El Hospital Nacional de Parapléjicos, centro dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, coordinará el proyecto europeo llamado Neurofibres destinado al desarrollo de microfibras electroconductoras biofuncionalizadas para el tratamiento de la lesión de la médula espinal.
Dotado con más de cinco millones de euros por la Comisión Europea, Neurofibres es uno de los doce proyectos de gran relevancia estratégica elegidos entre más de doscientos que se presentaron al programa europeo que promueve Tecnologías Emergentes de Futuro (FET) en el apartado Proactive, dedicado a medicamentos y terapias bioeléctricas, en el marco Horizonte 2020.
Los representantes de los equipos de investigación participan desde hoy en un simposio celebrado en Hospital de Parapléjicos, que ha sido inaugurado por el Director General de Calidad y Humanización de la Asistencia Sanitaria, Rodrigo Gutiérrez, quien ha expresado su “satisfacción por que el hospital toledano sea el centro coordinador de este ambicioso e innovador proyecto de investigación, lo que le sitúa una vez más a la vanguardia de la neurociencia en Europa”.
El Laboratorio de Reparación Neural y Biomateriales del Hospital Nacional de Parapléjicos, que dirige el Dr. Jorge Eduardo Collazos Castro, coordinará Neurofibres, con la participación de un consorcio de siete grupos de investigación de seis países europeos: Royal Institute of Technology de Suecia; Universidad de Cambridge, Reino Unido; Universidad de Trento, Italia; Universidad de Saarland, Alemania, Universidad de Marsella y empresa Axon Cable de Francia y Hospital de Parapléjicos en España.
Neurofibres, cuya duración será de cuatro años (enero de 2017- diciembre de 2020), pretende “consolidar las potencialidades neurorregenerativas de la Bioelectrónica y desarrollar dispositivos que sirvan como un andamio electroactivo biológicamente seguro y eficaz para la regeneración del Sistema Nervioso Central y la activación de circuitos neuronales en la médula espinal”, según explica Jorge Collazos.
Partiendo de lo que se ha conseguido hasta ahora, Neurofibres se centrará en dos frentes de trabajo. En primer lugar, en la mejora de las propiedades de las microfibras, incluyendo su conductividad eléctrica, propiedades mecánicas, estabilidad química y capacidad de interacción con las células neurales. El segundo frente será la investigación de la utilidad de esta tecnología puntera para inducir crecimiento neural.
“Lógicamente el sistema hay que probarlo, in vitro e in vivo (en roedores y en cerdos), para comprobar su biocompatibilidad, así como las respuestas regenerativas del tejido nervioso y la recuperación funcional en los aspectos motores y sensoriales”, asegura el científico coordinador del proyecto.
Para acometer este estudio se contará con grupos multidisciplinares de expertos: neurocientíficos, físicos, químicos, médicos, electrofisiólogos, ingenieros mecánicos, expertos en nanotecnología y biomateriales y la ayuda de los cirujanos traumatólogos del Hospital de Parapléjicos Andrés Barriga y Luis María Romero y del neurocirujano del Hospital Virgen de la Salud Ángel Rodríguez de Lope.
«La participación de los cirujanos en este proyecto de investigación es fundamental, ya que se requiere poner a punto nuevas técnicas quirúrgicas bastante complejas y de las cuales depende el éxito del proyecto», puntualiza Jorge Collazos.
Microfibra para uso neuroprotésico y regenerativo
En los últimos años la neuroprotésica está avanzando de manera importante, si bien a fecha de hoy los implantes neuroprotésicos son invasivos y requieren una neurocirugía muy compleja. Aunque efectivos, hay factores limitantes derivados de la estabilidad de la transmisión de las señales eléctricas, así como los riesgos por la biocompatibilidad de los electrodos, pues pueden producir fibrosis y pérdida de efectividad por reacciones celulares al electrodo, rechazo al cuerpo extraño, e inflamación, entre otros efectos adversos.
“Con las microfibras se podrían fabricar neuroprótesis más eficaces. Nuestros experimentos muestran su mayor sensibilidad a la hora de estimular y registrar las señales de las neuronas frente a los electrodos metálicos usados en la actualidad y producen menos daño”, apunta el Doctor Collazos.
“Asimismo, añade, si usamos la microfibra para regenerar el tejido, es decir, conseguir activar el crecimiento de la glía y las neuronas, sin considerar la perdurabilidad, las microfibras se muestran como una herramienta con gran potencial. El implante de la microfibra en el tejido sano se integra muy bien, y en el tejido lesionado, en el que ya se ha producido daño axonal y muerte celular con necrosis y apoptosis, sangrado, etc. estamos consiguiendo cambiar el balance de cicatrización a neuroregeneración”.
Por último, Jorge Collazos se muestra optimista. “El resultado en ratas ha sido esperanzador, y estamos trabajando arduamente para llegar a usar esta tecnología y conocimiento con fines clínicos en humanos con garantías de eficacia y seguridad. Para esto, nuestro siguiente paso será probar la tecnología en cerdos, que nos aportarán la información indispensable para el diseño de un implante aplicable en los humanos».