Multimedia.- El Ayuntamiento de Terrinches continúa impulsando y promoviendo la investigación de los restos recuperados en el yacimiento arqueológico de Castillejo del Bonete, Bien de Interés Cultural, con el objetivo de contar cómo vivían los pobladores del Campo de Montiel del segundo milenio antes de Cristo.
Dentro del proyecto global denominado “Estudio de túmulos prehistóricos en la Cultura de las Motillas: Castillejo Del Bonete (Terrinches, Ciudad Real)”, dotado con 34.310 euros y cofinanciado por la Viceconsejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, se está realizando el estudio antropológico, paleopatológico y de marcadores de actividad de los restos humanos enterrados en los túmulos que permitirá comprender la estructura social de los manchegos que poblaban el interior de la Península Ibérica durante las Edades del Bronce y Cobre.
Esta investigación incluye la reconstrucción facial de un hombre que fue enterrado dentro de la cueva de Castillejo del Bonete. Reconstrucción que está desarrollando la Doctora María Benito Sánchez, profesora de Antropología Forense en la escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid. Dado que no todas las personas de la comunidad se enterraban bajo los imponentes túmulos de Castillejo del Bonete estas investigaciones se proponen conseguir nuevos datos para saber qué clase de personas tenían acceso a este lugar, tanto en vida como una vez fallecidas. En este estudio concreto va a ser utilizado un complejo software informático de última generación.
El alcalde de Terrinches, Nicasio Peláez, explica que para el Ayuntamiento la investigación y el desarrollo a partir de la ciencia es un compromiso. “Sabemos que solo con este tipo de estudios científicos es posible generar conocimiento y discurso histórico que no sea ficción. No promovemos la Arqueología-Ficción, tan habitual en nuestros días, sino un trabajo riguroso y veraz que nos permita explicarle al mundo cómo eran nuestros antepasados”, dice. Por eso, avanza, se está preparando un programa de actividades sociales para 2017, que pronto se dará a conocer y que estará basado en las rigurosas investigaciones científicas que se están llevando a cabo.
Con estos estudios, según comenta el arqueólogo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y director científico de las intervenciones arqueológicas, Luis Benítez de Lugo, se obtendrá información excepcional sobre cuestiones cómo las posibles enfermedades que se manifestaban en esa época.
En los túmulos, orientados a los astros, reposaban tanto el guerrero muerto como sus armas y sus principales pertenencias. Aunque, en ocasiones, albergaban el enterramiento de numerosos individuos.
Su origen está habitualmente relacionado con una forma de reivindicación de derechos sobre las tierras en los que se ubicaban.
Todos hemos escuchado en la escuela que los primeros asentamientos humanos se dieron en el 3.000 a.C. en Mesopotamia (en lo que hoy es Iraq y parte de Siria). Pero, quizás, mucha gente desconoce que, 1.000 años después, en plena Edad del Bronce, se dieron asentamientos humanos muy curiosos e importantes en lo que hoy es la comarca de La Mancha (en torno al 2.000-1.800 a.C.)
Estos grupos humanos sedentarios basaban su sustento en la ganadería y la agricultura, constituyendo uno de los sustratos indígenas que dio origen a la cultura ibérica.
Crear una reconstrucción facial a partir de restos arqueológicos es bastante difícil aunque hay muchas licencias artísticas permitidas.
Yo creo que los seres humanos de esa época (Edad del Bronce) eran bastante parecidos a los actuales aunque con los cráneos más cortos y redondos que los de la actualidad.
Este proyecto es de suma relevancia ya que estudia uno de los desarrollos culturales más originales y particulares de la Prehistoria reciente de la Península Ibérica.
Estamos ansiosos e impacientes por ver el aspecto físico de un ser humano que vivió hace 3.000 años…