El Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado esta mañana la convocatoria de Ayudas para el Fomento de la Calidad Agroalimentaria (FOCAL) de 2017, dotada con 70 millones de euros, que podrán movilizar unos 400 millones de euros de inversión privada de la industria agroalimentaria en el medio rural de la región.
El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha señalado que esta convocatoria prioriza los proyectos presentados por empresas cooperativas que hayan dado el paso de la integración comercial y alcancen la facturación mínima para poder ser consideradas Entidades Asociativas Prioritarias de Interés Regional (EAPIR). También obtendrán más ayuda los proyectos promovidos por jóvenes, así como aquellos acometidos por mujeres y que creen empleo femenino y los que se impliquen en la mejora del medio ambiente con sistemas de eficiencia energética.
“El impacto socioeconómico de esta medida es muy importante para la Comunidad Autónoma”, ha manifestado el consejero, que ha recordado que “nunca en Castilla-La Mancha se había sacado una convocatoria de FOCAL con tantos fondos públicos”, siendo “la mayor convocatoria pública de ayudas para el sector” en la historia de la región, dotada con 70 millones de euros, que sumados a los 50 millones de la convocatoria anterior suponen una previsión de inversión pública de 120 millones de euros “en menos de dos años”.
Las ayudas para el Fomento de la Calidad Agroalimentaria de Castilla-La Mancha las podrán solicitar las empresas y cooperativas de la industria agroalimentaria de la región a partir de su publicación en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM) y tendrán un mes de plazo. Posteriormente, la Consejería de Agricultura seleccionará los proyectos en función de esos “nuevos criterios de prioridad” para un sector que es “eminentemente innovador” y por el que apuesta “decididamente” el Gobierno regional.
Un sector competitivo y con mucho futuro
En este sentido, una de las principales novedades será seleccionar, en primer lugar, a aquellas cooperativas que “hayan dado el paso de la integración comercial”, dentro de la estrategia más importante del Gobierno regional con el sector de la industria agroalimentaria para que alcancen “más tamaño, obtengan mayor facturación y puedan competir mejor” en los mercados nacionales e internacionales. En definitiva, que sean “más fuertes” en la cadena agroalimentaria.
Las empresas que sean consideradas EAPIR, tales como la recién creada OleoToledo, van a tener un mínimo de subvención de un 30 por ciento en los proyectos que presenten, un 15 por ciento más que el resto de empresas. Son aquellas cooperativas que han dado el paso de la integración comercial y alcanzan un volumen mínimo de facturación establecido en el sector del vino, 45 millones de euros y en el sector del aceite de oliva, 25 millones de euros. Una demostración, en palabras del consejero, de que la apuesta del Gobierno regional es “absoluta” y lo va a seguir siendo en el futuro.
El objetivo es que se creen “grupos cooperativos grandes” que controlen los mercados “en aquello en lo que somos fuertes” en Castilla-La Mancha. En definitiva, una apuesta del Gobierno de Emiliano García-Page “por las empresas cooperativas, por el empleo femenino y por los jóvenes, junto con la defensa del medio ambiente”, ha resumido el consejero que ha concluido haciendo hincapié en que la agricultura y la industria agroalimentaria es una actividad muy relevante desde el punto de vista económico en la región al suponer “el 12 por ciento del PIB anual” con 140.000 agricultores y ganaderos detrás.
