Subirats: “Para resolver la violencia de género hay que educar desde la infancia para cambiar hábitos”

La filósofa y socióloga Marina Subirats ha impartido esta tarde en el Salón de Actos del Centro Cultural Antiguo Casino una ponencia sobre “Ciudades que educan en igualdad”, como primero de los actos de conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en Ciudad Real.MARINA-SUBIRATS-2

Según Subirats, “la educación es el pilar básico. Y en una cosa tan grave como a violencia de género, que este año está siendo terrible porque ha subido el número de mujeres muertas en 18, que es muchísimo. Esto no lo vamos a resolver si solo trabajamos con los hombres cuando tienen 20, 30 o 60 años.  Entonces puedes contener, sancionar, alejarlos y luego en la realidad resulta que nada, porque no se pueden acercar, pero hacen lo que les da la gana,  pero no resolverlo”.

“Para resolverlo –consideraba- tenemos que irnos a la infancia, que es cuando los niños adquieren el fundamento de su personalidad: los hábitos y las ideas. Hay que cambiar los hábitos y los hábitos se adquieren desde que se nace, en la primera infancia, por eso es fundamental cómo cambiamos que lo niños no crean que tiene que ser violentos, que tengan que ser agresivos, que es su ventaja, que es lo que tienen que hacer porque les dará ventaja, porque si lo interiorizan, luego es muy difícil frenarlo”.

La socióloga tenía claro que “no todos los hombres son maltratadores, pero hay algunos que creen que son los amos del mundo, que pueden imponerse contra las mujeres, y esto solo lo podemos resolver a través de la educación”.

En su charla, Subirats defendía además el momento de cambio educativo que estamos experimentando, y donde los centros educativos no es posible que sean las únicas instancias educadoras, sino que toda la sociedad debe contribuir a ello. “Por eso tenemos que ver cómo las ciudades colaboran en la educación y cómo los ayuntamientos lideran esto. Ciudad Real, que forma parte de la Red de Ciudades Educadoras desde hace años, ya está en este camino y se trata de ver cómo se va avanzando”.

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15 COMENTARIOS

  1. La educación es cosa de las familias, la formación de las escuelas, la gestión de las Administraciones, y la tolerancia de la sociedad.

    Así de sencillo.

    No a la ideología de género, no a la ingenería social.

    Respeto al papel de cada uno. Respeto a las decisiones cuando se tiene la mayoría de edad, y cumplimiento del Código Penal en los casos de violencia DOMÉSTICA.

  2. Hasta bien entrado el siglo Xx, había Estados -y hoy perdura alguno-, donde las mujeres no podían votar. ¿Era eso razonable?. Hoy, creo que tenemos superado ese debate gracias al papel que hicieron las «sufragistas».

    Hasta 1981, el divorcio no existía en España. Solo separaciones donde las mujeres tenían que justificar que existía adulterio reiterado por parte del marido (Sin embargo, al marido le bastaba alegar un episodio único).

    Hoy contemplamos desde la lejanía éstas historias… Pero hoy, sigue una realidad: Mujeres asesinadas por sus parejas (maridos, novios o lo que sea).

    Dentro de 40 años este debate se quedará obsoleto. Pero siempre, siempre, siempre, serán las mujeres a quienes al final reconozca la historia. Y sí, a los hombres -cada vez más- que se hacen partícipes de entender, de comprender, y de sentir, que todos somos personas.

    • En mi familia ha regido el MATRIARCADO, no he conocido malos tratos, y las mujeres han tomado mayormente las decisiones económicas y domésticas.

      El machismo es mal visto.

  3. Ya en algún comentario anterior, te dije que respeto muchísimo tus vivencias.

    Pero no creo que ni las tuyas ni las mías sean extrapolables al resto de la sociedad de hoy.

    • La sociedad de hoy tiene que aprender TOLERANCIA sin más límites que el Código Penal.

      Tolerancia con TODOS Y PARA TODOS.

  4. No hay más que leer un poco para ver que la sra Subirats lleva toda la razón.

    Que todavía haya quien se atreva a decir que la educación pública laica donde se trabaja la igualdad es una secta, que todavía tengamos techos de cristal, sueldos más bajos para las mujeres, ausencia de mujeres en las cúpulas de empresas, de la administración, de los gobiernos…deja claro que esta mujer lleva razón. Hay que trabajar mucho más la educación y, en concreto, esa que los más necios llaman «educación sectaria feminazi».

  5. En general las vivencias que he tenido en mi entorno más cercano y lejano, el gobierno familiar o doméstico se ha basado en el MATRIARCADO ( madre, abuelas, hermanas, vecinas…
    Al igual que dice mi compañera Subirats, pero al revés: » pero hay algunas mujeres que nos creemos que somos las amas del mundo, que podemos imponernos contra los hombres y esto debe resolverse con el tiempo, donde la realidad y la educación deberán confluir».
    Nos ha venido muy bien a las mujeres, la llamada «discriminación positiva», pero debo reconocer que a mis hijos varones, les ha perjudicado, y han sido marginados. No solamente por no haber sido susceptibles a los cuantiosos apoyos a las que han sido favorecidas las mujeres emprendedoras, a la contratación, a la vivienda, a la obtención de los distintos carnés de vehículos… sino también a las pruebas facilitadoras en convocatorias públicas para policía, guardía civil, ejercito…y como no, a las decisiones judiciales que nos favorecen a las mujeres. Nuestra palabra pasa a ser dogma de fe o palabra de Dios, en contraposición a la de los hombres, que deberán demostrar y aún así, no será suficiente.
    Nosotras tenemos la posibilidad de ser amparadas y atendidos por multitud de servicios sociales, judiciales y policiales; el hombre ante cualquier adversidad, solamente tiene refugio de su familia, en el mejor de los caso.
    Una infidelidad nuestra, no presupone el abandono de la unidad familiar ( vivienda, hijos…); pero para el hombre que la cometa, si esta a nuestra disposición echarle del hogar, sin más. Y sin ayuda de entidad pública ni social. Y de una forma o de otra, deberá asumir los costes de la situación económica en la que se encuentre esta unidad familiar, sea culpa de el o de ella:» cornudo y apaleado», se decía antes.
    En cuanto a las sufragistas, a las que les agradezco su entrega al igual que a las llamadas feministas, que también han hecho grandes proezas, debo recordarles, que en la época originaria de las votaciones de las que ellas hablan, al igual que las mujeres no podían votar, tampoco los hombres que no tenían propiedades; era una cuestión de propiedad, que en este caso, generlamente recaía en el hombre, cabeza de familia.
    Bien por todos los avances y agradecimiento total a estos grupos llamados feministas, pero no somos ingenuas, el hombre también es un ser humano y requiere dignidad y a veces, creo que estamos cometiendo el mismo error, que ellos lo hicieron en su día.

    • Yo también lo veo así, veo sin embargo mayor juicio crítico en la práctica. Observo cada vez más custodias otorgadas por jueces a los padres.

      A la hora de tutelar el interés del menor hay que ponerse la venda en los ojos, y a falta de acuerdo entre los padres, hay que otorgarla al progenitor más idóneo, con independencia de que sea varón o mujer.

      Yo no he sufrido las consecuencias de esa discriminación positiva a la que te referías. Reconozco la superioridad femenina en muchas habilidades, por ejemplo en la disciplina, reconozco otras sin embargo en los hombres, su capacidad de adaptación e improvisación. Conozco también excepciones.

      Hoy que los dos trabajen implica un compromiso de los dos con las tareas domésticas. Sin embargo reconozco que la mujer por lo general, aunque cada vez menos, sale perdiendo pues acarrea con más cargas.

      Quizás en la función pública las condiciones económicas sean más igualitarias que en el sector privado, y aún queda por cambiar ésto.

      Hay una mala antropología en la igualdad de género pues posee un transfondo marxista basado en la dialéctica del enfrentamiento en este caso entre sexos.

      Si las diferencias no condicionan legalmente para recibir igualdad de trato, se pone un énfasis desmedido en estas diferencias no para llegar a conocernos mejor, sino para distanciarnos más sin más explicación que la búsqueda de un revanchismo estúpido que invierte el machismo a través del feminismo. Un mismo perro con distinto collar.

  6. Y a ver si las mujeres salimos a la palestra para condenar el trato judicial que nos están haciendo. Por una parte promulgamos que somos igual o más inteligentes que los hombres y por otro aparecemos en las sentencias judiales como «tontas»: no sabemos nada. Por favor, esto no es de recibo. Los bienes son gananciales, los beneficios patrimoniales con compartidos, al igual que los eventos que hacemos dentro de la familia. No podemos estar calladas ante estos hechos. Tenemos que estar a las duras y a las maduras; ese maniqueismo falso, nos hace daño; somos personas y adolecemos de las mismas debilidades materiales que los varones. En la sociedad no podemos aparecer como listísimas para obtener puestos de responsabilidad u otras cuestiones y por otra parte ser bobas, ingenuas y débiles cuando aparecemos como transgresoras de la ley.

    • La cuota paritaria es otro ignominioso instrumento de humillación hacia la mujer.

      La persona más idónea abstrae el género. Es lo realmente eficaz y meritorio.

      Es un sutil mensaje de que se ocupa una cuota sin mérito propio, y eso es degradante.

  7. Bendita sea rosaura y bendito el espíritu que la ilumina. Cuánta verdad y cuánta sabiduría. Un marco, por Dios; un marco para tan sabias palabras.

  8. Para que no haya violencia de genero lo primero que ahi q emseyar es el respeto tanto a hombres como a mujeres , no ha aprovecharse la mujer de una ley

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