Sevilia Mambetova, responsable de la empresa importadora de vinos de Kirguiztán Forester, se estrenará este año en FENAVIN con el objetivo de crear alianzas comerciales y aumentar la oferta de vino español en un mercado prácticamente virgen para el producto nacional.
“El mercado kirguiso no tiene una demanda estable de vinos de ningún productor o marca en particular pues los consumidores son inexpertos a la hora de elegir vino. Solo hay una marca de vino español en el país pero en los últimos años está aumentando la demanda y esa es una buena razón para que nuevas marcas se sumen a nuestro mercado”, indica Mambetova.
Según esta empresa de importación de vinos, que maneja referencias de Francia, Alemania, Georgia y Moldavia, los consumidores kirguisos se pueden clasificar en varios grupos. Por un lado los conocedores del vino, que solo alcanza al 5% de la población de casi 6 millones de personas, pero que valoran la calidad y están dispuestos a pagar por ella; por otra están el 95% restante que se fía de la etiqueta y el diseño y que suelen preferir vinos semidulces. De estos últimos suelen ser mujeres con un nivel económico medio por lo que la oferta debe estar ajustada.
Mambetova indica que en Kirguistán los incipientes productores locales pueden convertirse en una barrera para el mercado. “Actualmente importan el vino de Moldavia o Uzbekistán a precios bajos y las embotellan en nuestro país. Lo que ocurre es que el consumidor elige este vino, porque el precio es el factor más importante en su elección”.
“A pesar de nuestra empresa se dedica a la distribución de vinos desde hace 20 años no hemos estado en ninguna edición previa de FENAVIN. Pero la feria es una excelente plataforma para desarrollar nuestra oferta y ampliarla con nuevos productos. El nicho de vinos españoles, como ya he indicado, está bastante vacío, por eso queremos desarrollarnos en esta dirección. Y la feria nos parece una plataforma ideal para elegir proveedores”, finaliza la importadora.