Doña Sardina, con gorrilla, como pregonero del Carnaval, ha sido pasto de las llamas en la Plaza Mayor, como cada miércoles de ceniza. La principal novedad de este año ha sido el recorrido: el desfile ha dejado a un lado la Plaza Cervantes (en obras) y ha transitado por las calles Ramón y Cajal, Ruiz Morote, Cruz y María Cristina para regresar a la Plaza Mayor, de donde partió.
El cortejo lo formaba la charanga Los Falillos, el grupo Guirigay Teatro de calle, algunos “gatos” de la Peña El Pilar, las concejalas de Festejos y Juventud y la dulcinea. La sardina, de mayor altura que anteriores ediciones, no cabía en el carro fúnebre, por lo que ha tenido que ser transportada a pulso por la comitiva.
El festejo ha concluido con la tradicional sardinada popular, que ha contado con una gran afluencia de público.
De entierro tiene poco con esa charanga. Donde están l@s dolientes que deberian llorar la perdida de la sardina?
Si no diesen sardinas al final, cuanta gente habría en el «entierro»?