Francia

MarcelinoLa presidencia de la República francesa será ocupada por Le Pen o por Macron ¿A quién votaría Ud si tuviera la posibilidad de hacerlo? Veamos que ha sucedido en los últimos meses.
El 26 del pasado mes de Febrero Fillón sorprendió a todos con el siguiente comunicado:

“Nos encontramos ante una situación inédita: A dos meses de las elecciones presidenciales estamos viviendo una situación prácticamente de guerra civil que viene a perturbar el normal desarrollo de esta campaña (…) Recuerdo a todos que estamos en estado de emergencia y que, a pesar de ello, el gobierno está permitiendo lo que sucede. (…) Como exPrimer Ministro, como responsable electo de la Nación, hoy acuso solemnemente al Primer Ministro y al gobierno de no garantizar las condiciones para el ejercicio sereno de la democracia. Sobre ellos cae una grave responsabilidad porque están permitiendo que se desarrolle en el país un clima que es casi de guerra civil y que sólo puede resultar provechoso para los extremos. (…) Sean quienes sean los candidatos, deben tener derecho a expresarse y el gobierno debe tomar medidas para que los violentos y los enemigos de la democracia cesen de perturbar esta campaña presidencial”

Acusaciones muy graves las de Fillón. Graves e inusuales.

Fillón pasó de ser la gran esperanza del llamado centro-derecha a caer en desgracia, señalado como corrupto por hacer algo de larga data y que todos reconocen ser muy común en la clase política francesa: empleos ficticios a familiares y amigos. Un inciso: A ver si nos enteramos que allende los Pirineos la corrupción existe.

Casualmente, todo se descubrió en plena campaña presidencial ¡Suerte cochina….!

Fillón y Le Pen fueron los únicos en poner sobre el tapete dos asuntos tabú: Uno, la necesidad de superar el desencuentro actual con Rusia. Dos, la Hermandad Musulmana ¿En qué consiste esta Hermandad, nos preguntaremos? Es una organización secreta, cuyo objetivo es convertir al islam sunita en una herramienta política. Fue creada y controlada por el MI6 británico a partir de la II Guerra Mundial. Es la gran cantera de dirigentes yihadistas. Esto no es ningún descubrimiento para todo aquel que se mueva entre las sombras y tenga un Magíster en la caverna de Platón. Cualquier servicio secreto digno de tal nombre lo sabe.

“Señor Fillón, no nos gusta que nos contradiga en un asunto como el de Rusia, pero lo más intolerable es que se atreva a mencionar a nuestros amigos de la Hermandad Musulmana. Gracias a ellos hemos conseguido manejar al islam y crear el yihadismo. Y ¿sabe por qué es intolerable? Muy sencillo, nosotros, el mundo anglosajón (incluida Francia que desde la Revolución Francesa ha sido, a grandes rasgos, un títere en sus manos, a excepción de la época de De Gaulle) es decir, Occidente, tenemos nuestros propios planes para el Medio Oriente ampliado -como lo llaman ahora-, y no vamos a tolerar el más mínimo desvío ¿Entiende monsieur?”

Y, burla burlando, de repente cayeron en la cuenta que el candidato tenía algunas vergüenzas (o desvergüenzas) dignas de airearse.

Entretanto el Gran Oriente Francés sacó un conejo de su chistera y lo llamó Macron (algo así como algo “macro” pero a lo bestia) A Le Pen no hay banco francés que le preste un franco, perdón, euro. Macron consiguió en un abrir y cerrar de ojos todos los fondos  que necesitara de la BNP. Claro que Emmanuel –así se llama- es un exdirectivo de los Rothschild. A este que no le falte de nada. Dicho y hecho.

Para que la operación fuera factible fue necesario que el PS francés se inmolara por la causa. No le costó mucho. Llevaba un buen tiempo inmolándose. El propio Hollande lo declaró en 2.015:

“Hace falta un acto de liquidación. Hace falta un harakiri. Hay que liquidar al PS para crear el Partido del Progreso”.

Más claro, agua.

Y los muñidores de Macron se pusieron “en marcha” y crearon En Marche! ¡Qué bonito! ¡No me digan que no es para emocionarse! ¡Ojo!, no es un partido, ¡¡es un movimiento!!, además de ideología social-liberal, o sea, socio-liberal, que bien podría querer decir “asociados a nuestro aire”. A ver si va a resultar, al final, que el movimiento de Macron es un movimiento hippy…….

Que el PS estaba dispuesto a disolverse lo acreditó también Manuel Valls al manifestar la necesidad de formar un “frente republicano” en las circunscripciones donde Le Pen pudiera ganar ¡Qué patriótico! Y digo yo ¿por qué no dejan de alimentar al terrorismo yihadista? ¿Por qué no dejan de crear deliberadamente masas de refugiados?

Con su permiso, hablemos, aunque sea someramente, de diplomacia.

Imaginemos que estamos sentados en una mesa. En un reservado de un buen restaurante. Somos los anfitriones de una reunión de alto nivel entre los representantes diplomáticos de varios Estados. En ella se están tratando asuntos de gran importancia. En un momento clave de la misma, uno de los representantes deja caer:

-Discúlpenme, necesito ir al baño para hacer aguas –dicho esto se levanta y se pierde por la puerta del reservado. Todos los diplomáticos allí presentes habrán entendido el significado de la acción. La persona recién levantada ha decidido abandonar el cónclave. No lo ha dicho con un lenguaje claro y directo, ¡cosas de la diplomacia! Igual sucede con ciertas declaraciones.

Cuando un dirigente político manifiesta no estar de acuerdo con la admisión de refugiados, o quiere cerrar las fronteras a los yihadistas, lo que realmente dice es lo siguiente: “no estamos dispuestos a apoyar al terrorismo islámico creado por Uds y, sepan, que estamos en contra de esa política” ¿Y por qué no lo dicen a las claras? Sencillamente porque el lenguaje diplomático es más sutil, más de parábola, menos aquí te pillo aquí te mato. Es un lenguaje figurado que busca no romper puentes. Sin embargo en los medios nadie descodifica el mensaje; lo trasladan de manera literal. De esta forma, se hace aparecer al emisor como alguien sin entrañas ni sensibilidad.

Lo que está sucediendo en Oriente Medio será clave para entender los posicionamientos de los perdedores en la primera vuelta. Sarkozy y Hollande lo saben perfectamente, y sus exministros de exteriores, Alain Juppé y Laurent Fabius, también.

Fillón fue desalojado antes de tiempo por hablar demasiado. Queda Le Pen. Todos sabemos que es de extrema derecha porque así lo han decidido quienes crean etiquetas, fabrican realidades y sacan conejos de la chistera cuando es necesario y conveniente. Y es de extrema derecha por no apoyar el yihadismo islamista y sus consecuencias, fraguado en los servicios secretos de algún país aliado

¿Qué hable más claro para que todos la entendamos mejor? Hoy, eso sólo se lo puede permitir Rusia. Así y todo, hace gala de una exquisita prudencia.

Macron y Le Pen saben perfectamente qué causa las avalanchas de los refugiados, al igual que conocen el motivo de las matanzas de los cristianos en aquella parte del mundo: provocar su desplazamiento desde el Sinaí, Egipto, Siria, Iraq, Líbano……con el fin de facilitar una federalización étnica, en otras palabras: sectaria.

¿Puede a alguien como Macron importarle algo todo eso? ¡Hombre, siendo un discípulo de la egregia saga de los Rothschild, famosa por su “recto” proceder…, permítanme que lo dude! Y ¿a Le Pen?

No lo sé.

Lo que sí podemos apreciar es la agilidad del sistema en construir un candidato a su medida, con potencial ganador, en un abrir y cerrar de ojos.

Les deseo que, en la distancia, cada uno vaya pensando a quién votar. Lo haga en conciencia y con mucha inspiración.

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com

PD: Os dedico Embustero y bailarín, de los Pekenikes.

https://www.youtube.com/watch?v=Hf8bhLN3nQg

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30 COMENTARIOS

  1. Muy interesante análisis Marcelino.

    La cuestión islámica y sus «complejidades» políticas no afecta tanto en España, como la cuestión nacionalista y el Estado autonómico, causas principales del estado de corrupción de nuestro país.

    Macron o Le Pen? A muchos no les importa que les muerda un perro o una perra.

    Y les entiendo.

    Creo que los partidos tradicionales se amortizan. Lo que no se amortiza es la capacidad del sistema (lo peor del sistema) para adaptarse y seguir tratando de dirigir las circunstancias. Macron, ciertamente es producto de ese sistema.

    Es muy interesante que el pulso lo está echando la sociedad civil (aún determinante por su libertad de voto) y el sistema (que trata de dirigirla).

    Y soy escéptico, esta dialéctica es permanente en una democracia realista.

    A mayor auto-conciencia de la sociedad civil mayores dificultades puestas a «las manos que mecen la cuna».

    • ¿De verdad crees que son lo mismo Macron que Le Pen? Me refiero por la mordedura de un perro o una perra. Está mal visto decir que se prefiere a La Pen. La campaña en contra de ella es infatigable.

      Creo que Macron representa la continuidad de los planes globalistas y de quiebre de toda identidad, ya sea nacional o personal
      Le Pen es un intento por frenar esa deriva, la llamen como la llamen: De extrema derecha, o lo que se les ocurra.

      • Ana, no estaba diciendo a quién prefiero con la expresión de lo mismo da que a uno le muerda un perro o una perra.

        Macron parece el reformista, pero no le dejarán.

        Le Pen, la rupturista. Es un Podemos de derechas.

        Los franceses eligen.

        Los españoles no lo tenemos más fácil.

        No me gustan los populismos y soy escéptico con los centristas.

        He aprendido a valorar cada vez menos mi voto.

  2. Me resulta curioso que no dediques una sola línea a Melenchon. Es bueno saber que en Francia hay un líder progresista que ha sacado un 10,6% frente a Macron con un 23,9.

    Es importante saber que la izquierda de verdad aún existe en Francia.

    Aviso a navegantes susanistas que no quieren oír hablar de Podemos y que no paran de decir que el declive de Podemos ya está en V1 como dicen los pilotos…

    Ojalá y pueda leerte una análisis de Melenchón, seguro que será muy interesante. Porque, o nos ponemos las pilas, o empezamos a emitir billetes de mil pesetas a la voz de ya.

    Ya lo dijo la Lepena: ni un solo Español en Francia mientras los franceses no tengan pleno empleo. Y eso va también por los camiones que pasan por alli desde España…

    Saludos.

    • Le Pen ha dicho muchas cosas. Pero llegados a este punto ¿a quién prefieres, a alguien que defiende la soberanía nacional y el concepto de la República francesa, o a un Rotschild partidario de la disolución de todo en un magma global, tal y como lo conocemos? Por tu comentario entiendo que hubieras preferido a Melechon, pero no ha pasado el corte de la primera vuelta. Habrá que decidir entre los dos finalistas.

  3. A mí, esto de las conspiraciones, que las hay, me produce apatía, sopor, desmayo. Los alemanes mandaron a Lenín para quitarse al enemigo ruso. Poco después, el «amigo» ruso casi se los come crudos; a los alemanes. El Zar, no me voy de la Gran Guerra, a pesar de que lo que más le convenía era abandonar su alianza con británicos y franceses, la continuó por lealtad (¡lealtad a los ingleses!). Esos mismos británicos se negaron a acoger a su fiel aliado el Zar y a su familia cuando pintaban bastos. También mataron a Rasputín, la participación de espías ingleses en su muerte es poco discutida a estas alturas, por su oposición a continuar la guerra, y la alianza con los ingleses. Y por qué cuento todo esto, pues porque hay un efecto, un ingrediente de toda conspiración que no puede ser controlado: el factor humano. Por mucho masón, Rostchild, casta o como le llamemos, la incertidumbre forma parte de todo lo que existe, incluido el ser humano. La «Gente» está muy harta, el supuesto control de daños puede fallar y Le Pen puede ganar. Lo paradójico es que es la candidata de los terroristas islamistas. Ver para creer.

    • Hola Censor. Al final de tu comentario dices «Lo paradójico es que es (Le Pen) la candidata de los terroristas islamistas» Me he quedado sorprendido ¿Te importaría compartir cómo has llegado a esa conclusión?

      Muchas gracias

      • Que el terrorismo islamista se haya cebado en Francia en los últimos tiempos no es casualidad; que Marine Le Pen quiera dinamitar la UE tampoco. No sé si me explico: «cui prodest?»

        Es un juicio absolutamente subjetivo, sin ningún valor científico. Y nada más.

  4. Creo que antes de pensar o hablar del estado de la casa de al lado, deberíamos limpiar la nuestra que la tenemos enfangá…. pensemos lo que pensemos no podemos hacer nada sobre las próximas votaciones de los gabachos…, Saneemos pues aquí primero y después ya veremos que nos encontramos pasados los Pirineos.

    • No nos damos cuenta de algo muy importante. España ya no es nuestra casa. No somos más que una de sus viviendas. La casa es la UE. Como en cualquier vecindario hay de todo. Desafortunadamente la casa está mal construida desde el principio. Anda mal de cimientos. Le salen grietas, y la comunidad de vecinos está en manos de un gestor que hace y deshace a su capricho. Esta es la realidad. Por eso, lo que suceda a cualquiera de los otros vecinos, nos interesa y mucho.

      • No solo no es nuestra casa, sino que el constructor nos ha colado todo tipo de tongos en el contrato de compraventa. La casa tenía cargas porque sus propietarios eran unos sinvergüenzas.

        Ojalá y hubiésemos podido pedir una nota simple antes de firmar la hipoteca…

        • Qué razón tienes, y hubiéramos podido pedir esa nota simple. Nos han hipotecado de por vida. El caso es que nos quejamos, pero, a la hora de la verdad, nos echamos para atrás suplicando «virgencita que me quede como estoy». Nos han comprado por un plato de lentejas.

  5. La verdad es que Emmanuel Macron, a sus 39 años, es un candidato inusual para este momento de la política europea. Se declara socioliberal. Está a favor de la globalización, de la Unión Europea, de implementar una política más humana y eficaz hacia los refugiados, a favor de las energías renovables, cree en el cambio climático y, sobre todo, quiere preservar el modelo social francés.
    Su imagen fresca y espontánea ha hecho que algunos analistas lo comparen con John F. Kennedy, semejante a la de un galán de Hollywood.
    En el otro lado, se encuentra Marion Anne Perrine Le Pen, que se compara con Juana de Arco, agita la bandera del miedo y acusa a la inmigración de poner en riesgo los puestos de trabajo de quienes lograron establecerse en Francia. Su secreto, paradójicamente, está en el número creciente de votantes de origen extranjero. Y es que, en épocas de crisis, el comportamiento habitual en las comunidades de emigrantes es: «después de mí, cierre usted la puerta».
    Le Pen defiende la disolución de la Unión Europea, la abolición del euro, la desintegración del espacio Schengen y la supremacía del derecho nacional sobre el comunitario.
    Su padre describió el Holocausto como un «detalle» de la Historia.
    En cuanto a Jean-Luc Mêlenchon, creo que cometió el error de rechazar rápidamente su apoyo a Macron. Esto fue chocante y lamentable. Su dura indecisión ha dejado un mal sabor de boca electoral.
    En fin, el sistema electoral mayoritario francés a dos vueltas podría tomarse como referencia en una posible reforma de la Ley electoral en nuestro país.
    Como suelen decir los franceses, «en la primera vuelta se elige y en la segunda, se elimina».
    Confiemos en que el «voto útil» opere con intensidad en la segunda vuelta…Ellos eligen y eliminan…

    • Melenchon tan malo como Podemos con el PSOE…Qué mala pata Charles…

      Eso sí, de abandono del socialismo de Hollande y Valls ni rastro…

      Pues nada, cantaremos lo de Susanita tiene un ratón…

      Charles, hay que poner las barbas en remojo…Mal momento para intentar unas primarias manipuladas.

      • «Hobbes», no creo que haya que poner las barbas en remojo.
        Lo único que lamento es el tiempo que, aquí en España, se está gastando en demonizar a unos compañeros contra otros.
        ¡Cuánta energía derrochada y cuánto insulto vano!
        Mientras tanto, en los cuarteles más rancios de la derecha se frotan las manos…

  6. Parece mentira que con lo que ha sufrido Europa por el fascismo y el nazismo todavía se dude que jamás debe ganar en Europa un partido neonazi xenófobo y cavernícola, por muy censurable que sea el rival.Parece mentira.Menos mal que los propios franceses os dirán quien es Le Pen votando en las urnas.Es muy triste ver dudar en este asunto, y dejémonos de tanta hipocresía: el ser humano es como es y solo se acuerda de la pobreza cuando le toca de cerca, pero eso es otra historia.

  7. Con profundo respeto a todos los comentaristas. Tengo la sensación de que, salvo alguna excepción, los comentarios están hechos sin haber leído bien el artículo. No pretendo molestar, pero ¿alguien ha tomado en cuenta la denuncia de Fillón al gobierno francés y a su primer ministro, Valls, con la que se inicia el artículo, o al terrorismo yihadista de los Hermanos Musulmanes creado por los propios aliados de Francia -se habla del MI6 británico- con el propio Estado francés como cómplice? ¿De qué Fillón fue atacado precisamente por sacar eso a relucir? ¿Qué ese fue el ambiente de la primera vuelta?

    Me parecen unas circunstancias muy graves ¿Nadie se da cuenta de que Macron no es lo que dice que va a hacer, sino el representante de la oligarquía más rancia? ¿Habrá más fascismo que el aplicado por esta oligarquía? Macron ahora juega el papel de movilizador y catalizador, perfectamente respaldado por aquellos a quienes desde estas páginas -incluidos los comentaristas- se ha acusado, por activa y por pasiva, de ser quienes manipulan y manejan nuestros destinos.

    ¿Qué nos pasa, Ángel Manuel, pactamos con el diablo por que creamos que vamos a exportar unos cuantos camiones más de fruta? ¿Es ése el concepto de las cosas que queremos? ¿Dónde ha quedado el humanismo que tanto has predicado?

    Y digo el diablo, porque Macron no es un títere; a los títeres se les movía con hilos. Macron es más moderno, eso sin duda. Y fruto de un márketing político mucho más depurado. Macron es un androide con un chip programado mediante inteligencia artificial. Macron actuará en función de los intereses de aquellos a quienes representa y punto. Todo lo demás es -permitidme que insista- puro márketing.

    Charles, Macron de inusual no tiene nada. Su aparición en escena y encumbramiento es de manual. Sus palabras son como las del vendedor que te envuelve para que adquieras una paquete bellamente envuelto, hasta que al abrirlo te encuentras con la realidad pero, para entonces, el vendedor habrá desaparecido con tu dinero e ilusiones.

    Remigio, ¿de verdad piensas que el sistema financiero actual, el que nos ha conducido a una situación cuya salida no está para nada clara, es solamente censurable? ¿Con eso ya nos quedamos tranquilos? ¿Lo censuramos un ratito y ya está? Este sistema de casino e inhumano es el que representa Macron. No entiendo la benevolencia con la que a la hora de la verdad estamos tratando a los creadores de lo que hemos criticado tanto.

    Un gran saludo a todos

    • Sr. «Pensamiento crítico», la creación de un nuevo «movimiento político» en Francia por parte de Emmanuel Macron no es algo novedoso, ni original.
      Recordemos, en España, cuando UCD exhibía su lema «ni la derecha ni la izquierda» allá por el año 1977.
      Aquí, en nuestro país, continuamos en una primaria reducción bipolar, o se está con la excrecencia corrupta del 78, es decir, el PP, o se está con la revolución y sus cuchillas.
      Lo que Francia ha dejado patente es que ha sabido fabricar un personaje intermedio: Macron.
      Permite castigar la vieja oligarquía y frenar el populismo oportunista. Sirve para ambas cosas. Es lo viejo y lo nuevo.
      La duda está en saber si su existencia obedece a la fatiga del sistema o a su capacidad de autorregenerarse.
      Para los populismos, hay una cosa inquietante: Macron cabalga sobre un «movimiento» antes que sobre un partido. Si el populismo surge de las crisis de representación de los partidos tradicionales, la llegada de Macron acaba de reconstituir todo el sistema de mediación política…

      • Por cierto, sería algo positivo, algo genuino y una verdadera innovación con futuro si el discurso de Macron, rabiosamente laico y europeísta, consiguiera asentarse en la lepenizada plaza del gaullismo…

      • «Excrecencia corrupta del 78». ¿Y dónde está según usted, don Charles, la virtud redentora del 17? A mí, es que escuchar a socialistas e iraníes hablar de corrupción me da la risa. Estamos rodeados, amigo Charles, convenzasé.

        «Allons enfants de la Patrie,
        Le jour de gloire est arrivé !
        Contre nous de la tyrannie
        L’étendard sanglant est levé…»

        • Sr. «Censor», a mí se me cortó la risa el pasado sábado al ver al Sr. Ruiz Gallardón rememorando la dictadura franquista en el entierro de su suegro. Es verdad, estamos rodeados….

  8. Entiendo que el Sr. Marcelino nos sacara del suspense y no deleitara con la respuesta a la pregunta lanzada en anterior artículo de como es posible que El Imperio de las Españas otrora dominado del poder y de la cultura occidental contra el enemigo Otomano y salvador defensor de la Iglesia Romana – muchas muertes causaron esas guerras de compatriotas – sucumbio a las logias masónicas inglesas que nos hizo callar por el resto de lisa siglos, espectante estoy.

  9. A Pensamiento crítico con afecto:

    Como eurorealista, considero la necesidad de permanencia de la UE, tanto como en su enjuiciamiento crítico.

    Las ventajas del mercado común son el sustento de muchas empresas españolas. Creo que la defensa de nuestros intereses es perfectamente compatible con la defensa del Humanismo ausente en las políticas comunitarias, porque entre otras cosas se prioriza lo económico, pero incluso ésto se asienta en la libre circulación de mercancías que dinamiza mucho las economías nacionales. Y esta libertad me parece entre socios comerciales muy positiva.

    Macron no me gusta, por lo que has dicho, Le Pen, que es nacionalista, tampoco.

    Volver a la época de que tiren nuestras verduras y frutas en Francia, porque son más competitivas que las francesas me parece un retroceso. Por esa regla de tres nosotros prohibimos la venta de Peugeot o Citroen, aunque tengan fábricas aquí…

    El mutuo beneficio comercial me parece un valor que Le Pen amenaza. Macron podrá ser una eficiente campaña de marketing de los poderes económicos, pero está eso, o volver a las rivalidades políticas y comerciales de países que no hace mucho tuvieron graves conflictos.

    • Ángel Manuel, gracias por tu aclaración. El debate podría ser eterno. Por ello, sin ánimo de convertirlo en el cuento de nunca acabar, pienso que aceptar a Macron con toda normalidad, sabiendo que es el representante de la oligarquía que nadie queremos (o, al menos eso decíamos hasta hace dos días) es cerrar la puerta a cualquier cambio, pues, por pequeño que sea, siempre amenazará al «status quo» y, por lo que se ve, queremos rizar el rizo para que cambien las cosas, pero sin tocar nada. Eso es imposible.

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