A primera vista el paradigma neo tecnológico o ¿neoliberal? Desarrollo sostenible exhala un aroma prolongado de oxímoron concentrado.
Y junto a ello, el paradigma desprende el eco del viejo franquismo y de sus Planes de Desarrollo.
Planes poco o nade sostenibles. Y eso que eran Económicos y Sociales.
Y es que hablar en España de Desarrollo, tiene esos inconvenientes.
Tres Planes Tres, aunque el último el de 1972-1975 quedó aparcado por la crisis del petróleo. Y por otras inminencias.
Viejos recordatorios de los Planes y de los Polígonos.
Un modelo de la Planificación indicativa, revirado y fagocitado por otros impulsos.
Inconvenientes de nombrar la bicha tecnocrática de un crecimiento capaz de vaciar el medio rural y masificar las ciudades; capaz de machacar el litoral y favorecer el éxodo migratorio.
Obsesionado por el PIB como razón de ser última de toda felicidad social.
Sin planificación de recursos energéticos ni hidráulicos.
Y así seguimos, pese al maquillaje y al tiempo acumulado.
Y de aquellos polvos, tenemos los lodos del Desarrollo Sostenible, como un Nuevo humanismo verde o como un Nuevo urbanismo blanco.
Y es que todo desarrollo comporta y exige un grado importante de desplazamiento, transformación y en el límite de destrucción, de lo previamente existente.
Todo desarrollo, en la cuarta acepción del DRAE es “la evolución de una economía hacia mejores niveles de vida”.
Pero ya sabemos cómo evoluciona la economía y que se entiende por mejores niveles de vida.
Mejores niveles de vida, cuando sabemos que crecen las desigualdades.
Con lo cual se tumba la sostenibilidad. Y sobre todo, la solidaridad.
O se desarrolla, o se sostiene.
Casi prolongando lo del juego O se cae o se levanta.
Pero no las dos cosas a la vez.
Salvo en casos de dipsomanía donde al moverse todo, se pierde la noción de equilibrio.
También se sustenta.
Toda vez que en Sudamérica lo llaman Desarrollo sustentable. Que suena más improbable.
Y nada define mejor la política actual, en cualquiera de sus formatos y dimensiones, que el gusto por producir oxímorones por doquier, como si fueran consignas. A izquierda y a la derecha.
Oxímoron concentrado.
Como el sopicaldo Avecrem. Cubitos Concentrados.
Pero ¿concentrados de qué?
De ¿Ideología urbana?, ¿Buenismo civil?, ¿Pragmatismo administrativo? O ¿Tutorial de gestión de grupos?
Leyendo las 10 Líneas de Actuación de la Estrategia EDUSI Ciudad Real 2022-Eco-Intregrador uno no sabe si estamos en presencia de un juego de Rol municipal, de una larga adivinanza o en presencia de un contrato de cláusulas imposibles e improbables. O sustentables.
Un contrato a la marxista de Groucho: La parte contratante de la primera parte,…
Así la larga lista de las 10 líneas de actuación componen un decálogo ¿moral?, ¿político?, ¿administrativo?, ¿económico? o ¿urbano?
Y así a LA1, Fidelización ciudadana y administración electrónica. O la LA10, Inclusión social, tienen un eco religioso de prédica dominical.
Luego la instrumentalidad de Las Unidades Ejecutoras, la dignidad central de La Unidad de Gestión de la Entidad EDUSI, y el absolutismo del Equipo de Autoevaluación del riesgo del Fraude.
Cuando asistimos a la larga parálisis del POM en el dique seco, bloqueado y sin salida visible, recurrimos a otro paradigma de Ordenación/Ilusión como el de la Estrategia EDUSI.
¿NO será ya la Estrategia EDUSI un esquema de Desarrollo Urbano Sostenible e Ilusionista?
¿Qué decir de la campaña de 2005 Ciudad Habitable?, con objetivos próximos a los de la Estrategia EDUSI.
De igual forma que hemos cerrado el ciclo del Plan Estratégico 2005-2015 con magros resultados y agujeros en los pronósticos.
¿Cómo imbricar la propuesta de 2015 Ciudad Real imaginaria?
Por no hablar que el anunciado paradigma de la Estrategia EDUSI nacía el 31 de diciembre de 2015.
Y ahora a los siete años de vigencia previstos en la Estrategia EDUSI le falta ya el tiempo transcurrido desde entonces. No serán pues los 7 años prometidos.
El provenir de una Ilusión.
Pero ocurre que vivimos en una época de oxímorones galopantes y recurrentes.
Lo que sí parece cierto es que vivimos en tiempos de parálisis administrativa; de declive poblacional provincial y local; de pérdida de nervio económico como demuestran los muchos parámetros fiscales y sociales.
Aunque el IBI siga al alza y en olor de multitudes. ¿Cómo sube administrativamente, lo que el mercado dictamina a la baja?
Y haya que, probablemente, revisar las plusvalías cobradas indebidamente, tras la sentencia del Tribunal Constitucional. En operaciones de transmisiones con pérdida de valor.
Y eso sí que tiene un debate sostenible. Y duradero.
José Rivero
Divagario
Interesante pero complejo mensaje.
Llama oxímoron lo que yo llamaría eufemismo.
Eso del desarrollo sostenible lo llamaría descontrol burocratizado, pero esto suena mal. El eufemismo trata de endulzar las definiciones crudas por realistas.
La sentencia del constitucional espero que remueva todas las liquidaciones basadas en valoraciones de inmuebles. Se ha producido un saqueo administrativo, o lo que eufemísticamente podríamos llamar, financiación sostenible de las Administraciones Públicas, en realidad, de los inútiles que rigen esta democracia y solo piensan en embolsarse más de 4000 euros al mes y salir todo el día en la televisión.
Sí, dictadura de eufemismos y emociones.
El oxímoron no llega a definir del todo el simple, ya sabemos lo que hay por muy bonito que me lo quieras vender.
El eufemismo puede ser más poético, mientras que el oximoron es más político. Esa puede ser la diferencia. Hace años escribí un texto denominado ‘Eufemismo, circunloquio y etiqueta’ desde la perspectiva del trabajo de Robert Huges ‘La cultura de la queja’. Dando lugar ese eufemismo triunfal a todo el buenismo lingüístico de lo ‘políticamente correcto’. El oximoron define una imposibilidad, como decía Unamuno del periódico Navarro ‘El pensamiento navarro’, o como se dice de la música militar. Habrá veces que se interrelacionen, pero pueden tener su propio recorrido.
Oxímoron es lo que está haciendo ahora, en este momento, el presidente de la CA de Murcia. Oxímoron es lo del PP con la Energía y Soria, lo de Soria y el Hotel de Punta Cana; lo del PP y la Sanidad, los Servicios Sociales, las Pensiones, la Educación.
Oxímoron es Susana Díaz en Andalucía, con Chaves y Griñan.
Oxímoron es Podemos-Gobierno sin Erejonistas.
Oxímoron es Monarquía y Cristina de Hurtangarín.
Oxímoron son, en general todos los programas políticos que se prensentan en este país.
Oxímoron es, por desgracia, la prensa que vive de la publicidad institucional y niega la existencia de manifestaciones como la de Barcelona o le da 8 segundos al caso Soria en los telediarios.
Oxímoron es caverna mediática e información.
Oxímoron es mujer y heteropatriarcado.
Oxímoron es Trump y la Constitución Americana.
Oxímoron es el ser humano que, viviendo en sociedad, niega el modo de vida sostenible aplicándose las teorías neoliberales, socioliberales, ultraliberales.
Oxímoron terminan siendo los egoístas.
Pero así es la vida: Así como el tiburón debe nadar para seguir vivo, el político no puede parar de mover los labios (The Sympathizer).
Creo que un desarrollo sostenible es totalmente posible.
Cuando vimos el mar, creamos barcos para navegar sobre él; cuando soñábamos con surcar los cielos, inventamos los aviones.
Creo que, con todos los proyectos tanto actuales como futuros, un desarrollo sostenible es posible y necesario…
Hemos llegado a tal complejidad que eufemismo u oxímoron imperan en el arte de hacer lo posible.
Los planteamientos éticos deben complicar además. Pero no se puede vaciar de contenido a las palabras para crear falsas expectativas.
El Superhombre es una peligrosa ilusión.
Hay sensación de impotencia real por más que disfracemos las palabras o las conjuguemos de manera imposible.