El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha recordado hoy a todas fuerzas políticas de esta región, “porque las sindicales lo tienen claro”, que la decisión más importante para quien busca empleo o para quien quiere mejorarlo, así como para el empleo público de la región, “está sobre la mesa y es el presupuesto que teníamos pactado con Podemos”, un presupuesto “para sentirnos todos orgullosos”, cuyas enmiendas “no alcanzaban ni al 0,05%” del total.
De esta forma lo ha señalado el presidente regional durante la Romería del Valle de Toledo, una tradición muy arraigada entre los vecinos de la capital castellano-manchega “que participan en estas y otras tradiciones independientemente de su ideología, lo que redunda en un acervo cultural que como presidente debo proteger”, ha garantizado.
García-Page, quien ha estado acompañado por la alcaldesa de Toledo, Miagros Tolón, y el resto de la corporación municipal, el presidente de la Diputación Provincial de Toledo, Álvaro Gutiérrez, el consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruíz Molina, y otros representantes de la vida social y política de Toledo, ha tenido palabras de recuerdo en este 1 de mayo, Día del Trabajo, para quienes buscan un empleo o quieren salir de un trabajo precario.
Así, ha mostrado su solidaridad con las reivindicaciones sindicales en pos de los derechos de los trabajadores “en un momento de precariedad laboral y de incertidumbre económica”, pero ha recordado que frente a estas manifestaciones “no solo legítimas, sino necesarias”, es necesario tomar decisiones. “Está muy bien manifestarse –ha proseguido- pero lo importante es trasladar estas reivindicaciones a las instituciones y tomar allí las decisiones para las que somos elegidos”, algo que “será una realidad más pronto que tarde”, ha confiado.
Castilla-La Mancha no permitirá que se blinde la miseria del Tajo
Por otro lado, el jefe del Ejecutivo autonómico ha querido dar la bienvenida al debate del agua al nuevo presidente murciano, Fernando López Miras, a quien ha tendido la mano para “discutir como comunidades autónomas aquello que es muy difícil arreglar en Madrid”, aunque no ha dejado pasar por alto las declaraciones de López Miras quien, en su toma de posesión, se mostró partidario defender el blindaje del trasvase Tajo-Segura.
Estas declaraciones, ha lamentado García-Page, “dejan al descubierto que sigue sin existir la famosa paz del agua que nos vendieron hace unos años, y lo que seguimos teniendo es la misma miseria, que algunos quieren blindar”. En este sentido, ha garantizado que “bajo ningún concepto, Castilla-La Mancha va a permitir que se sustente un nuevo Pacto sobre el agua en la miseria de toda la España seca”, al tiempo que ha recordado que el Tajo “clama y lleva muchos años muriéndose”.
Por otro lado, y ante la negativa del Gobierno de Mariano Rajoy a conceder un Decreto de Sequía para la cuenca alta del Guadiana, el presidente ha insistido en que se va reclamar por vía parlamentaria “y con urgencia” que los decretos de ayuda a la sequía que tienen otras cuencas como la del Segura y el Júcar “sean también una realidad” en Castilla-La Mancha, “porque tanto derecho a las ayudas tenemos aquí como en el resto de España, ayudas que en un ochenta por ciento van al Levante y que donde deben ir es a la cuenca mayoritaria”, la de ésta región, ha concluido.
Así, ha señalado que la sequía “no es de derechas ni de izquierdas” y que lo importante es que la gente “cumpla con su palabra y con los compromisos adquiridos”. De este modo, ha mostrado su deseo de que se pueda avanzar en un “nuevo y auténtico” Pacto del Agua “porque hoy por hoy, lo único que hay es una rendición absoluta de mis antecesores a todos los postulados por interés de partido”.
Finalmente, y a preguntas de los medios sobre si se planteará un nuevo trasvase a pesar de la situación agónica que vive el Tajo, el presidente regional ha augurado que volverá a pedirse, “pero el Gobierno de España está dando el agua no de hoy, sino el que creen que puede haber en dos años o tres”, una situación que ha calificado de “desvergüenza”. Por ello, ha insistido en la necesidad de que en el Levante hagan un aprovechamiento óptimo de las desaladoras que nos costaron 550 millones de euros a todos los españoles, porque tal y como están las cosas, no va a haber agua “ni para unos ni para otros. Nos vamos a quedar todos muy sedientos”, ha advertido.