El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha anunciado la puesta en marcha, en las próximas semanas, de un ambicioso Programa Integral de Depuración para la región, cuyo objetivo es que la totalidad de las poblaciones de la región tengan un tratamiento correcto de aguas residuales en 2027.
Para ello, se construirán 556 estaciones depuradoras encuadradas en diez grupos de depuración, que beneficiarán a 578 poblaciones con una inversión que superará los 600 millones de euros. Durante la redacción de proyectos y la construcción de las obras se generarán alrededor de 10.000 puestos de trabajo entre empleos directos e indirectos, ha estimado el presidente regional.
Así lo ha avanzado García-Page este miércoles durante el acto institucional del Día Mundial del Agua celebrado en el Palacio de Congresos de la capital albaceteña bajo el lema ‘Aguas residuales, ¿por qué desperdiciar agua?’. El acto, que ha reunido hoy a cerca de 400 personas, y en el que también han participado el presidente de la Diputación Provincial de Albacete, Santiago Cabañero, y la consejera de Fomento, Elena de la Cruz, ha comenzado con un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas del atentado perpetrado esta tarde en las inmediaciones del Parlamento británico, en Londres, y que ha dejado ya tres muertos y una veintena de heridos.
En palabras del presidente castellano-manchego, devolver las aguas limpias “es un asunto de solidaridad”. En este sentido, ha recordado que se va a hacer una importante inversión económica que podría destinarse a otras cosas para construir unas depuradoras “que no son rentables políticamente, pero lo vamos a hacerlo por un compromiso de futuro de lo que somos como tierra, sabiendo bien que de nuestra relación con el agua y el uso que hagamos de ella depende nuestro futuro”.
Agua necesaria para nuestro desarrollo
Por otro lado, el presidente regional ha incidido en la importancia del agua para el desarrollo económico y turístico de Castilla-La Mancha. “Cada hectómetro cúbico que se va de un sitio a otro puede generar en torno a dos mil millones de las antiguas pesetas. Cada hectómetro cúbico es dinero, es materia prima y vida”. Por eso, “en Castilla-La Mancha lo primero que tenemos que garantizar es el agua” para que su ausencia no limite nuestro crecimiento.
García-Page ha subrayado su intención de alcanzar un consenso con el conjunto de los partidos políticos para conseguir un texto que garantice un mínimo de agua “en la máxima norma que podemos”, al igual que otras autonomías lo han hecho con rango constitucional. Tras recordar la experiencia “fracasada” de nuestra reforma del Estatuto de Autonomía en Madrid, ha garantizado que “no vamos a conformarnos con decretos y leyes”, cuando se puede garantizar un mínimo en nuestro Estatuto.
Asimismo, ha incidido en la necesidad de que el sistema educativo en nuestra región cuente con asignaturas o textos docentes “que les lleven a los niños a saber que el agua es un bien escaso que hay que conservar”. A su juicio, probablemente seamos la región de España “más obligada” a contar con este tipo de materiales curriculares para trasladar la idea de una necesaria defensa del agua “como algo elemental y natural”.
Por otro lado, el jefe del Ejecutivo autonómico también ha lamentado que haya gente que muera por no tener acceso al agua potable en un mundo donde somos capaces de llevar una antena parabólica a un poblado en medio de África. “Algo estamos haciendo muy mal cuando estas cosas ocurren”, ha criticado el presidente, al tiempo que ha exigido que el acceso al agua potable sea considerado como un derecho con carácter universal.
Un consenso con Murcia y Levante desde la dificultad, no desde la humillación
En otro orden de cosas, el presidente García-Page ha mostrado también su disposición de alcanzar antes de verano, y a través de un conjunto de reuniones, un acuerdo con Murcia y Valencia en la disputa hídrica.
“Si no lo hacemos entre estas Comunidades Autónomas no lo van a hacer en Madrid”, ha afirmado, “pues en Madrid sólo están pensando en votos, unos y otros, y tenemos que ponernos de acuerdo los que tenemos verdaderos problemas con el agua”. En este sentido, ha asegurado que busca este consenso “desde la dificultad, pero nunca desde la humillación”, pues lo que no pretende bajo ningún concepto “es que nos puedan acusar de maltrato ecológico”.
Finalmente, y emulando al ex presidente regional José Bono, el jefe del Ejecutivo castellano-manchego ha subrayado que “estamos obligados a cuidar nuestros recursos naturales, en este caso nuestro agua, porque no es una herencia recibida, “sino un préstamo de nuestros hijos. Al menos, que se lo dejemos como nos lo hemos encontrado”, ha pedido.