Eusebio Gª del Castillo Jerez.- Más de un centenar de personas, convocadas por el Grupo Pacifista de Ciudad Real y el Colectivo de Mujeres Libres de Ciudad Real, se han concentrado esta tarde noche en la confluencia de la calle Carlos Vázquez con la Plaza Mayor. Durante el acto, en el que se han encendido velas, dispuestas formando el símbolo de la paz, en recuerdo de las víctimas de la guerra de Siria, se ha dado lectura a un manifiesto en el que se han condenado los ataques continuados que padece la población civil.
A continuación reproducimos el manifiesto:
Grupo pacifista de Ciudad Real y Colectivo de Mujeres Libres de Ciudad Real.- El recién creado grupo pacifista de Ciudad Real en unión con el Colectivo de Mujeres Libres de Ciudad Real quiere mostrar su rechazo ante el horror de los ataques continuados contra población civil en Siria.
Condenamos enérgicamente el sufrimiento causado de forma premeditada a la población civil por el gobierno sirio y su aliada Rusia.
Condenamos también los ataques de la Coalición Internacional en el norte de Siria y de Iraq. En el norte de Siria solamente, estos ataques han matado también a miles de civiles en los 26 meses transcurridos desde el comienzo de la intervención militar de la Coalición. No podemos dejar de señalar la responsabilidad de la OTAN y las potencias occidentales, principalmente Estados Unidos, en la promoción de guerras por todo el planeta, ya sea directa o indirectamente, que son sobre todo por responder a las demandas de la potente industria militar, y también por el acaparamiento de recursos cada vez más escasos para mantener el nivel de enriquecimiento de las élites económicas y el nivel de consumo per cápita de los países occidentales.
La revolución pacífica que ocupó las calles de Siria en febrero de 2011 exigiendo justicia y democracia, obtuvo como respuesta el encarcelamiento de los manifestantes, torturas y desapariciones forzadas, bombardeos y una represión despiadada por medios militares, que fueron el germen de la guerra civil y el exilio de ocho millones de sirios.
Como narran activistas y organizaciones humanitarias y de defensa de los derechos humanos sobre el terreno, los bombardeos indiscriminados y el uso de armamento especialmente dañino está causando la destrucción total de la infraestructura sanitaria y de protección civil, de la que dependen más de 250.000 personas (100.000 de ellas, niños y niñas).
Además de los tristemente habituales barriles de TNT, la fuerzas aéreas siria y rusa han lanzado varias clases de bombas cuyo uso está prohibido (de fragmentación, incendiarias, termobáricas y revientabúnqueres) contra barrios residenciales e instalaciones básicas para la vida, especialmente hospitales.
Denunciamos la entrada en escena de nuevos actores armados que tratan de imponer su propia agenda, y que han hecho que la guerra de Siria se haya internacionalizado enormemente. No queremos omitir a modo de ejemplo la injerencia de Rusia, Israel, Francia, EEUU y el resto de la coalición internacional y cuyas pretensiones no tienen nada que ver con la democracia y el autogobierno de Siria. Más de 250 milicias diferentes, combaten en Siria en contra o del lado del régimen sirio.
Siria se ha convertido en el escenario en el que las potencias globales y regionales dirimen sus intereses con la coartada de la “guerra contra el terrorismo” a costa de la vida de la población siria.
La venta de armas también ha tenido un efecto multiplicador de la guerra. Frente al constante flujo de armamento y munición desde Rusia, Irán y China hacia el gobierno sirio, se ha producido la llegada de armamento producido principalmente en plantas de países de Europa del Este e Israel hacia los países del Golfo y finalmente hacia manos de algunas milicias sectarias. Por su parte, el Daesh/EI se ha servido principalmente del armamento de EEUU abandonado durante la desbandada del ejército iraquí en 2014 que ha acabado en el mercado negro o en manos de grupos extremistas.
La magnitud de la tragedia humana causada por estos cincos años de guerra tiene pocos precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. Siria es hoy un país donde ya han muerto al menos 250.000 personas víctimas de la guerra; la mitad de su población se ha visto desplazada; trece millones de personas necesitan ayuda humanitaria; cinco millones de refugiados han abandonado el país, buena parte de ellos jugándose la vida o perdiéndola cruzando el Mediterráneo para acabar chocando con los muros de la Europa Fortaleza, recluidos en campos de refugiados o campos de deportación y expuestos a la creciente islamofobia de las sociedades europeas. Entre seis y ocho millones de personas se han visto forzadas a abandonar su hogar desplazándose en el propio país; ciudades enteras han sido destruidas, otras asediadas y/o con bombardeos constantes sobre instalaciones civiles, etc.
Toda la multitud de actores armados que operan en Siria han contribuido en diferentes grados a esta gravísima situación, pero distintas organizaciones locales e internacionales humanitarias y de derechos humanos resaltan una y otra vez en sus informes sobre Siria que el gobierno presidido por Bashar al-Assad es responsable de la mayoría de las víctimas, seguido por los grupos integristas Estado Islámico y Al Nusra, financiados en parte por las petromonarquías del Golfo Pérsico, y con Estados Unidos y otras potencias occidentales mirando para otro lado ante este hecho.
Diferentes actores en el conflicto han usado armas químicas, como el gas sarín en Ghouta en 2013 que dejó cientos de muertos, produciéndose asi mismo bombardeos químicos con cloro hacia la población civil.
Siria ya no es un conflicto regional, sino un problema de la Humanidad. No sólo por la internacionalización del conflicto, la aparición de acciones terroristas de inspiración yihadista en Europa y EEUU, por los millones de personas que huyen de la guerra fuera del país, o por la dimensión de la catástrofe. La causa principal es la intencionada desestabilización de esta región del mundo, debido a los intereses estratégicos, comerciales y armamentísticos, por parte de las grandes potencias. Como decía un manifiesto firmado a mediados de septiembre por 150 artistas y escritores sirios, “el mundo hoy es una cuestión siria, como Siria es hoy una cuestión mundial”.
Por todo lo anterior, el grupo de mujeres libres de Ciudad Real y el grupo pacifista de Ciudad Real:
Nos solidarizamos con la población civil siria víctima de la guerra.
Hacemos un llamamiento a la movilización internacional para romper el silencio y exigir un alto el fuego inmediato y el fin de la guerra para detener el sufrimiento de la población civil.
Rechazamos todas las acciones militares en marcha actualmente en Siria, cuenten o no con el acuerdo del gobierno sirio, Ruso, Iraní, turco, iraquí, del Estado Islámico, y de EEUU y la Coalición Internacional.
Exigimos que, de una vez para siempre, cese la injerencia extranjera en los conflictos ajenos y que sean las Naciones Unidas, la sociedad civil y las organizaciones que trabajan por los derechos humanos las que dirijan el proceso de paz, sin otro interés que no sea la protección de las personas y sus derechos, partiendo como primer punto por la eliminación del derecho de veto que tienen algunas naciones a modo de privilegio en las Naciones Unidas.
Exigimos la puesta en libertad de las decenas de miles de detenidos en condiciones infrahumanas en las cárceles del régimen sirio.
Exigimos que, por el bien de la humanidad, se reduzca la fabricación y exportación de armamento en todos los países, destinando estos recursos a causas más nobles, como la lucha contra la pobreza, la educación universal, la protección del Medio Ambiente y el desarrollo sostenible, y todas las causas encaminadas al desarrollo integral de las personas.
Exigimos que los autores de los crímenes de guerra y contra la Humanidad cometidos en Siria respondan por ellos, como parte de un proceso de paz, justicia, reconciliación y reparación de las víctimas.
Queremos mostrar nuestro apoyo a las personas activistas y grupos de base que en medio de la violencia resisten a la militarización y la guerra, persisten en su lucha no-violenta por sus derechos en Siria, y señalan el camino de la paz.
Por todo eso declaramos que “LA GUERRA ES UN CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD. POR ELLO NOS COMPROMETEMOS A NO APOYAR NINGUNA GUERRA Y A TRABAJAR POR LA DESAPARICIÓN DE TODAS SUS CAUSAS”.
Gracias a estas ciudadanas que se han esforzado en procurar esta oportunidadal pueblo de Ciudad Real para salir a la calle y no embrutecernos con nuestea indiferencia, que duraba ya demasiado tiempo.
¿Indiferencia? Desde cuando salir a la calle a manifestarse es excluyentemente lo contrario.
Hemos sabido más de esa guerra que las que hay en Africa y Asia, que no salen en la tele y son de las que hablan los misioneros, voluntarios de ONG y pocos más.
Esas guerras de las «que nadie habla», quien realmente las da a conocer son los propios implicados, sus activistas de la sociedad civil, los medios periodísticos independientes, y también el movimiento pacifista internacional. Guerras provocadas por las grandes potencias capitalistas o por dictaduras feroces. Ahora mismo no hay ningún gobierno que realmente merezca la pena: todos hacen sufrir; unos más, otros menos
Mundo Negro, revista de los misioneros combonianos. El mejor espejo de la realidad africana.
Y apenas nada más. Lo que no sale en la tele no existe, pero eso no es verdad. Hay mucha gente comprometida que pasa de salir en la tele, nole da importancia.