16 alumnos del IES ‘Alonso Quijano’ de Argamasilla de Calatrava comenzaban el pasado viernes su participación en los innovadores talleres de robótica, diseño de videojuegos y elaboración de apps para dispositivos móviles en la Escuela Superior de Informática de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en su campus de Ciudad Real.
Una posibilidad propiciada gracias a la mediación del Ayuntamiento rabanero que permite a estos jóvenes acceder a una formación eminentemente práctica y divertida capaz de incentivar todavía más sus ganas de aprender a manejar como programadores las nuevas tecnologías que cada vez están más presentes en la vida cotidiana.
Talleres que, no obstante, corresponden con una formación de excelencia de la mano de los mejores expertos en la materia de la UCLM, como también están pudiendo comprobar algunos padres que han solicitado participar en los mismos.
A unos y a otros, a hijos y a padres, el Ayuntamiento les está facilitando el transporte desde la localidad hasta este centro universitario así como la vuelta. Una facilidad que avala el interés consistorial por la mejor formación y futuro de los jóvenes de la localidad, al igual ya el 10 de marzo posibilitaba la visita a la localidad del subdirector de la Escuela Superior de Informática, Ramón Hervás y del jefe de movilidad de la misma, Jesús Serrano.
Hervás subrayaba en esa ocasión que “las nuevas tecnologías, la informática en particular, está en pleno auge, aumentando un 15% el empleo al año y se van a crear 400.000 puestos de trabajo en Europa en los próximos tres años y como dato interesante hay que aportar que tres de cada cuatro niños actuales van a trabajar en algo que todavía no existe que se va a generar a través de las nuevas tecnologías”.
Por tanto, toda formación en este campo que llegue a edades tempranas como es el caso de los jóvenes rabaneros, supone ir adquiriendo unos conocimientos que serán fundamentales si, finalmente, estos estudiantes deciden apostar por esta carrera universitaria que tan al alcance queda de su mano.
Los talleres a los que han empezado a acudir son puramente prácticos y de hecho, tras sus cuatro sesiones de duración, acaban aprendiendo a hacer aplicaciones propias desde cero, sin necesidad de saber de programación. A través de herramientas que se les proporcionan en la Escuela de Informática acaban siendo capaces de diseñar y hacer que funcionen conforme desean.