Cosa que no se está haciendo.
Lo primero sería definir qué es democracia, después definir qué creemos que debería ser, a continuación poner los pies en el suelo y comprobar que se mitifica algo(es el mejor sistema sin embargo) que nadie tiene ni idea de lo que realmente supone, de que también tiene sus OBLIGACIONES y después darnos cuenta que siempre alguien manda y que lo importante es que existan mecanismos para echarlos rápidamente cuando lo hacen mal y nos sintamos libres aunque sea un espejismo, otra utopía.Para eso lo primero es la educación a todos los niveles y eso, amigo mío, ni a la democracia le interesa pues al final siempre dirigen los mismos poderosos de toda la vida. El artículo es bueno y desde luego la izquierda tiene el norte tan perdido ahora como siempre porque son demagogos naturales y carecen de coherencia en cuanto tocan poder.
Educación, educación, educación.
http://ciudadanoenblanco.blogspot.com.es/2016/02/los-videos-que-no-te-puedes-perder.html
http://ciudadanoenblanco.blogspot.com.es/2016/01/cual-es-el-problema.html
Muy de acuerdo.
El único problema es… a día de hoy; Cómo se puede implementar la democracia representativa? Porque reclamar verdadera democracia esta guay, pero es una reivindicación vacía si no hay una verdadera hoja de ruta para llegar a ello. Y con hoja de ruta, me refiero a una realista, teniendo en cuenta toda la oposición que se va a encontrar por el camino y sin caer en el autoritarismo.
Obviamente la «democracia» representativa tiene muchos inconvenientes, pero está algo mas cerca de una verdadera democracia que otro tipo de regímenes que han o hayan existido.
La democracia representativa no se puede implementar de ninguna manera. No existe.
Lo que hoy se llama democracia representativa es una aristocracia. He dejado un enlace en los comentarios a otra persona sobre esto.
Y bueno, mejor es una aristocracia -que se vende como democrática- que una dictadura, pero vamos, a mí eso no me consuela, ya ves cómo es ese tipo de gobierno.
Que está a años luz de lo que sería una democracia real.
¿Una hoja de ruta para llegar a esa democracia real?
Pues ahí la tienes:
http://noalregimendel78.blogspot.com.es/p/blog-page_79.html
Es muy básico y hay mucho que trabajar ahí. Cuando haya personas que quieran trabajar por la democracia, se podrá ir más allá. Por ahora, es lo que hay.
Y sí, si no hay un número mínimo y suficiente de personas dispuestas a trabajar por una democracia real, todo es estéril, siempre será una reivindicación vacía.
Ahora lo es.
Pero no por falta de hoja de ruta, sino de activistas que la defiendan.
Lo que falta es voluntad.
Perdona, donde dije «implementar la democracia representativa» quería decir «democracia participativa»
Esa hoja de ruta esta muy bien cuando tienes una «masa concienciada». Pero creo que no es ni mucho menos realista porque el problema no es como implementar una democracia real, es cómo llegar hasta esa masa concienciada.
Cualquier sistema político funciona (con mayor o menor fragilidad) si el 85% de la población esta convencida y comprometida con el sistema.
Hoy en día el Sistema tiene prácticamente garantizado el apoyo -borreguil- de la masa, ese 85% -o más-.
La masa concienciada no va a estar nunca de nuestra parte, al menos, a corto o medio plazo.
Pero sí podemos soñar con cambiar las cosas a largo, larguísimo plazo. Podemos perseguir la utopía. Y podemos hacer lo correcto, sin más.
Y podemos aspirar, en el mejor de los casos, a irnos comiendo, poco a poco, esa masa por los extremos, esto es, por la gente que está con un pie dentro y un pie fuera del Sistema.
Y podemos aspirar a que esa pérdida de apoyos del Sistema nos permita conseguir pequeños progresos, políticos y sociales, que mejoren las condiciones de vida de la gente.
Y junto a esa gente que potencialmente podríamos ir arrebatando paulatinamente al Sistema, podemos ir construyendo la alternativa.
Sin dejar de trabajar para concienciar a los que siguen apoyando al Sistema de la estafa de la que todos somos víctimas.
Sin dejar de construir.
Sin dejar de dar ejemplo.
Y seguir creciendo, despacio, pero sin pausa, a costa del Sistema.
Esa es la hoja de ruta «realista».
Para eso no es necesario que «la masa» esté concienciada, pero sí un cierto número de personas concienciadas, comprometidas y dispuestas a hacer un esfuerzo, al principio, para dar un primer impulso a este proceso de cambio.
No sé cuántas harían falta, unos cientos, unos miles.
Con eso bastaría.
Pero vamos, por desgracia, ni eso hay.
Una pena.
Gonzalo, creo que mucha gente nos hemos dado cuenta del engaño de este sistema, al que le llaman democracia y no lo es.
Creo que coincidimos en ver el problema, pero yo creo que este sistema se puede perfeccionar y mucho para acercarlo a la gente… Y en cualquier caso, sea por elección o sea por sorteo, lo que más hecho en falta para empezar son garantías democraticas de que todo el pueblo sea consultado siempre para conocer y cumplir su voluntad soberana.
Y se lo digo con ánimo constructivo.
Saludos.
Esas garantías no van a existir jamás mientras existan los representantes.
No hay perfeccionamiento posible por ese camino.
La representación es aristocracia.
Si seguimos por la vía de la representación, podemos tener una aristocracia más perfecta, sí, que sirva mejor los intereses de los poderosos.
Pero «gobierno del pueblo», nunca.
http://ciudadanoenblanco.blogspot.com.es/2015/04/aristocracia-vs-democracia-eleccion-vs.html
¿Para cuándo «los grandes aciertos de la derecha»?
Pues para ahora mismo, si quieres:
Los grandes aciertos de la derecha
Uuummm… esto… pues… eso.
—
En fin, bromas aparte, la derecha sí que ha hecho algo bien, excepcionalmente bien. Garantizarse el Poder absoluto. Lavar el cerebro al Pueblo. Convertir al Pueblo en un rebaño de borregos.
Lo ha hecho tan bien que ahí estamos, millones de seres humanos creyendo que una bazofia de sistema político aristocrático, que encima les hace daño, es democracia.
La izquierda creó paraísos de democracia, Venezuela, Cuba, China y Corea del Norte.
Las dictaduras más relevantes del planeta, si no contamos a las teocracias.
Quiero felicitarle por el árticulo, pero hay cosas en las que no estoy de acuerdo.
Mover a la gente para que pida más democracía? la gente no se mueve ni para pedir trabajo, no interpela a sus representantes para decir que, esto no puede seguir así, que ya no puede seguir siendo así, y si hay un puñado de gente que hace lo de las marchas, yo les admiro, aunque no se cumpla el objetivo que Uds. demanda.
Hay mucha gente, gritando democracía, por que lo que tenemos, no lo es, pero esto no es cosa de cuatro, sino de muchos que debemos demandarlo cada día, y la sociedad no está por la labor.
Me gustan, los foros donde se respete la opinión de todos, y se haga con sosiego y respeto.
Esperamos el segundo.
De todas formas, esta bien que se hable de ello, y se expongan aquí, opiniones con respeto y dignidad, que no es lo habitual en estos medios
Es normal que la gente no se mueva para nada, nos han adoctrinado, adiestrado, domesticado… para que actuemos así.
Pero eso no es casual ni ha pasado por azar, ha ocurrido porque no vivimos ni hemos vivido nunca en una democracia, y nuestros gobernantes han hecho lo que tenían que hacer para conseguir un país de borregos, no de ciudadanos pensantes con espíritu crítico.
Y por eso mismo no, no hay mucha gente gritando democracia, somos cuatro gatos los que lo hacemos.
Las marchas no lo hacen.
La mayor parte de la izquierda no lo hace.
Ni lo van a hacer.
Han sido teleprogramados para no hacerlo.
A veces, muchas, convertimos lo sencillo en complicado: el fuerte no necesita democracia si no es para legitimarse y el débil es muy demócrata hasta que accediendo al poder es fuerte y hace lo que el primero, abusar del prójimo, todo absolutamente igual si es de derechas o de izquierdas, sistema aceptado mejor o peor en función del bienestar social de cada país.Solo observemos la historia y desde que el hombre dejó los cacahuetes para ser un bípedo cazador el fuerte se impone al débil en toda época y lugar, pues somos unos animales, y le importan un bledo los demás.Es así de sencillo sin las mandangas de la verborrea politiquera y sin edulcorantes ni aditivos filosóficos.
Por eso es necesario que haga realmente democracia por sistema, independientemente de quien gobierne. Hay que dotar al sistema de Garantías que impidan al político de turno hacer lo que le venga en gana una vez que está en el cargo.
Garantías como la obligación de consultar las decisiones de interés general, que un número considerable de electores (de votantes) pueda promover esas consultas (por si el político se «olvida» de hacerlas) y que haya mecanismos para la revocación anticipada del mandato (del cargo) para evitar que el político de turno se empeñe en hacer lo que le de la gana.
Kuco, nada de eso funcionaría si los de siempre siguen teniendo el control de los medios de comunicación y de la
educación.
La gente -tomada como masa-mayoría- vota lo que le dicen por la tele.
La reforma necesaria es mucho más profunda. Y las medidas necesarias para ver algún inicio de cambio son mucho más radicales.
Para empezar, sería necesaria la presencia de ciudadanos -elegidos por sorteo, nada de representantes- controlando y gobernando todos y cada uno de los órganos de poder existentes, desde los locales a los estatales.
Democracia directa global, a todos los niveles.
Para que haya posibilidad de democracia, hay que abolir -del todo- la representación.
Yo pienso que la representación debe ser estrechamente controlada por los votantes (por todos los ciudadanos mayores de edad) vía consultas al soberano para determinar el rumbo del gobierno en asuntos de interés general y una vez consultada y modificada la legislación, que los tecnicos se encarguen de su cumplimiento y que los tribunales se encarguen de controlar ese cumplimiento.
Y que si el político no consulta o se empeña en incumplir la voluntad soberana del pueblo, este pueda removerlo de su cargo, lo haya obtenido por elección o por sorteo o como los ciudadanos quieran que acceda al cargo.
Por técnicos me refiero también a los empleados públicos, que son quienes ejecutan la ley en el día a día en su trabajo: médicos, jueces, inspectores, profesores, policías, etc…
La ley del más fuerte es una ley animal, rige desde mucho antes de dejar los cacahuetes. Rige desde que hay animales.
Y sigue rigiendo hoy, por desgracia.
Pero podría ser diferente, porque siendo animales, tenemos una cualidad que no tiene ningún otro animal, algo que nos permitiría dejar de actuar como animales: un cerebro muy superior, capaz -potencialmente- de razonar.
Con Educación se puede potenciar la racionalidad. Se puede superar la animalidad.
Podríamos educarnos para la convivencia, la cooperación, el respeto mutuo… para vivir como seres humanos.
Pero si, por desgracia, esto no es una prioridad hoy en día para la mayoría de la gente. Hemos escogido la ley del más fuerte. Hemos escogido ser animales.
Hasta que nos toca ser «débiles», claro.
Pero cuando eso llega, y siempre llega, es tarde para rectificar.
Amplio aquí mi último comentario anterior, para indicarle mi convencimiento de que sólo desde el sistema se puede perfeccionar el sistema.
Quizás mi convencimiento de esta idea sea la que más nos separe. Saludos.
Sería un primer paso para lograr nuevas reformas más profundas y en todo caso deben ser aprobadas por la gran mayoría del pueblo.