Ciudad Real: Sancho Rey, un tesoro natural que agoniza desdeñado

Eusebio Gª del Castillo Jerez.– Por San Blas, las cigüeñas verás, reza el refrán. Y así ocurre en la provincia de Ciudad Real, donde, afortunadamente, disfrutamos de la mayor población de las últimas décadas de estas esbeltas patilargas. La situación, sin embargo, no es tan halagüeña en la capital. La colonia de Sancho Rey, situada a escasos kilómetros del casco urbano, acoge a más de una veintena de parejas de esta especie. Aun en plena decadencia, es uno de uno de los recursos naturales más significativos del término municipal y «no se hace nada por conservarlo».

rp_sancho-rey-01-550x366.jpgJosé Manuel Hernández, miembro de Ecologistas en Acción y experto en estas aves, considera que cabría pedir al Ayuntamiento de Ciudad Real, y al conjunto de las instituciones, que contribuyan a conservar este enclave «al que no se presta la atención que merece».

Pese a la positiva evolución de las poblaciones de esta especie, Sancho Rey no presenta ningún factor que ayude a recuperar la colonia, más bien al contrario, los que concurren provocarán que, con el paso del tiempo, desaparezca.

En los mejores tiempos de la colonia, nidificaban en ella más de 40 parejas. En la actualidad, y a pesar del deterioro del paraje, retornan a Sancho Rey cada invierno alrededor de 25.  Ocurre que una vez que las cigüeñas se aquerencian a un sitio son bastante fieles y retornan a él, aunque las circunstancias no sean las mejores, explica José Manuel Hernández.

El incendio de pastos que asoló la zona a comienzos del milenio y el cierre en 2009 del vertedero de Cabeza del Palo, que había sido el factor que «disparó» la población de cigüeñas en la década de los noventa, supuso un punto de inflexión para la colonia.

sancho-rey-06Las parejas que regresan a este paraje ciudadrealeño se encuentran con el problema de la escasa durabilidad de sus nidos. La mayoría se construyeron en olmos que han ido cayendo, en parte por el incendio, pero también por la grafiosis y otras circunstancias «que han provocado que todos esos árboles estén enfermos y tengan una vida muy corta». Alguno nidos se han repuesto, en los árboles o en los tocones, o en los postes artificiales que, tras el incendio, instaló la Junta de Comunidades. Pero muchos de ellos también han caído y desafortunadamente, lamenta Hernández, en las administraciones no se percibe ni un atisbo de sensibilidad que permita alimentar la esperanza de que se pueda frenar el deterioro de la colonia.

La ventaja de Sancho Rey, apunta, y por lo que la presencia de poblaciones de cigüeñas en nuestro entorno se remonta a tiempos remotos, es su vinculación a las tablas del Guadiana. El humedal que se extiende alrededor del puente de Alarcos es una zona aparentemente óptima para la especie. El río, relata este experto, se deterioró «muchísimo», y perdió los caudales adecuados; aunque a fecha de hoy, a causa de la depuradora de Ciudad Real -que vierte sus aguas en unas condiciones «discutibles»-, se mantiene un humedal que, aunque debería mejorarse, puede estar ayudando a retener la población de Sancho Rey.

Recuperar este paraje pasa por mejorar estado ecológico del Guadiana, que no es sino una obligación como consecuencia del cumplimiento de la Directiva Marco del Agua, remarca Hernández. Incluso, subraya, habría que hablar en términos de protección porque, en su momento, las tablas fluviales del Guadiana «no tuvieron nada que envidiar» a las de Daimiel. Además, están vinculadas a hechos históricos como la Batalla de Alarcos y, en su opinión, merecerían una protección adecuada, incluyendo, aguas arriba, las tablas de Sancho Rey.

Complementariamente habría que trabajar en el paraje para tratar de recuperar a medio o largo plazo las arboledas, con independencia de las cigüeñas; y para éstas en particular, mientas los árboles crecen, instalar plataformas artificiales que puedan paliar el deterior del enclave durante este tiempo para que la colonia no desaparezca.

sancho-rey-08Recuperación espectacular
Por San Blas, haciendo honor al refrán, puede verse a las cigüeñas ocupando sus nidos. Pero durante mucho tiempo no ha sido así, debido a que la fenología de esta especie ha ido variando. Hace 10 o 15 años, recuerda Hernández, venían antes. Entonces, esta aves zancudas retornaban a Ciudad Real a principios de diciembre e incluso en el mes de noviembre.

Las colonias más grandes de la provincia llegan a albergar a más de cien parejas, aunque también hay muchas otras pequeñas diseminadas por el territorio. Las cigüeñas se concentran allí donde encuentran los recursos y las condiciones adecuadas. Constituyen colonias, donde las parejas crían muy cerca unas de otras, en lugares donde abunda la comida; y son más independientes y territoriales, guardando una mayor distancia entre los nidos, en las zonas donde las condiciones no son tan favorables. La comarca de los Montes y la zona de pastos del suroreste son las más ricas de la provincia en cigüeñas y donde se encuentran asentadas más colonias.

Esta especie, que décadas atrás «pasó por muy malos momentos», está protegida. Llegó a desaparecer en algunos países europeos pero, afortunadamente, desde mediados de los noventa comenzó a recuperarse. En Ciudad Real, el censo más bajo se registró en el año 1984, y a partir de entonces se produjo una recuperación «espectacular». Sin embargo, ni han mejorado las condiciones para esta especie ni los peligros que la amenazan, advierte este experto. El repunte de la población se debe a aspectos muy particulares que en cualquier momento pueden desaparecer, como la existencia de vertederos. La imagen de una cigüeña alimentándose en un basurero «no es agradable», pero esta especie goza de una gran capacidad de adaptación y ha aprovechado esa oferta de alimento fácil, lo que ha repercutido en la recuperación de nuestras poblaciones y en que las cigüeñas centroeuropeas, en lugar bajar hasta África, se queden a pasar el invierno en España (como ocurre en Almagro o Alcázar de San Juan). No obstante, recuerda que los vertederos tienen que cerrarse según una directiva europea, «y entonces no sabemos lo que pasará cuando las cigüeñas no dispongan de estos restaurantes de comida rápida». En teoría, añade, deberían volver a África, a países como Mali, Senegal, Chad o Mauritania, pero el problema es que tanto el cruce del Estrecho de Gibraltar, la migración en sí misma, como los problemas que se encuentran en aquel continente, fue lo que en su momento diezmó las poblaciones.

Por último, recuerda que una causa de mortalidad conocida de las cigüeñas en la que se puede trabajar es la electrocución, tanto al posarse en torretas eléctricas como al chocar con ellas o por colisión con los cables de los tendidos eléctricos.

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1 COMENTARIO

  1. Tanto la Directiva de Aves como la Ley 42/2007, establecen la protección de la cigüeña blanca, sus polluelos y sus nidos.
    No obstante, viene a ser responsabilidad de los órganos competentes de las Comunidades Autónomas. Generalmente, Medio Ambiente.
    «Por San Blas, la cigüeña verás y, si no la vieres, año de nieves»…

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