La raíz del problema. No los síntomas, sino la enfermedad. Lo que tenemos que averiguar, y sanar, si queremos un buen Sistema Educativo para las nuevas generaciones, para nuestro futuro.
Lo preguntaba aquí, pero no, no está ahí la respuesta. Nos quedamos en los síntomas, en la superficie.
Vamos a profundizar.
Los seres humanos estamos programados genéticamente para aprender, y mucho, especialmente en nuestros primeros años de vida. Una simple cuestión de supervivencia.
Aprendemos cosas de forma natural. Sin darnos cuenta. Por repetición, por imitación, por experiencia.
Y los chavales aprenden, ya lo creo. Aprenden lo que la sociedad les enseña. Lo que necesitan para integrarse con éxito en la sociedad en la que tienen que desarrollar su vida adulta.
Su aprendizaje es coherente con la sociedad en la que viven.
Aprenden imitando las conductas que la sociedad marca como exitosas. Lo que ven, lo que funciona, lo que es valorado socialmente.
¿De quién aprenden los chavales?
Miremos sus modelos, las personas que son más famosas en este país, los que más salen en la tele, los que más dinero ganan, los que más reconocimiento tienen:
– Futbolistas y otros deportistas.
– Artistas (música, cine) que destacan por su físico, raramente por la calidad de su trabajo.
– Modelos de pasarela y demás.
– Individuos maleducados, zafios, incultos, irrespetuosos, egoístas, ignorantes, estúpidos… que exponen sus mediocres vidas públicamente.
– Empresarios corruptos que se hacen ricos abusando, robando y engañando aquí y allí.
– Políticos profesionales.
– Enchufados en los mejores puestos de trabajo (directivos y ejecutivos varios, entre otros).
Etc.
Pregunta retórica: ¿quiénes de entre esos socialmente valorados “profesionales” han necesitado una titulación para alcanzar su posición?
Pues eso. Está claro, ¿no?
¿Cuántos científicos famosos salen cada día por la tele? ¿Cuántos científicos son tema de conversación en una comida o cena de cualquier hogar actual?
O… ¿cuántos padres jalean con pasión, entusiasmo, y hasta adoración, cada fin de semana y entre semana, el trabajo de algún científico?
Ninguno. Jalean a los futbolistas.
Más preguntas: ¿cuántos padres leen con sus hijos? ¿Y cuántos ven la tele o juegan a la consola, muchas horas al día, delante de sus hijos?
Profundicemos un poco más:
Si nuestros chavales miran su entorno, ¿cuántos parientes o amigos adultos conocerán que:
1) tengan un título,
2) trabajen -en su municipio, sin haber tenido que emigrar- gracias a su título, y
3) estén contentos con su trabajo?
Tal vez en nuestros entornos personales -privilegiados, gente con cultura y trabajo- haya algunos casos aislados. Pero no creo que sean muchos.
Pero hay enormes bolsas de población -en nuestra región, en nuestro país-, donde la gran mayoría de los chavales no tienen prácticamente ningún referente positivo cercano que les muestre que obtener un título merece la pena.
Y más aún, miremos dentro de las aulas, donde los alumnos tienen unos referentes cercanísimos para valorar si merece la pena sacarse o no un título: sus profesores.
Quemados, cabreados, maltratados, malpagados, despreciados, faltados al respeto reiteradamente por las autoridades educativas, por la dirección de los centros, por los propios padres de los alumnos…
¿Esforzarse para estudiar? ¡Venga ya!
Los chavales aprenden cada día, de sus mayores, que en esta vida lo importante es otra cosa. Darle patadas a un balón. Estar buen@. Llevar ropa de marca. Agredir, gritar e insultar. Estafar y robar. Tener un buen enchufe.
Y sobre todo, ante todo, tener dinero. Lo más importante.
Somos lo que tenemos. El dinero por encima de las personas. La lección principal.
Esto no hay centro educativo que lo remedie.
Un detalle más y termino. No quiero dejarme otra faceta de la misma enfermedad, fundamental también, casi tan importante como lo anterior:
¿Cómo narices va a concentrarse un chaval en las matemáticas o la lengua si tiene una vida de mierda -con perdón otra vez-? ¿Si su familia vive en una situación de penuria económica, si su preocupación es cuándo les van a desahuciar, si vive en una chabola o piso ocupado sin agua ni electricidad, o si el maltrato en el hogar, la violencia, la delincuencia, las drogas… es su pan de cada día?
Realizar una actividad intelectual compleja -a partir de cierta edad, aprender según qué cosas lo es-, requiere concentración.
Y es difícil concentrarse con el estómago vacío, o con la cabeza llena de problemas mucho más graves que hacer una multiplicación de monomios o saber si “cabeza” es sujeto o complemento directo.
Sin garantizar una vida digna para tod@s, no puede haber educación digna para tod@s.
La raíz del problema no está en las aulas: está en la sociedad.
Si queremos que los chavales aprendan lo que es correcto, los adultos debemos hacer lo correcto.
Si queremos una mejor educación, la sociedad debe cambiar, los adultos deben cambiar.
Es un error centrarse en los cambios en los centros educativos, y en las aulas, cuando la raíz del problema está fuera.
Por ahí vamos mal. Tratar los síntomas no va a funcionar.
Hay muchísimo que mejorar dentro de las aulas, sí. Pero lo importante, lo principal, debe hacerse fuera.
Actuando sobre la raíz del problema.
No educa la escuela, educa la sociedad.
Gonzalo Plaza
Ciudadano en blanco
La Educación y la Sociedad son dos conceptos estrechamente relacionados. Aunque también podríamos añadir la Cultura.
Actualmente, no sólo hay que educar en mundo de revoluciones tecnológicas sino que también hay que formar a los ciudadanos moral y cívicamente.
Esa educación moral hay que fomentarla en las familias. De lo contrario, no sirve de nada que en las escuelas se dé una formación en valores.
Mientras tanto, desde el exterior, debemos tratar de eliminar a ese virus artificial llamado «desigualdad» que pone a las grandes mayorías al servicio de los intereses individuales, sociales, políticos y culturales del 1% de la población más rica y poderosa.
Una enfermedad de larga duración que requiere un tratamiento largo y costoso…
Y que haya referentes éticos:
¿Cómo puedo yo formar a mis hijos, si cada día ven una recua de chorizacos yendo al Supremo o a la Audiencia Nacional?
En España, dejar a tus hijos ver la tele solos es un auténtico peligro. Chonis, canis, chorizos, curas pederastas, telerealidad casposa, aristócratas ladrones, presidentes de CCAA ladrones, ….
No me imagino llevando a mis hijos a misa, a una de esas misas que se han retransmitido desde la tele de todos, donde un impresentable habla de hombres nocturnos, de niñas que van provocando y buscando que las violen, de gente (honrada) que quiere acabar con España por su relatividad moral…. etc etc.
Ya no digo nada de ponerles a escuchar a muchos, muchísimos políticos locales que no tienen nada más que verborrea huera y diarréica. Que no son capaces de construir una frase con el orden gramatical correcto.
Evidentemente no tengo receta para arreglar este mal, pero un buen camino es fomentando la calidad en la Educación Pública y que, todo el dinero que se da a la concertada se derive de nuevo a lo público. Quien quiera privada, adelante, pero con su dinero. Eso, y que se trabaje el respeto por el educador, por los centros educativos públicos y se introduzcan métodos de aprendizaje más interesantes para l@s niñ@s. De hecho, en CLM hay varios colegios que usan el trabajo por proyectos y están muy contentos.
Sólo desde lo público de calidad, con un acceso igualitario a la educación podremos hacer algo. El resto, decadencia…y más poder para el establishment neoliberal.
Ya, pero estamos en las mismas. Estás centrándote en el aula, cuando la raíz del problema está fuera. Camino equivocado.
Esos cambios que buscas, o bien no se van a aplicar, o bien se aplicarán pero no se mantendrán en el tiempo, o bien no servirán de nada.
Por ejemplo, esas buenas prácticas puntuales y aisladas en algunos centros de Primaria. ¿A cuántos colegios alcanzan? ¿Por qué no se extienden -como la pólvora- por todas partes, si sabemos que esa educación es muy superior a la tradicional que se da en el resto de los colegios?
¿Cuánto podrán mantenerlos los maestros y padres implicados -contra viento y marea-?
Y luego, hay que tener en cuenta que el mayor daño en el Sistema educativo se produce en Secundaria, cuando los niños llegan a una edad en la que la influencia de padres y maestros disminuye mientras que la influencia de la sociedad aumenta radicalmente.
Ahí es donde se destroza a los chavales. Incluso a los que llegan medio bien.
¿Cuántos centros de Secundaria públicos conoces que trabajen por proyectos, por comunidades de aprendizaje, con otras pedagogías como Montessori…?
Los cambios necesarios dentro de las aulas sólo pueden llegar, y consolidarse, y ser efectivos, si se ganan y sostienen fuera.
Pero si fuera no se hace nada, lo que se pueda conseguir en las aulas serán parches. Poner una tirita a quien se está desangrando porque le han cortado la yugular.
De qué me suena a mí,.. «Educación para la Ciudadanía»???, que no caigo.
Es decir, ante el desastre, huyo hacia adelante.
Educación para la Ciudadanía, ese monstruo que genera curas pederastas, presidentes de CCAA ladrones, ministros corrupptos, tramas y demás lindezas.
Donde esté esto:
a) La educación política, en el espíritu y doctrina del Movimiento.
b) La educación física y deportiva.
c) La educación premilitar.
d) La iniciación a la del Hogar para las juventudes femeninas.
e) Colaborar en la formación cultural, moral y social con las instituciones a las que corresponda prestarlas y secundar la educación religiosa propia de la Iglesia.
f) Organizar y dirigir campamentos, colonias, albergues, cursos, academias y cualquier otra obra de este género, enderezada al cumplimiento de sus funciones.
g) Completar, respecto de sus afiliados, la labor del Estado, principalmente en materia de sanidad, enseñanza y trabajo.
Corresponde a los padres la educación de los valores, no al Estado (artículo 27 de la Constitución).
La escuela transmite conocimientos, y nada más.
Confundir la función de la escuela ha sido un factor más que explica el fracaso escolar y la confusión de roles.
Qué coño tendrá que ver la pederastia o la corrupción con ello.
El adoctrinamiento en la familia hasta la mayoría de edad.
El Estado a la gestión y conservación del Estado de Bienestar.
Has sacado un retrato muy fiel. Te felicito.
Por demás, tengo un par de nombres para ministros de educación. Mi candidato mejor se llama José Antonio Marina. El otro es un juez de menores, Emilio Calatayud. Sin embargo, y tal y como están las cosas, por desgracia, el que tendría que «ministrar» primero sería Emilio Calatayud.
Ningún partido político va a poner a una persona decente y capaz de ministro de Educación.
No sea que haga bien su trabajo, y les arruine el chiringuito.
Los partidos los prefieren tontos.
A sus votantes.
Esto sólo lo podemos arreglar nosotros. Padres e hijos, y el resto de ciudadanos.
Los que tenemos conciencia del problema, al menos.
Directamente. Sin representantes que no lo son. Sin Ministros que sirvan al Poder económico.
Otra cosa: la mayoría de las enfermedades se curan. Pero esta de la educación en España ya es imposible; haría falta el esfuerzo continuado de generaciones y una implicación total de la sociedad.
Es amargo, es duro, pero es lo cierto: entre PP y PSOE han destruido por completo la educación secundaria en España.
Ambos nombres que ha citado son mentes brillantes y realistas, y ambos coinciden que es en la familia donde se cuece la educación, y si la familia falla, deben intervenir las Administraciones, no para adoctrinar sino para encauzar.
Tratamos con personas no con cobayas.
Si no hay esfuerzo e implicación de suficientes personas -no parece que lo vaya a haber- pues estamos condenados, sí. Pero pese a todo, no puedo tirar la toalla.
Esto debe cambiar, por dignidad, por necesidad, por responsabilidad, por supervivencia.
Yo haré mi parte, que es lo que puedo hacer.
No estoy de acuerdo. No todo consiste en echar la culpa a otros, a la sociedad, al gobierno, a los políticos… Hay que asumir nuestra responsabilidad. La responsabilidad es la otra cara de la libertad; si negamos la primera, nos cargamos la segunda, indefectiblemente. A nadie le regalan nada, sólo hay seguro el sacrificio, el esfuerzo. Romera no ha adquirido su conocimiento por ósmosis, que yo sepa, sino con tiempo y lecturas, con esfuerzo. Él mismo nos contó sus aventuras aquí. Y coincido con él en su aprecio a Marina.
Lo que ya es inaceptable es repartir culpas por igual. No. La Educación Pública en España es por doctrina e ideología de izquierdas. Olvidémonos de PP o PSOE, en la educación manda la izquierda. Y las leyes educativas más longevas y dañinas han sido de izquierdas; socialistas, para ser exactos. Decir lo contrario es mentir, negar los hechos, que es más triste aún.
En cuanto a los padres, en el pecado llevan la penitencia. Que no echen la culpa a otros de sus actos, que asuman su responsabilidad. Que se sacrifiquen por sus hijos y no deleguen su educación en Google e Instagram.
Y respecto a los docentes, de formación y voluntad, la justa. Los que me he encontrado que tienen ganas de trabajar, se las quitan sus compañeros, y no sólo los políticos y los padres, que también. Y repito, algunos tienen una preparación justita, justita; les cuesta horrores sacarse el B2 y se jubilan de interinos. De la Universidad, qué decir, algunos claustros provocan el vómito, otros dan pena y algunos te hacen no perder la esperanza del todo. Sin mencionar la endogamia, por decirlo suavemente. Qué esperar de un lugar donde se ensalzan los logros de la URSS.
En fin, perdón por la perorata.
El PSOE nunca fue un partido de izquierdas. Ni socialista. Siempre fue un partido conservador -de derechas- con maquillaje.
El Sistema Educativo y las leyes educativas en España han estado ideológicamente en la derecha desde el 39. Nunca se han movido de ahí.
Me has roto los esquemas…Quiera
Quizás la excelente Ley de Educación de Villar Palasi (EGB, BUP y COU)…
Pero franquista la LOGSE…
Oye en el franquismo se hicieron también cosas buenas, muchas ideadas por cierto en la República o en la Dictadura de Primo de Rivera (pantanos por ejemplo, y reforma agraria con pueblos de nueva colonización). Y esa esplendida formación que gestó a la clase media, esa que también se demandaba desde el extranjero…
La educación que nuestra generación recibió -la de la EGB, BUP y COU- también fue una basura.
De aquellos barros, estos lodos.
Se nos enseñó a memorizar -y no demasiado eficazmente-, a obedecer, a trabajar como mulas porque sí, sin motivo ni razón alguna, en trabajos absurdos que no nos han aportado prácticamente nada, pero que nos han hecho perder gran parte de nuestras vidas.
Nos educaron para ser siervos. Sumisos, muy trabajadores, aunque, eso sí, suficientemente eficaces para asumir el tipo de trabajo que existía entonces, que requería una cierta cualificación, por aquello del progreso tecnológico, supongo.
Diferente al que predomina hoy en día que, mayormente, se basta y se sobra con Ni-Nis.
Pero no se nos ayudó a tener pensamiento propio, a razonar, a tener espíritu crítico, a cuestionar los dogmas del Sistema.
Educación de borregos.
Pues yo no saco esa experiencia.
Nuestra generación además de memorizar tenía que comprender y buscar las fuentes. Y aplicar codos para no repetir y unos padres que estaban encima y no nos hacían las tareas.
Y no hemos salido conformistas, sabemos que lo que hay es mejorable, entre otras cosas porque muchos hemos viajado, trabajado o estudiado fuera de España. Cuando lo hice pude comparar, los españoles sabíamos currar, improvisar y planificar.
Hemos sido una generación que ha sido testigo de los esfuerzos y sacrificios de nuestros padres por progresar.
La base de la que partimos es buena. Luego la suerte como siempre desigual.
Pero lo que viene detrás…
Si nuestra generación hubiera sido educada para «comprender y buscar las fuentes» no estaríamos como estamos ahora.
Si nuestro actual Sistema educativo es catastrófico es porque nuestra generación no ha sabido hacerlo mejor. Es nuestra obra.
Y nos ha salido mal por… ¿suerte desigual? ¿Es que ha habido una rifa y no me he enterado?
La construcción de un Sistema Educativo no es como jugar a la lotería.
Se trabaja y se obtiene el fruto de ese trabajo. No del azar.
Nuestro Sistema Educativo nos educó para ser borregos, y borregos somos -o son- la mayoría.
Y como generación de borregos, hemos permitido que el Sistema Educativo empeore todavía más para las siguientes.
Lo siento pero nosotros no hemos tenido nada que ver, a lo sumo notar el cambio y haber padecido en la Universidad cambio de planes.
La generación responsable es aquella parte de ella que es sesenta y ochista.
Confundieron lo ideal con lo real, lo pasado con lo peor, lo nuevo y experimental con el progreso.
Y no se dieron cuenta que vivían un permanente e imposible síndrome de Peter Pan.
Y nosotros vinimos después y no lo arreglamos. No podemos echarle la culpa de todo a la generación del 68. Desde el momento en que cumplimos 18 años (o antes) el Régimen nos mete en la maquinaria electoral, y ahí empezamos a hacer daño. Todos. Los del 70, los del 80 y los del 90. Y ahora entrarán los del 2000, y empezarán a ser responsables también del daño.
Evidentemente, cuánto más vives, si sigues respaldando el Régimen, pues más responsable eres.
Pero vamos, las generaciones de la EGB ya hemos tenido tiempo suficiente como para dejar nuestra marca… y lo hemos hecho, en el mal sentido.
La demografía electoral es la que es. Los mayores de 50 años son mayoría.
Es más trascendente y efectivo el relevo generacional, y eso está por llegar.
Los cambios reales no se deben al BOE.
Yo formaré en Humanidades a mi hijo, es mejor que darle una formación utilitarista.
De los 30 millones de españoles que votaron las últimas elecciones a algún partido político, muchos eran menores de 50 años.
Todos ellos son responsables de sostener el Régimen, y con ello, el Sistema Educativo del Régimen.
Yo voté y valoro poco mi voto.
Valoro más mi opinión y mi acción.
Fastidio a unos con mi austeridad y a otros con el dedo acusador.
El resto de mi vida es apolítica, gracias a Dios.
Tu voto es lo que necesita el Régimen para mantenerse.
Y se lo das.
Eso te hace responsable del Sistema Educativo que tenemos.
Entre muchos otros. Sois más de 30 millones.
Pero vamos, es normal, eres un producto de la EGB.
Educación de borregos.
Seremos borregos precisamente porque no pensemos como tú.
Dilo una vez ya y terminamos antes.