Más de un centenar de profesionales sanitarios, entre los que se encuentran médicos de familia, enfermeras de Atención Primaria, cardiólogos, médicos de Urgencias y residentes de Medicina Familiar y Comunitaria y de Cardiología, han participado en la ‘I Jornada de atención compartida en la enfermedades cardiovasculares: cooperando entre niveles asistenciales’, organizada por la Gerencia de Atención Integrada de Albacete.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte y discapacidad en los países desarrollados. El envejecimiento de la población y la mayor supervivencia tras la fase aguda de la enfermedad están provocando un aumento de la prevalencia de las enfermedades crónicas. Cada vez es más frecuente encontrar pacientes con una enfermedad cardiovascular crónica que presentan otras patologías de diferentes órganos y sistemas.
En este contexto la mayor accesibilidad, la valoración integral de la persona y la capacidad de coordinar las diferentes intervenciones que precisa el paciente hacen del médico de familia y la enfermera de Atención Primaria los profesionales de referencia para el mismo.
Esta jornada, lejos de ser un curso de actualización más, constituye un punto de partida a partir del cual se pretende mejorar la eficiencia del sistema sanitario y aumentar la satisfacción de pacientes y profesionales.
Bajo el lema ‘Mismos problemas, mismos pacientes, mismos procesos’, esta primera edición ha abordado temas y problemas de salud frecuentes como las valvulopatías, arritmias, dolor torácico, síncope, palpitaciones, adherencia terapéutica o insuficiencia cardiaca, patología esta última sobre la que se está trabajando en el ámbito del SESCAM con la elaboración de una Vía clínica promovida por la Dirección General de Asistencia Sanitaria.
Se trata, tal y como han explicado los organizadores, el servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete y la subdirección de Atención Primaria, de establecer vínculos entre todos los profesionales para garantizar la atención integral de los pacientes que, en un momento agudo de la enfermedad necesitarán recurrir al centro hospitalario pero cuyo seguimiento y control periódico es realizado por los profesionales de los centros de salud y consultorios locales.
El desarrollo de unidades de continuidad asistencial donde se plantean actuaciones comunes consensuadas entre médicos y enfermeras de familia y cardiólogos facilitará un acercamiento entre los dos niveles asistenciales y se traducirá en una mejora de la calidad prestada al paciente, aumentando la seguridad para los que requieren un número elevado de medicamentos y evitando tratamientos y decisiones contradictorios, duplicidades de pruebas complementarias, sobreutilización de los servicios de Urgencias, derivaciones innecesarias y consultas sucesivas de revisión por parte de Cardiología.