Jesús Millán Muñoz.- 0. ¿Qué somos, qué podemos o debemos ser o creemos ser? ¿Los demás o el ambiente nos admite con nuestras cualidades, vocaciones, formas de pensar, de sentir…? ¿En el fondo todo el mundo se siente, en mayor o menor grado un patito feo?
¿Puede que una parte de la población, nunca termina de encontrarse a sí mismo, nunca tenga una autoestima correcta y adecuada, ni más, ni menos, otra parte de la población, puede llegar a pensar que jamás es valorado por los demás, en sus talentos, en sus capacidades, en su ser, en su estar? ¿Y todo esto lleva, si no se controla de una manera adecuada, a caer, en lo que se ha denominado el síndrome del patito feo, una tan baja autoestima, una tan alta hipercrítica hacia si mismo, que puede terminar ocasionando trastornos de diferentes modalidades y cualidades…? ¿Usted se siente un patito feo, en algunos aspectos de su existencia, usted cree que ha descubierto lo que es y lo que se es y lo que se desea ser…?
1. El cuento del patito feo fue escrito por Andersen y publicado en 1843.
Todo el mundo conoce la historia del patito feo, es decir, un huevo de cisne que termina en un nido de patos, evidentemente cuando nace es diferente a los demás. Después de varias vicisitudes pues acaba encontrándose con lo que es, un cisne, dónde es estimado y valorado por otros cisnes.
En consecuencia podríamos plantearnos algunos aspectos de y sobre la realidad teniendo en cuenta este cuento o metáfora o mito o narración:
– Se ha interpretado como que es una alegoría del desarrollo humano, es decir, del niño pasando por todos los avatares de adolescente, hasta que llega a la edad adulta, y sabe y conoce lo que es.
– Por otro lado Thurstone, nos hablaría de las actitudes y habilidades y personalidades múltiples, dicho de otro modo, que el ser humano está formado y conformado por distintos valores-factores, por lo cual, nadie puede ser sobresaliente en todo, pero nadie es deficiente en todo, sino que todo ser humano destaca en algo, en lenguaje más sencillo, todo el mundo tiene algún talento. El problema sería encontrar cual es el propio talento de cada uno, y que los demás también lo aprecien… Entre las habilidades que indican y todas sus interrelaciones estarían: fluidez verbal, aptitud espacial, comprensión verbal, rapidez perceptiva, aptitud numérica, razonamiento inductivo, la memoria… Otros autores indicarían además la creatividad, la imaginación, etc. Y todas las combinaciones entre esas aptitudes-valores-factores-ponderaciones.
Lo cual nos lleva a pensar que todo ser humano destaca en alguna de estas facetas. Cuestión que es muy importante para la correcta autovaloración y en la lucha por la vida.
– Este cuento nos plantea el problema eterno de la correcta autoestima de cada individuo en su entorno social o en su realidad socioambiental.
De alguna manera todo ser humano sería una especie de “patito feo”, en el doble sentido, “no conocerse y no valorarse de forma correcta a sí mismo, no ser valorado y estimado de forma adecuada por los demás o por el ambiente. Y de alguna forma la lucha de la vida, uno de los objetivos, es saberse a sí mismo lo que se es, conocerse como diría el oráculo de Delphos, y que los demás, aprecien tus cualidades y te inserten o te valoren o te acepten en el grupo.
– El patito feo en sus avatares, desde que nace, sale de su familia de patos, mientras que va por el bosque no siendo aceptado por otros animales, cuando es recogido por un campesino porque casi muere de frío, etc. En definitiva, nos está narrando un viaje, que es exterior pero que es una metáfora del viaje interior. O mejor dicho, todo ser humano, tiene que realizar un viaje interior y exterior hasta encontrar o medio encontrar su lugar bajo el sol, su lugar bajo el espacio y el tiempo y ambiente y sociedad.
Ciertamente, no todos los individuos o personas lo encuentran o se encuentran, porque o no saben lo que tienen que hacer-actuar o ser o estar en la vida, o sabiéndolo, los demás, no le valoran sus actitudes y aptitudes y sus talentos o sus actividades, o no les valoran lo suficiente, porque dicen que no tienen suficientes cualidades o sus productos son imperfectos…
– Este cuento es una enorme metáfora. En el fondo todo ser humano se siente un patito feo en algunos aspectos de la vida-existencia. Esta es la realidad.
2. El síndrome del patito feo, se considera un trastorno dismorfobico psicoafectivo por el cual el individuo que lo padece sufre una preocupación excesiva y no acorde y no adecuada por un defecto real o imaginario en la apariencia física, que causa un malestar importante, que tiene a su vez, consecuencias graves a nivel biológico o psicológico o social o laboral o en otros aspectos de la realidad, limitando de forma grave o en mayor o menor grado la actividad del mismo individuo y su desarrollo personal.
Sufren y dan por lo general un excesivo valor a la belleza, y tienen una percepción errónea de defectos reales o supuestos o imaginarios de su cuerpo. Por lo cual, puede llevarles a una serie de síntomas, que combinados tienen consecuencias, en algunos casos graves: inseguridad emocional, angustia elevada por estos motivos, necesidad imperiosa de ser estimado por los demás, obsesividad, narcisismos, hipocondría, algún tipo de neurotización, exagerado perfeccionismo, dificultades graves para las relaciones personales, etc.
En este caso, como en otros, el sujeto que crea padecer este síndrome, o sus familiares y amigos deben aconsejar al sujeto a que reciba ayuda especializada. Y que personal especializado indiquen si dicha persona sufre dicho síndrome u otro, si tiene importancia o no la tiene…
No hay que indicar que como autor de este artículo no soy especialista en estas materias, ni en psicología, ni en medicina, ni en psiquiatría. Por lo cual, mis palabras hay que interpretarlas con mucha precaución, y desde luego, no quiero aparentar lo que no soy, ni decir que sé de lo que no sé. Pero es obvio y evidente, que nuestra sociedad, en parte, puede estar dando mucho culto al cuerpo, a la perfección física o psicológica, a la belleza en exceso, acompañada de un exceso de búsqueda del hedonismo o del placer, y nuestra sociedad, dándose cuenta o no, puede que esté incentivando estas posturas o poniendo en el límite a muchos individuos, especialmente, adolescentes, chicos y chicas…
3. Para concluir, diríamos o pensamos, como siempre una reflexión o mejor una pregunta, me temo que la mayoría de la población, se cree o piense en su fuero interno que es un patito feo o una patita fea, que no ha sido valorado por su ambiente, a veces, ambiente familias, ambiente escolar, ambiente laboral, ambiente social. Es más, me temo que muchos individuos, no sé el tanto por ciento, se pasan toda su existencia buscando y buscándose lo que son, lo que podrían haber sido, lo que serán, lo que desean ser.
Por otro lado, la sociedad exige a los individuos, a cada uno, que todo el mundo sea “la mujer o el hombre cien”, y nadie, nadie puede ser el cien en todo. Todo el mundo tiene valores positivos y menos positivos, aptitudes y actitudes en los que destaca sobre la media, y otros que está por debajo de la media, y en la mayoría de valores está como la media de la población…
En cuanto a la persona que pueda estar o sufrir este síndrome o estar en el límite o estar a punto de caer, solo queda indicarles a los familiares o a esa persona que vaya a consultar a personas especializadas del sistema biosanitario o psicosanitario.
¿Se siente usted un patito feo o una patita fea, en algún aspecto de la vida, o en muchos…? ¿Se cree usted un patito feo o una patita fea…?
¿Pero el mayor drama es cuando el patito feo, llega al lado de los cisnes, de su propia especie y estos no lo reconocen tampoco…? ¿Cuándo alguien está haciendo por ejemplo, una actividad durante diez o treinta o cuarenta años, y después los mismos que realizan esa actividad no lo reconocen, no admiten su trabajo, no lo insertan o encuadran entre ellos…, como uno más…? ¿Sucede esto o no sucede…?