Con una expectación inusitada era presentado en el marco de la pasada Feria de Marzo el primer libro que ha publicado el fotógrafo autodidacta almodovareño Juan de Ávila Martínez León. ‘Almodóvar del Campo. Imágenes y recuerdos’ es el título de una obra que recopila decenas de estampas de la población y su entorno, realizadas a lo largo de varios lustros bajo el particular punto de vista y sensibilidad de un vecino cuyas instantáneas no dejan, en ningún caso, indiferente a quien las contempla.
El Centro Cultural ‘Casa de la Marquesa’ acogió un acto que dejó pequeña la sala donde habitualmente tienen lugar las presentaciones de este tipo, obligando a no pocos asistentes a seguir el acto desde el pasillo exterior. Desde dentro se dirigieron al público el alcalde, José Lozano; el licenciado en Ciencias de la Información con especialidad en Periodismo, Paco Acero; y el propio autor.
Juan de Ávila se mostró gratamente abrumado por tamaña repercusión. En la convocatoria también quiso intervenir, con gran afecto, su familia por boca de una hermana. Y con la humildad que le caracteriza, el protagonista expresó su reconocimiento “a todos los que me han apoyado en esta pequeña aventura”, citando por ejemplo a su esposa para el proceso de edición y al editor Javier Flores, mentor de la firma Ediciones Puertollano encargada de la producción de imprenta.
“Espero que os guste el libro. Creo que ha salido un trabajo medio decente y, sobre todo, hecho con mucha ilusión”, dijo. También adelantó que su intención a medio plazo pasa por editar más trabajos, sobre la comarca, “buscando siempre algo diferente en el formato y el contenido”. Entretanto, volviendo al acto, al finalizar la presentación hubo de dedicar un buen rato a firmar dedicatorias a no pocos amigos y paisanos.
El ejemplar, editado a todo color en formato apaisado para aprovechar al máximo la reproducción de cada toma, recoge a lo largo y ancho de sus más de 60 páginas una selección de 75 instantáneas sobre Almodóvar del Campo y sus gentes, que el autor ha extractado de un ingente archivo personal de más de un cuarto de siglo de andadura. También incluye varios textos de creación propia en los que, con mirada y corazón de niño, recupera con nostalgia aquel pasado, no tan lejano, en el que Juan de Ávila era precisamente un crío y aprendía a admirar el pueblo al que ama.
Ordenado estacionalmente, desde el crudo invierno hasta el cambiante otoño, Martínez León regala al lector página tras página, panorámicas generales y detalles únicos de un pueblo sometido a su habitual climatología de extremos. Ésa que también regala alternancia de tonalidades y luces a su paisaje urbano en función del mes o del día del año de que se trate.
Por su parte, el presentador de la obra, Paco Acero, destacó de la labor de Juan de Ávila Martínez León su vocación como retratista, ya sea de la naturaleza o de la urbanidad, de paisanos y de situaciones de la vida cotidiana, de celebraciones religiosas y aquellas oras más mundanas, inmortalizado todo ello, según dijo, con toda el alma de sus protagonistas.
“No es solo un compendio más de los muchos que hay de imágenes fotográficas. Me atrevo a decir que es un poemario en el que Juan plasma a través de su cámara y oficio estrofas de la vida que nos rodea y las rima, cual versos, con una verdadera prosa poética evocadora, nacida de su puño, de su letra y, sobre todo, de ese corazón de niño entrañable que, en el fondo, todos tenemos pero que tanto nos cuesta entresacar ya a determinadas edades”, señaló el periodista y actual mentor de la agencia Entremedios.
El alcalde, que abrió el acto, se mostró entusiasmado ante el gran interés que había despertado el acto cultural y felicitó al autor por esa “mirada diferente con que Juan es capaz de fotografiar los lugares más emblemáticos y a las gentes de nuestro pueblo”. José Lozano animó a este paisano, perito agrícola de profesión, a seguir en esta línea e invitó a todos a adquirir ejemplares de este “delicioso trabajo de nuestro paisano”.
El libro, que se puede adquirir en librerías de la localidad o a través de la dirección de email almodovarenimagenes@gmail.com, tiene por colofón una reflexión tan acertada como personal de Juan de Ávila acerca de su pueblo, que deja a entrever el cariño que destilan todas las páginas previas: “Almodóvar es nieblas…; mañanas de frío limpio…; barrios y candelarias…; villancicos madrugadores…; ruido de varas en las sierras…; tardes que se alargan…; viento suave…; el tac, tac, tac, de las cigüeñas que siempre vuelven…; siembras y colores…; hombre, trabajo, campo y ganado…; vecindad…; cruces y santos…; cornetas, tambores y fe…; campos amarillos…; caloooooor…; siesta y silencio…; paseo…; noches estrelladas…; charla al fresco…; toros, carreras, amistad y alegría…; la elegancia del galgo en la carrera…; otoño, luz limpia…; canto de grullas y voces de perreros en las sierras…; olor a goma de borrar y virutas de sacapuntas…; tactacatac de mochilas camino del cole con algo importante dentro, el saber…; nubes por La Romera…; Valle de Alcudia…; blancas ermitas que nos reciben y nos despiden…; la torre siempre ahí…; y gentes que te dicen con sencillez y sinceridad ‘Anda con Dios”.
