El Consejo Evangélico de Castilla-La Mancha (CECLAM) celebrará el próximo 31 de mayo la conmemoración del 500 aniversario de la Reforma Protestante con la organización de una serie de actos en la Plaza mayor de Ciudad Real a partir de las 18.00 horas. Según informa la institución, el programa incluye actuaciones musicales, activtidades infantiles y la conferencia «La Reforma y tú» a cargo de Antonio Simoni y José de Segovia.
Hace justo 500 años, aquel hombre que vestía el hábito de los agustinos recoletos y daba clases en la Facultad de Teología de la Universidad de Wittenberg, provocó un acontecimiento que supuso el cisma de la Iglesia Romana de Occidente.
Martín Lutero, un revolucionario que no se amilanó frente al poder totalizador de la Iglesia de su tiempo y, gracias a él, el cristianismo comenzó a hacerse plural.
Después de 500 años, a ojos de la Iglesia Católica Romana, Lutero sigue siendo un hereje. La sentencia de herejía de León X, de acuerdo con la doctrina de la Iglesia, hace de él un condenado por toda la eternidad y, hasta ahora, no ha sido revocada por ningún papa.
Lutero murió en su lugar natal de Eisleben, a los 62 años, saciado de vivir, con el orgullo de haber dedicado su vida a la traducción de las Sagradas Escrituras.
Fue enterrado en la iglesia de Wittenberg, en cuya inscripción él quiso que figurase una sentencia profética: «Vivo, había sido la perdición del Papa, y muerto, su muerte»….
Cuánta cultura junta en un único hombre. Ah no, espera, que es que lo has copiado del huffingtonpost:
http://www.huffingtonpost.es/santiago-velazquez/lutero-500-anos-de-reforma_a_22016843/
Las relaciones entre católicos y protestantes en países como Alemania y Austria son excelentes. Ambas Iglesias se enfrentan a los mismos retos, la descristianización de Europa.
Un evento interesante respecto del que los católicos no debemos mostrar prejuicios, ni ellos de nosotros.
Mi experiencia de contacto con evangélicos ha sido en general positiva. Recuerdo a mi amigo Pedro con el que mantuve muy interesantes conversaciones que nos ayudaron a reafirmarnos mutuamente en nuestras respectivas confesiones pero a la vez en nuestra común vocación cristiana.