El Club Pozo Norte de Puertollano cerró la temporada de rutas con un itinerario por las Lagunas de Ruidera y su entorno, que estuvo complementada con la visita a la Quebrada del Toro, un lugar recóndito y poco conocido en las cercanías de la laguna de San Pedro.
Se trata de una grieta abierta en el terreno, debido a movimientos sísmicos producidos hace miles de años y que da lugar a un estrecho y profundo corredor con grandes moles de piedra encajadas entre sus paredes y que penden sobre las cabezas de los sorprendidos visitantes.
El Club finalizará sus actividades, hasta el mes de weptiembre, con una visita de tres días a la Sierra de Grazalema y Ronda (Málaga), donde realizarán rutas de senderismo y visitas turísticas por la zona.