Miembros de la Plataforma “Salvemos Puertollano” presentaron el pasado 11 de mayo su proyecto de ciudad de vacaciones para personas mayores al equipo de Gobierno municipal en el transcurso de una reunión en la que también participaron técnicos y los alcaldes de Brazatoras y Cabezarrubias del Puerto. Según informa la plataforma en un comunicado colgado en las redes sociales «se comentaron aspectos técnicos y se acordó para resolverlos mantener una reunión posterior entre los equipos técnicos del proyecto y del Ayuntamiento».
Además, según señala la plataforma, se acordó remitir un memorándum de entendimiento firmado con los empresarios promotores al equipo de Gobierno «para coordinar los trabajos a nivel local». Este memorándum, explica Salvemos Puertollano debería estar firmado en la primera quincena de junio y posteriormente ser enviado al Gobierno Regional, Gobierno Central y Unión Europea «para su ratificación».
«La reunión se celebró en un clima cordial y de interés por todas las partes en aportar la colaboración necesaria para continuar los trabajos de viabilidad del proyecto», asegura la plataforma.
La Plataforma “Salvemos Puertollano” sigue inmersa en el proyecto de lo que ha definido como una ciudad de vacaciones “psicobiológica” para personas mayores en la ciudad minera
El promotor del proyecto es Alfredo Luis Peña Alonso, administrador único de la promotora inmobiliaria Dehesa Alandalus, con domicilio social en Marbella, empresa que cuenta a su vez con el 49% del capital social de la Sociedad Municipal de Gestión del Suelo y Desarrollo Local de Paterna de Rivera (SODESPAR). Detrás de este proyecto se encuentra asimismo un grupo de inversores rusos, entre ellos el vicepresidente de SODESPAR, Pavel Vladislavlev.
De hecho, el pasado 21 de abril miembros de la plataforma se reunieron en Puertollano con Vladislavlev, quien les explicó sus intenciones.
Según la plataforma puertollanera, el proyecto de “urbanismo psicobiológico” denominado “Cassandra”, planteado en Puertollano, consistiría en la edificación de un macrocomplejo residencial, un “wellbeing city resort”, que sea “referencia europea en las áreas de termalismo, salud y turismo médico”.
Así, los artífices de la idea pretenden construir una ciudad con centro termolúdico, complejos médicos, centros deportivos, alojamientos de alta gama, centro comercial y playa artificial, entre otras estructuras, y todo ello distribuido en un área urbana “ecoeficiente y autosostenible”, con los sistemas más avanzados de transporte, incluidos el monorraíl y un espacio para drones.