Eusebio Gª del Castillo Jerez.- Nabucco, de Guiseppe Verdi, es la quinta ópera que afronta la Orquesta Filarmónica de La Mancha (OFMAN), un hito en la imponente trayectoria de este conjunto afincado en Ciudad Real, que conjuga montajes de esta enjundia con conciertos sinfónicos y otros géneros, lo que da una muestra de su versatilidad. Es, además, una orquesta implicada en la vida social de la ciudad, que ha realizado incontables actuaciones con carácter solidario y participado en todo tipo de eventos, también de carácter educativo, para difundir los valores de la música entre los más pequeños.
Se trata, recuerda Francisco Antonio Moya, director de la OFMAN, de la tercera ópera de Giuseppe Verdi y con la que logró su primer gran éxito y renombre. En un momento crucial de su vida, pues acaban de fallecer su esposa y sus dos hijos, y el genio italiano se encontraba sumido en una profunda depresión. La música lo rescató del abatimiento, pese a que casi había decidido dejar de componer, y le regaló la gloria.
Moya destaca el elenco de solistas, de relevancia «nacional e incluso internacional», que acompaña a la Orquesta en este montaje de Nabucco. A saber, Amparo Navarro (Abigaille), Luis Cansino (Nabucco), Antonio Alonso (el sumo sacerdote Zaccaría), la mezzosoprano Pilar Belaval (Fenena), el Javier Agulló (Ismael), Daniel Bañez (sumo sacerdote) y Estefanía Ariza (Anna). Un grupo de voces al que se suma la Coral Crevillentina.
Para la OFMAN, subraya, es todo un reto afrontar este tipo de obras mayores, cuyo montaje es tan complejo. Además, la Orquesta dispone de 25 miembros para una ópera en la que se suele recurrir al doble de efectivos. “El presupuesto y los fosos de los teatros no dan para más”, apunta Moya, que reconoce que tal circunstancia dificulta todavía más la puesta en escena. “Es más comprometido porque hay más momentos solistas”, explica el director, que también ha recurrido a efectuar alguna adaptación puntual de la composición para ajustarla al conjunto disponible.
“Que una orquesta de nuestra tierra toque obras de tanta trascendencia es una alegría para todos”, confiesa Moya. El director de la OFMAN se muestra muy satisfecho del grado de profesionalidad del equipo de músicos con el lleva años trabajando. “Se nota la formación y la experiencia de la Orquesta a la hora de preparar nuevas obras; las cosas van costando menos”, remarca. “Los cantantes lo dicen, están acostumbrados a trabajar con las orquestas más importantes de España y se quedan muy satisfechos con nuestro trabajo, entrega y el resultado”, añade. La orquesta madura y grandes composiciones como esta cuestan mucho menos, afirma complacido.
De Nabucco, “una obra coral”, cómo no, destaca Va pensiero. El coro, comenta, es el pueblo, con el que los italianos, en pleno proceso de unificación del país, se identificaron. Representa a los esclavos judíos, es un personaje más, tan importante como los solistas. Precisamente Va pensiero se suele bisar, lo que para los coros es algo poco habitual.
El estreno está previsto para el 29 de abril en el Palacio de Congresos de Toledo, al que seguirá otra representación el 6 de mayo en el Teatro Circo de Albacete. En noviembre, el Nabucco de la OFMAN llegará a Ciudad Real, y hay programadas algunas actuaciones más, como en Medinaceli, en agosto.
Por otro lado, el 20 de mayo la Orquesta interpretará el su exitoso Concierto de Aranjuez en la ciudad que le da nombre; el 26 de mayo se subirá a las tablas del Corral de Comedias de Almagro para representar el musical El hombre de La Mancha; y el 30 de junio Francisco Antonio Moya estrena un musical compuesto por él, Platero y yo, basado en la obra de Juan Ramón Jiménez, en el Patio de Comedias de Torralba de Calatrava.
Grande Paco.
Sin duda, la OFMAN cosechará otro éxito más el próximo sábado.
He de reconocer que es bastante atrevido interpretar esta ópera de más de dos horas de duración y que requiere más de 120 músicos (70 músicos en la Orquesta Sinfónica, 45 voces en el Coro y 8 voces solistas).
A pesar de ello, ánimo y buena suerte…