La piel se relaciona con todos los órganos y sistemas del organismo y puede reflejar alteraciones sistémicas de todo tipo. “Los signos de la piel a veces no son llamativos, ni hay una alerta, pero pueden ser muy importantes porque pueden preceder, acompañar o seguir al diagnóstico de una enfermedad”.
Así lo explicó la Dra.Pilar Cortina de la Calle, dermatóloga en el Hospital General Universitario de Ciudad Real, quien impartió la ponencia “Manifestaciones dermatológicas de enfermedades sistémicas”, dentro del XVIII Curso de Formación Continuada de Pediatría Extrahospitalaria que promueve la Sociedad castellanomanchega, presidida por el Dr. José Luis Grau Olivé.
La Dra. Cortina comentó, además, que la piel “es el órgano más extenso del cuerpo humano y supone una de cada cinco consultas en medicina general y en pediatría puede que incluso más. Siempre hay que estar atento a la piel del niño que no es un problema menor, muchas veces sí, pero otras veces puede ser clave”.
La dermatóloga ofreció a los pediatras asistentes al curso algunas claves cutáneas, de signos en la piel, de enfermedades que pueden afectar a otros órganos y donde los pediatras son determinantes, y a veces los dermatólogos, para su diagnóstico, es decir, “a partir de signos y síntomas en la piel, en qué tenemos que pensar”. Asimismo, la Dra. Pilar Cortina comentó con muchos ejemplos gráficos aquellos cuadros que más se ven en consulta como “hiperpigmentaciones o hipopigmentaciones y otros no tan frecuentes pero importantes como las púrpuras, las dermatitis del pañal que no son por el pañal, la fotosensibilidad, el prurito, exantemas o eritemas”.
En definitiva, concluyó Pilar Cortina, “los pediatras siempre deben estar atentos a los signos en la piel pues pueden ser definitorios para el diagnóstico de una enfermedad aguada o para el diagnóstico de una enfermedad en la que la búsqueda de otros signos pueda evitar complicaciones posteriores, aunque, estos signos no llamen la atención en un primer momento”.
La ponencia es la cuarta de las cinco sesiones que completarán el XVIII Curso de Formación Continuada que promueve la Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria de Castilla-La Mancha. En junio finalizará el curso con el tema ‘Intolerancia a azúcares en la infancia: no todo es intolerancia a la lactosa’. Estos cursos nacieron en 1998 con vocación de continuidad. Cada uno de los cursos se divide en cinco sesiones anuales, entre los meses de octubre a junio, gracias a la propia Sociedad y al apoyo de la industria farmacéutica. En el curso se tratan patologías de actualidad entre los pediatras manchegos, profesionales a los que va dirigida esta formación,al tiempo que crean vínculos entre la pediatría del hospital y la del centro de salud.