El fraude de la Constitución española de 1978

Ángel RomeraKarl Loewenstein (1891 – 1973) es uno de los padres del constitucionalismo moderno y nos enseñó a distinguir constituciones falsas o inspiradas por regímenes autoritarios de las constituciones verdaderas que sí regulan y orientan verdaderamente la vida de los pueblos. Sabía qué era el fascismo, porque lo vivió en Alemania y se exilió a los EE. UU. cuando Hítler llegó al poder. Con el deseo de evitar algo como eso analizó todas las constituciones históricas conocidas y distinguió entre:
*»Constituciones originarias» que realmente aportan soluciones para una sociedad innovando en las formas de resolver problemas sociales y «constituciones derivadas», que repiten esas soluciones sin añadir nada.

*»Constituciones ideológicas» que pretenden imponer una ideología más que resolver problemas sociales.

*»Constituciones programáticas», muy parecidas a las anteriores, que solo pretenden diseñar un modelo burocrático de estado que asegure puestos de poder a los ideólogos de las mismas.

Junto a esta, esboza una clasificación ontológica distinta que tiene en cuenta la mera eficacia real de la Constitución y el grado de asimilación de la misma que toma en el cuerpo social, para la cual diferencia tres tipos:

*»Constitución normativa»: aquella que de hecho se cumple, y es sentida y vivida tanto por los titulares como los destinatarios del poder. Es normativa porque sus preceptos rigen y norman efectivamente el proceso político, de modo que son eficaces y se cumplen.

*»Constitución nominal»: aquella cuyo texto, por falta de condiciones adecuadas o de preparación del cuerpo social, solo es nominal y no se aplica realmente. Con todo, puede tener un valor meramente educativo; es un instrumento más en el proceso de educación popular, que, con el tiempo, podría llegar a convertirse en Constitución normativa.

*»Constitución semántica», también llamada «pseudoconstitución»: aquella que es aplicada, pero no tanto para regular el proceso político cuanto para formalizar y legalizar el monopolio de poder de determinados grupos sociales o económicos. Estaríamos ante un disfraz constitucional.

Loewenstein distingue solo dos sistemas políticos: autocracias y democracias y estudia en especial la «flexibilidad» de las constituciones, como con habilidad señala Tomás y Valiente. Desgraciadamente murió demasiado pronto como para poder decir algo sobre la constitución que nos rige, pero creo que atendiendo a lo que ya dijo hay algunos elementos para sostener con fuerza que la Constitución española de 1978 podría considerarse:

*Una »’constitución derivada»’, ya que emana en parte de la republicana de 1931.

*Una »’constitución utilitaria»’, ya que su intención principal es establecer un modelo de estado

*Una »’constitución nominal»’, ya que texto, por falta de condiciones adecuadas o de preparación del cuerpo social, solo es nominal y no se aplica realmente, como se ha visto constantemente con las continuas reclamaciones al respecto de los nacionalismos. Con todo, puede tener un valor educativo; es un instrumento más en el proceso de educación popular, que, con el tiempo, podría llegar a convertirse en Constitución normativa.

*Una »’constitución semántica»’, también llamada pseudoconstitución, es decir, aquella que es aplicada, pero no tanto para regular el proceso político cuanto para formalizar y legalizar el monopolio de poder de determinados grupos sociales o económicos, en este caso los procedentes del franquismo, que no se pretendía liquidar, sino llanamente adaptar. Estaríamos, pues, ante un disfraz constitucional.

Bastantes elementos apoyan esto último; por ejemplo, la Constitución aseguraba que solo estuviesen protegidos por aforamiento el presidente del Gobierno, los ministros y los diputados y senadores (lo cual ya era ciertamente enorme, comparado con otras constituciones europeas y americanas), pero es que además la »Ley Orgánica del Poder Judicial» incluyó en esta figura jurídica a los jueces y fiscales, a los magistrados del Tribunal Constitucional y del Tribunal de Cuentas de España, a los vocales del Consejo General del Poder Judicial, a los miembros del Consejo de Estado de España, al Defensor del Pueblo y a sus dos adjuntos. Finalmente los diversos Estatutos de Autonomía declararon aforados a los miembros de los gobiernos y parlamentos autonómicos, así como a sus respectivos defensores del pueblo. Mención aparte merece la figura de ese militar a quien llaman rey, garante de todo este ordenamiento que transforma a la constitución en una «constitución utilitaria» o «ideológica» para los poderes que vienen de la situación política anterior, ya que según el el artículo 56 de la Constitución no está sujeto a responsabilidad por lo que no puede ser juzgado por ningún tribunal.

Hay una sana tradición constitucional española; Francisco Tomás y Valiente afirmaba que estaba formada por las constituciones de 1812, 1869 y 1931 frente al constitucionalismo antidemocrático de 1837, 1845 y 1876. ambas tradiciones han luchado a lo largo de la historia en nuestro país. Y al respecto conviene recordar aquel chiste de la época de la Transición según la cual el político dice a la multitud «o nosotros o el caos» y la multitud responde «el caos, el caos»; entonces el político afirma que «da igual, también somos nosotros». Cuando se planteó el referéndum sobre la Constitución era el caso escoger entre la Constitución o el caos; era una buena Constitución, una constitución «nominal» de valor educativo que podía servir para escoger una mejor que resolviese los problemas de España; era un buen anteproyecto para una nueva constitución que evitara precisamente la corrupción, esa lacra exagerada de la que todos los españoles de buena voluntad queremos prescindir. Pero… no nos van a dejar terminar la Transición, porque para ellos, sencillamente, la Transición ya ha terminado y cualquier otra cosa es un caos. Eso exactamente es lo que defienden los partidos del inmovilismo: PP y PSOE.

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Ángel Romera

http://diariodelendriago.blogspot.com.es/

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8 COMENTARIOS

  1. Esos inmovilismos a los que apunta A.R. tienen intereses creados como sabemos. PP y PSOE son partidos de poder, y preservarlo es prioritario para ello, no los intereses de los españoles. Pero no hay que olvidar que cuentan aún con un fuerte respaldo entre los votantes.

    Siendo necesario reformar la Constitución, desde mi punto de vista, reforzando la separación de poderes y modificando la estructura territorial (re-centralización), no encuentro sin embargo que éste sea el mejor contexto.

    El desafío separatista es serio, y la composición de las Cortes es a mi punto de ver, artificiosa hasta que no se convoquen nuevas elecciones.

    Las noticias y cambios políticos son constantes (se han tenido congresos que nos han permitido conocer mejor especialmente a los nuevos, Ciudadanos (ahora liberal y progresista) y Podemos (ahora socialista revolucionario)).

    Decía Ignacio de Loyola que «En tiempos de desolación no hacer mudanza».

    No veo que en estos momentos abrir el melón sea lo más conveniente.

    Tienen que clarificarse la situación en Cataluña y en el PSOE, y medirse con mayor realismo la representatividad de los distintos partidos en la sociedad española.

    Que los españoles sancionen desde la pasividad del PP, el relativismo de Ciudadanos, la confusión de PSOE y, la radicalidad de los nacionalistas y de Podemos, y desde unas Cortes más serenas, se inicie en serio el debate sobre la Reforma constitucional.

    Es mi opinión personal.

  2. Me pasan un libro, hago un copia-pega de algo y aquello me sirve de excusa para lanzar mi eructo de siempre, aquello fue un fraude. Y uno ve el batiburrillo, esa mezcla de la Ley, con lo del poder judicial, hasta los estatutos … que debieron de ser otra imposición franquista. Y enternece que caiga por allí la del 31 pero sin su Ley para la defensa de la República. Faltaría.

    Y todo por no decir, quiero que ganen los míos. España sigue igual de mal que en el 78. Se miente directamente y no hacen faltas esas citas para dar no se sabe qué.

    • Oye, y no te has planteado hacer un texto similar, pero rebatiendo lo que dice Romera?

      ¿Eructo? Vaya huevazos que tienes, amigo.

      La Constitución del 78 no es más que un suma y sigue de la dictadura. Se cambia a un jefe de estado impuesto por otro, también impuesto por el dictador. O me discutes que el borbón estuvo puesto por Franco?

      ¿Que podía salir de Fraga, del Felipe que ya estaba vendido y que ahora se muestra tal cual es con su barrigón, su rubia jovencita y su puro pagado por Slim, de Roca como defensor de la infanta toli toli, de Cisneros, Herrero de Miñón o Pérez Llorca. Joder, si eran unos paniaguados del régimen.

      El Opus mantiene su cuota de poder. Las familias de alrededor de Franco mantienen su poder y ahora se llaman IBEX ¿Cuál ha sido el cambio? Por qué sigue el Valle de los Caídos, Por qué la Familia Franco sigue manteniendo el dinero que robaron durante la dictadura?

      Las leyes están hechas para robagallinas, no se puede tocar ni a los partidos, ni a las grandes corporaciones. Y, por mucho que os joda, cada vez es más evidente que la derecha española sigue obrando igual que en 1978. Igual.

      Así es que ¿A quién quieres convencer de que lo que dice Romera es un eructo?

      ¿Acaso alguien que razona un artículo eructa? Mira hacia otro lado para decir eso.

      Por cierto, hoy Rajoy vuelve a ejercer de amo de la posverdad y dice de nuevo que España es la nación más antigua de Europa. A ver si a base de repetirlo se carga toda la historia desde los Reyes católicos y resulta que España la fundó el PP en un congreso en Granada en 1491. No te jode! Y todo por no razonar con el problema catalán. Hay que ser burro.

  3. Todos los partidos que llegan al poder, ya sea en mayoría, ya sea pactando, defienden el inmovilismo. Tratan de conservar los factores que les han beneficiado para llegar al poder.

    De hecho, esos «factores» -el poder establecido, el poder económico, el poder mediático- son los que han llevado a esos partidos a gobiernos y parlamentos. Y lo han hecho no para que cambien las cosas, sino para que mantengan el status quo.

    No hay dos partidos inmovilistas. TODOS los partidos lo son.
    Al menos, los que pueden ganar, los que pueden tener una cuota de poder.
    Y si hay alguno que no es inmovilista, no sale en la tele, no recibe votos, no cuenta.

    Y es que, si la Constitución del 78 es antidemocrática, lo es precisamente porque establece las condiciones para que la democracia no haga acto de presencia en nuestro país. Y entre otras condiciones, una de ellas son los partidos políticos.

    Si la Constitución del 78 permitiera la presencia de partidos políticos con posibilidad de cambiar las cosas hacia un avance democrático, sería una Constitución democrática.
    Pero no lo es.

  4. Algunos piensan que la única solución a los problemas es «su solución». La única constitución aceptable sería «su constitución». Lowenstein, que conoció el fascismo, emigró a EEUU. No sé qué le parece al articulista la constitución useña.

    • Eso se llama opinión, amigo.

      Yo tengo mis recetas, tú tienes las tuyas. Si tú tienes la mayoría, yo me como las tuyas y, al revés, te comes las mías.

      DEMOCRACIA.

      Por cierto, que la constitución USA -en este momento- no está siendo muy respetada, ni tampoco el concepto de «We the People». Una Constitución donde la libertad de expresión tiene un lugar fundamental y que está siendo atacada por el ultraliberal de Trump en sus cimientos.

      Decía Montalbán, hace años en El País:

      «La derecha ultraliberal saborea el manjar de un sectarismo difícil de contestar, porque parte del potencial de la derecha realmente existente se debe a que monopoliza el cupo de gurús homologados en la nómina de Las Sagradas Escrituras, SL». Esa es la derecha que hizo la Constitución de 1978 y que se niega a renovarla.

  5. Pensamos en la democracia como una agradable y ansiada entelequia…pero luego viene la realidad, nuestra realidad, la realidad que todos queremos y tenemos. La incultura, zafiedad y frivolidad en la que estamos sumidos y eso sí, carnaval carnaval…y discutiendo todos los días por auténticas gilipolleces. La falacias de pasar por demócratas partidos totalitarios… El afán desmedido por trincar y robar, desde los ERES hasta la Gurtel…
    ¿Dónde está un solo político con ideas que no sean decimonónicas? Y los independentistas catalanes dando por saco todo lo que pueden sabedores de que el poder judicial es un poder politizado…y las cadenas de televisión sacándolos como primicia informativa…y algún partido queriendo sacar tajada…
    Menudo putiferio de país.

    • Yo quisiera pensar que Errrejón se salva, pero me lo han abrasado. Y que se monte ahora otro partido no es más que seguir ahondando en la crisis de la izquierda.

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