In memoriam Vicente García Minguillán
Francisco Blanco Mena.- Ciudad Real, Jueves Santo 10 de Abril de 2009: Convento de las Terreras . Debido a la escasez de vocaciones, desde hacía unos meses sólo habían quedado dos monjas, y con el fin de que no hubieran de marcharse a otro Monasterio–ya que con ese número no se consideraba Comunidad-, la Orden de Concepcionistas había enviado días atrás a una novicia , que al mismo tiempo habría de meditar en su decisión de tomar los hábitos próximamente. Dada la festividad del día, tuvieron lugar las celebraciones propias, y en la hora de Recreación charlaban las tres. Sor Inmaculada Martínez -Priora- y Sor Clara Núñez , explicaban a la novicia los orígenes del Convento en el S. XV. Beatriz-que ese era el nombre que había adoptado como aspirante en honor a la fundadora de la Orden- contaba que había nacido en Cádiz, y allí fue donde sintió la vocación e ingresado hacía un año en el Convento de Sta. María. “Precisamente -matizó- la contemplación en numerosas ocasiones de una imagen de Jesús Nazareno del S. XVI que allí hay, adornada todas las primaveras por vistosos lirios, fue la que me movió a reorientar mi vida . Mi padre es español, y mi madre nació en Tánger, y curiosamente según me han contado desde siempre, nuestra ascendencia es Sefardí: de hecho mi madre de vez en cuando canturrea antiguas canciones ladinas.” La Priora le comentó : “ pues qué casualidad que esta noche vas a tener ocasión de ver otro Nazareno muy arraigado en Ciudad Real, y de alguna manera puedes convertirte en un lirio que le adorne”…A pesar de la vocación que manifestaba la novicia y su alegría por ello, Sor Inmaculada percibía que su rostro joven expresaba de vez en cuando una mueca de tristezadebida a sus dudas interiores.
Después se dispusieron a descansar, y avanzada la madrugada se levantaron para ver pasar la Hermandad de Jesús Nazarenodesde las celosías que coronaban la torreta del convento. Al fondo de la Plaza podían ver cómo en la Calle Lirio que la atravesaba,había numerosas personas esperando la Procesión. Sor Inmaculada le comentaba a la novicia curiosidades de la Semana Santa ciudadrealeña en aquellos lugares , mientras llegaba el Cortejo. “ Hasta comienzos del S. XX , el sencillo tronode Jesús entraba en nuestra iglesia y en su interior se le cantaba un Miserere , pero en un momento determinado al hacer el paso nuevo, ya no cabía por la entrada y los hermanos lo paraban frente a este torreón. Desde entonces es costumbre volverlos al entrar en la Plaza . Esta Hermandad tiene también una curiosa Leyenda situada en el S. XV: Dentro de la antigua Aljama de la ciudad -en la Calle Lirio- vivía Efraín , un comerciante judío, con su hija Sara . Ésta mantenía en secreto amores con un Capitán de Cuadrilleros de la Santa Hermandad llamado Francisco Poblete. Efraín fue apresado por el Tribunal de la Santa Inquisición – recién creado en Ciudad Real – acusado de practicar culto al judaísmo, siendo juzgado y encerrado en sus calabozos , en los que al cabo de un tiempo murió . Francisco iba todas las noches a ver a Sara a través de la reja de su casa , procurando no ser descubierto .Todo su afán era que ella se convirtiera al Cristianismo y así poder formalizar la relación , pero Sara -si bien correspondía al amor de Francisco- le manifestaba que no podía renunciar a la religión en que fue educada y por la que su padre había perdido la vida.El Capitán era devoto de la imagen de Jesús Nazareno que los Dominicos tenían en una de las Capillas de su Convento en la Calle Barrera ( hoy Compás de Sto. Domingo ), y le pedía constantemente que ella se convirtiera.
La Santa Hermandad fue requerida por el Rey Fernando el Católico para que sus cuadrilleros acudieran a Andalucía a fin de para sumarse a sus ejércitos en una de sus campañas contra los musulmanes, que en esa zona aún resistían. Francisco debía abandonar Ciudad Real , y por tanto a su amada. En la despedida se juraron amor eterno, y él le dejó una pequeña estampa apergaminada con la efigie del Nazareno. Pasados algunos meses sin noticias de su amado, Saracomenzó a sumirse en una tristeza que iba minando su salud.
Un día recibió el fatal mensaje de que Francisco había muerto en el combate, quedando desolada. Enfermó , y en su gravedad se acordó de las palabras de aquél y de sus ruegos a Jesús, y se encomendó a Él. Era la noche de Jueves Santo y la procesión salió por primera vez del Convento de Santo Domingo. SU imagen con la Cruz a cuestas sobre un sencillo monte, era llevado en parihuelas e iluminada por las teas de sus encapuchados portadores que le arropaban con sus cánticos piadosos. AL llegar a la altura de la ventana enrejada tras la que se acababa la vida de la judía, la Imagen se paró sin que los que la portaban -extrañados- pudieran continuar la marcha. Sara, desde su cama hizo un gran esfuerzo para acercarse a la ventana. Mirando al Nazareno, le ofreció su conversión rogándole por el alma de Francisco. Exhaló su último suspiro y quedó muerta. En ese momento la Imagen continuó su marcha, perdiéndose el cortejo en la noche.En la Ciudad, se habló durante muchos años de la Conversión de Sara ante el paso de Jesús “.
Sor Clara advirtió del sonido a lo lejos de una campanilla. Centraron sus miradas a través de los huecos de lacelosiaal fondo de la Plaza y comprobaron que la Hermandad hacía su entrada en ella. Sor Inmaculada explicó a la novicia cómo la campanilla se utilizaba para marcar en el transcurrir silencioso de la procesión , los tiempos de parada y continuación de la marcha . Un buen grupo de hermanos con túnica morada y blanca con faroles y cirios acompañaban la Imagen de su titular, portado por costaleros, todo en un riguroso silencio. En un momento determinado como había precisado la Priora , el paso del Nazareno giró lentamente y se colocó mirando al Convento, parándose. Beatriz, a pesar de la lejanía, pudo advertir la belleza de la Imagen, sobre un extenso monte de lirios. A lo lejos y a través de la megafonía del paso ,se podía oir la voz del sacerdote que presidía la Estación de Penitencia al realizar una meditación. Pasada la oración, la campanilla volvió sonar entre sus filas . Las monjas esperaron a que la procesión continuase para retirarse de nuevo a sus celdas. “Algo ha debido averiarse porque el paso no gira para seguir su marcha” dijo SorClara, al tiempo que se podía apreciar como los costaleros subían los faldones y se afanaban en algún posible fallo .Las religiosas aguardaronaún un poco , pero debido a lo avanzado de la madrugada y que parecía que no se solucionaba el problema del paso,se dispusieron a irse de nuevo a descansar. Bajaban la escalera y Sor Inmaculada preguntó a Beatriz si le había gustado la procesión, y ellaemocionada asintió. La Priora, advirtiendo no obstante que una vez más se reflejaba en su ánimo la lucha interior entre vocación y sentimientos reales, quiso animarla diciéndole no diera mayor importancia a esos momentos. Además, en cualquier caso acababa de vivir algo muy intenso, y de alguna manera había sido un verdadero lirio que había adornado a Jesús . La novicia, con lágrimas en los ojos , volviendo la cara hacia sus compañerasles dijo: ahora sí lo tengo claro :quiero profesar. Una gran alegría inundó a las tres mujeres, que se fundieron en un abrazo. Sor Inmaculada les dijo: “ Venga, vayamos al Monumento y demos gracias las tres ; por cierto: sabemos tu nombre de novicia, pero cuál es el real ? Ella respondió: Sara. En el silencio de la madrugada se oyó el tintineo de una campanilla…
Francisco Blanco Mena
Retazos
PRECIOSO RELATO.
Me he emociado al leerlo. Simpmemente,precioso