Eusebio Gª del Castillo Jerez.– El salón de actos del Antiguo Casino acogía esta tarde, enmarcada en la programación del Día Internacional de la Mujer, la conferencia “La trata de mujeres y niñas en las guerras de Oriente Próximo: la militarización de la prostitución”, a cargo de la periodista e investigadora iraní Nazanin Arminian.
Las guerras en Oriente Medio, argumentaba Arminian, no son guerras civiles ni conflictos religiosos, sino confrontaciones por los recursos naturales. Se trata, recalcaba, de países “con grandes reservas de petróleo, oro y diamantes”. Y es a partir de las invasiones militares “imperialistas” para apoderarse de estos recursos cuando ha surgido el fenómeno de la prostitución a niveles increíbles. Jamás hubo en Oriente Medio “tanta trata de mujeres dirigida a la industria internacional de la prostitución”. También, puntualizaba, de niños y niñas.
La región, señalaba esta analista política, colaboradora del diario Público, se encuentra en guerra prácticamente desde la caída de la Unión Soviética. Alrededor de “diez millones” de niños huérfanos, advertía, están a merced de la industria criminal de la pedofilia y la prostitución, que encuentran en Oriente Medio su “suministrador” principal.
“Estamos hablando de una cuestión internacional que afecta a unos países que hace 30 años no estaban en guerra, donde la gente vivía su vida”. Nazanin Arminian ha alentado a luchar para poner fin a las guerras del presente y evitar las del futuro, “porque con Donald Trump en la Casa Blanca los conflictos se van a multiplicar”. En ese sentido, hacía hincapié en que el presidente estadounidense “ya ha reclamado que los países miembros de la OTAN incrementen sus cuotas”.
El argumento de la guerra religiosa en Oriente Próximo, afirmaba, es una pantomima, una cortina de humo. “Arabia Saudí es un país sunita y está aliado con Israel, que es judío, contra Irán, que es un país chiita”. Lo que hay detrás, argüía, son intereses por los mercados de la región. Por ejemplo, decía, Rusia es un país cristiano ortodoxo, que “no comparte nada” con los chiitas iraníes, pero puntualmente se han unido por intereses tácticos. Por otro lado, añadía, Turquía es miembro de la OTAN y hasta hace un año aliado de EEUU, y ha pasado a alinearse junto a Rusia. En todo caso, matizaba, “son alianzas muy frágiles”.
Se trata, por tanto, de guerras “organizadas por una élite a nivel mundial que se enriquece a costa del drama que viven millones de personas”. La guerra es “un negocio redondo: no solo te apoderas de los recursos de otros, vendes armas, y te aprovechas de otros negocios paralelos, como la trata de mujeres y el tráfico de drogas, que siempre han sido parte de las guerras”. Detrás de todo, concluía, las mismas mafias a nivel mundial, “muchas de ellas con presencia en los gobiernos”.
La historia de Oriente Medio està repleta de contiendas y conflictos desde la antigüedad hasta el presente. Siempre ha habido intereses ocultos de los países màs fuertes..
Muy interesante y certero análisis.
Pero hay algo determinante también, el conflicto entre chiies y sunnies. Y la raíz es religiosa y compatible con la disputa por los recursos.