Crónica de la ruta senderista Peñalsordo-Capilla (Badajoz)

Pilar Monescillo Castellanos.- Día 5 de Febrero de 2017, 8:30 de la mañana. Hora de reencuentro con los amantes de los caminos, después de una pausa navideña para echarnos de nuevo al camino. Viajaremos a tierras extremeñas, en la comarca de La Serena:Peñalsordo – Capilla – Peñalsordo.
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Desde que conocí la información de la ruta la espero con expectación; mucho tiempo sin salir ylas previsiones meteorológicas que desde hacía días anunciaban temporal de viento y lluvia, podrían suspenderla, grrr…, porque la ilusión de participar en la caminata es la misma o mayor que cuando comencé esta actividad.

Así pues, la noche de antes, y como si de un ritual se tratara, preparo ropa, botas, mochila, paraguas, capa de agua, guantes, gorro, cámara de fotos, bastones, etc., y algo de picotear por si entra apetito a media mañana.

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Amanece el día tal como se preveía, lluvia y viento, muy desapacible, pero salimos hacia el destino previsto, Peñalsordo. Durante el camino la lluvia cesa, el viento nos acompaña, y las vistas desde el autobús ya son increíbles.

Cruzamos el Embalse de la Serena, segundo almacenamiento de agua de España y construido en 1990 sobre el río Zújar, afluente del Guadiana. A sus orillas avistamos grupos de grullas que descansan entre encinas, olivos ,trigos y cebadas. El azul del agua embalsada, el cielo cambiante de mil tonos, el recorte del horizonte de montañas y castillos, presagian que va a ser un día espléndido.

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Hacemos una parada en un bar de Peñalsordo para tomar un contundente desayuno, y tan contundente… que en esta ocasión, y sin pedirlo, a la tostada de pan con tomate le añaden jamón serrano, delicioso claro… así da gusto comenzar el día.

Comenzamos bien abrigados; nuestros guías de viaje Manolo y Vicente nos explican el recorrido que, en esta ocasión, haremos por un PR, sendero de pequeño recorrido, de manera circular desde Peñalsordo, pasando por Capilla y su castillo y de nuevo Peñalsordo. Serán 12,5 Km. Iniciamos el camino y un grupo de cabras chismosas y un perro cómplice salen a nuestro paso con saludo animal de buen camino.

Divisamos en todo momento el Embalse de La Serena entre valles, tierras de cultivo y montes, que cambia de color a merced del paso de las grandes nubes que nos sobrepasan, impregnando la retina de mil colores. El camino está rodeado de vegetación de montaña en la que predominan Retamas, Jaras, Romero, árboles dela familia Quercus(encinas, robles, alcornoques…), Mirto o Arrayan, Ombligo de Venus, etc. Es nuestro guía Vicente quien nos da explicación de cada una de las especies vegetales, de sus ciclos de vida y propiedades. También abundan Olivos, Naranjos y Limoneros, generalmente en cercas privadas, construidas en piedra, en las que los líquenes crecen con sus colores tan peculiares y vistosos.

A medio camino, emprendemos la subida para llegar al pueblo llamado Capilla, situado a la falda del monte y en la orilla del río Zújar. Fue en la antigüedad un asentamiento celta, después romano, convirtiéndose en eje de las comunicaciones entre Mérida, Sevilla, Córdoba, Almadén y Toledo. Fue conquistada por el Reino de Castilla en 1226, cayendo posteriormente en dominio musulmán y reconquistada por tropas cristianas de la orden del Temple. Al extinguirse la misma, pasó a ser propiedad del Maestre de Alcántara, posteriormente perteneció a la casa de Bejar y finalmente, en el S. XVIII pasó a ser propiedad del Ducado de Osuna.

Domina el pueblo su castillo, situado en una cima rocosa a más de 50 metros de altura, construido de manera irregular sobre la base de roca, alzándose gruesos muros de piedra y torreones de estructura cilíndrica, conservándose tres de ellos. Las vistas desde sus murallas son espectaculares. El viento allá arriba es fuerte, las nubes pasan rápidas, y de nuevo la luz y los colores nos muestran un paisaje cautivador.

Tenemos tiempo de observar, siempre bajo la apreciación de Manolo, los ripples u ondas de agua que se muestran en las rocas, siendo estructuras sedimentarias formadas por corrientes de agua sobre la superficie de arena o arcilla que con el paso del tiempo se ha petrificado.

Llama la atención la iglesia de Santiago Apóstol, de estructura mudéjar, quizá fuese mezquita, convertida en templo cristiano en el S. XVI. Situada en la misma pendiente de subida hacia el castillo, en una calle estrecha, encaladas sus paredes y coronada por una espadaña escalonada a tres alturas, con doble campanario en la primera y tocada con un gran nido de cigüeña.

Desde el castillo descendemos hasta el camino que nos conduce de nuevo a Peñalsordo. La vegetación del camino ahora está repleta de flores, los almendros y cerezos comienzan a florecer; tonos blancos y rosas predominan en el paisaje; el fuerte viento ha hecho que caigan al suelo muchas de las flores, pero no han perdido su esplendor.

El camino ha terminado, entramos en el pueblo. Son las tres de la tarde y toca el regocijo con los compañeros de camino en torno de una mesa con brasero, comentar la andadura con una cerveza fresquita mientras esperamos el menú, un buen plato de cocido calentito. Es el broche final de un día con el que no contábamos;“Meteo” fue bueno con nosotros y solo “Eolo” nos acompañó en un día lleno de luz y sensaciones para los sentidos.

A las 6 de la tarde, después de un paseo por el pueblo, volvemos a casa, satisfechos y llenos de vida, esperando el anuncio de la próxima ruta que, sea donde quiera que se programe, será especial siempre.

Saludos caminantes.

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