El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo ha informado que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado el Decreto por el que se conceden ayudas a los agricultores de secano en Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA) para agricultores que voluntariamente se acojan a esta línea de ayuda, con la que se compatibiliza la protección del espacio natural y la actividad económica desarrollada por los agricultores.
Para ello, se han previsto 31,7 millones de euros en 2017, ampliable hasta 41 millones de euros, el próximo año, con cargo al Programa de Desarrollo Rural (PDR) que ha planificado la Consejería para esta línea de apoyo y que se pondrán a disposición de los agricultores en 2018.
Martínez Arroyo ha enumerado los núcleos, conocidos ya popularmente en el ámbito agrario como “cogollos”, en los que los mil agricultores se van a beneficiar de las ayudas, la mitad de las hectáreas en las localidades de El Bonillo, Viveros, Alcaraz, El Ballestero, Bonete, Corral Rubio, Chinchilla, Higueruela y Hoya Gonzalo, todas ellas en la provincia de Albacete. La otra ZEPA más beneficiada es La Mancha-Norte, en Toledo con las localidades de Dos Barrios, La Guardia, Lillo, El Romeral y Tembleque y, por último, en Guadalajara los municipios de Quer y Cabanillas del Campo. La mayoría son aprovechamientos de cereal beneficiados de estos pagos compensatorios. Asimismo, ha destacado que fuera de estas zonas no se establece ninguna limitación a las prácticas de cultivo de cereal secano.
En cualquier caso, el titular de Agricultura en Castilla-La Mancha ha adelantado que es más que previsible un incremento de la superficie objeto de esta compensación para la próxima campaña que se sumarán a los 400 kilómetros cuadrados, con una ayuda de 208,2 euros por hectárea. Se cumple así el compromiso de poner en marcha los Planes de Gestión en Red Natura, “que no afrontó el Gobierno anterior” dentro de la normativa europea y, además, “se pone a disposición de los agricultores una línea de ayudas especial, que hace rentables las explotaciones de secano en Castilla-La Mancha”, ha hecho hincapié el consejero.
Garantía para los agricultores
A partir de ahora, los Planes de Gestión ofrecen “garantía y seguridad jurídica” ha manifestado Martínez Arroyo. Particularmente, “con el Decreto aprobado por el Consejo de Gobierno este martes, no solamente se intenta proteger el medio ambiente sino que garantiza en 40.000 hectáreas de la región una protección extrema, como no hay en ninguna otra Comunidad Autónoma española y, evidentemente, podríamos haber ido más allá pero que los agricultores voluntariamente se acojan a los compromisos ambientales es una buena opción”.
La Consejería pretende establecer superficies más o menos continuas lo suficientemente extensas para la aplicación de estas prácticas con objeto de que sean realmente eficaces y que permita testar, en primer lugar si las medidas adoptadas contribuyen significativamente a la conservación de las especies; es decir, la bondad de las medidas para las aves esteparias y en segundo lugar, estudiar la pérdida de renta real al adoptar estas prácticas.
De esta manera, las ayudas del PDR van a compensar la pérdida de renta al adoptar determinadas prácticas agrarias que van a contribuir a la conservación de las especies de aves esteparias en las Zonas de Especial Protección de la Avifauna en ambientes agrarios al amparo del Plan de Gestión de estas ZEPAS que fue aprobado mediante la Orden 63/2017, de 3 de abril, de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural y publicada en el Diario Oficial el pasado día 5.
Compromisos medioambientales
El consejero de Agricultura y Medio Ambiente ha explicado cuáles son los compromisos adquiridos por los agricultores. “Estas prácticas hacen referencia fundamentalmente a la limitación de la utilización de productos químicos, la adopción de fechas de recolección compatibles con la reproducción de las especies y la regulación del uso de maquinaria agrícola y siega dependiente de la época de nidificación”.
Las esteparias son un grupo de aves caracterizadas por nidificar en el suelo ligadas a hábitats cerealistas o hábitat con vegetación natural de escaso porte. Su situación actual en conjunto es de declive aunque haya especies que mantengan poblaciones estables como la más llamativa por su tamaño, la avutarda. Otras especies relevantes en situación preocupante son el sisón, el alcaraván, la ganga o la ortega por ejemplo.
Estas zonas van a resultar unos campos de estudio realmente interesantes no solo para mejorar la protección de las aves esteparias en general sino para implantar medidas de recuperación y conservación de la perdiz autóctona, especie cinegética emblemática en esta región y para la que la Consejería pretende desarrollar medidas de control genético y recuperación de hábitat.
