La rápida intervención de la Dirección General de Salud Pública y Consumo, junto con la activación de los servicios asistenciales de área del SESCAM, fue determinante para la inmediata detección y control del brote de legionela en Manzanares detectado en diciembre de 2015.
“Esta actuación conjunta permitió minimizar los efectos de la enfermedad e interrumpir la transmisión de la legionela en el menor tiempo posible”, ha señalado hoy el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, durante su comparecencia en las Cortes de Castilla-La Mancha. En este sentido, ha destacado la rapidez a la hora de actuar por parte de la Consejería de Sanidad y el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, lo que hizo posible que el periodo infectivo no pasara del día 14 de diciembre.
Asimismo, la colaboración y coordinación entre las distintas Administraciones, municipal, provincial y regional, facilitó el estudio del brote y contribuyó a adoptar en cada momento las medidas requeridas.
Lo ocurrido en Manzanares hace un año es considerado como el brote comunitario de legionelosis con mayor tasa de ataque entre los publicados en la literatura científica y, sin embargo, la tasa de letalidad del brote (1,4 por ciento) es una de las más bajas de las registradas en brotes comunitarios de legionelosis.
Expertos de todo el país reunidos en Toledo a principios de este año coincidieron en valorar muy positivamente la difusión inmediata de la alerta, aun cuando el número inicial de casos no permitía prever la magnitud que hubo alcanzado el brote, así como la coordinación y comunicación entre los servicios de Salud Pública y los servicios asistenciales implicados.
Gestión sanitaria
“Desde la aparición de los primeros casos, se tomaron las medidas necesarias y se desplegaron los recursos asistenciales más adecuados en cada momento para hacer frente al brote y dar respuesta a las necesidades de los pacientes afectados”, ha asegurado el titular de Sanidad en Castilla-La Mancha.
Así, la misma tarde del día 11 de diciembre, la Dirección General de Salud Pública dio las primeras indicaciones como respuesta sanitaria ante los posibles casos que pudieran surgir, informándose a la autoridad sanitaria, así como solicitando informe a Sanidad Ambiental, al hospital de referencia de la zona para que descartaran cualquier neumonía que llegara a Urgencias y a los centros de salud para que derivaran al hospital todos los cuadros de neumonía o infección respiratoria grave. A partir de ese momento cualquier caso sospechoso de legionelosis en la zona pasaba a ser de declaración urgente al sistema de guardia de vigilancia epidemiológica.
En cuanto a la asistencia sanitaria prestada a las personas afectadas, desde la Consejería de Sanidad se pusieron en marcha los mecanismos oportunos que permitieran aumentar de forma gradual los recursos necesarios, así como mantener el resto de servicios asistenciales del Hospital y el Punto de Atención Continuada de Manzanares.
Reconocimiento a los profesionales
Durante su intervención Fernández Sanz ha reiterado su felicitación a los profesionales de los hospitales y centros de salud implicados por su gran labor y compromiso con los pacientes afectados por el brote. “La actuación por parte del Sistema de Salud castellano-manchego fue muy positiva, por no decir excelente”, ha enfatizado.
Así, el consejero ha incidido en que “la respuesta eficaz y proporcionada que se dio en todo momento tuvo un pilar fundamental en la coordinación existente entre los profesionales de la Gerencia de Atención Integrada de Manzanares, así como en su cooperación con los profesionales de los hospitales de Valdepeñas, Ciudad Real, Alcázar de San Juan y Tomelloso”.
Casos confirmados
En su comparecencia el consejero de Sanidad ha vuelto a transmitir sus condolencias a los familiares de las personas fallecidas a causa de este brote de legionela y ha lamentado las pérdidas humanas.
El número total de casos confirmados fue de 277, de los cuales 101 personas fueron hospitalizadas, lo que supone el 36,46 por ciento, cuando se suele requerir el cien por cien de ingresos. Aun estando sometidos al mismo riesgo, no se registró ningún caso en menores de 15 años y sólo dos en menores de 25.
En el contexto del brote de legionela de Manzanares se registraron cuatro fallecidos, lo que supone una tasa de letalidad de 1,4 por ciento, cuando la tasa de mortalidad en este tipo de brotes comunitarios suele oscilar entre el 10 y el 20 por ciento.
