La segunda edición de Poemarte, celebrada este sábado en el salón de actos de la Asociación de Vecinos Santa Ana, demostró que Ramón Merino es profeta en su tierra, donde es considerado por muchos como el más grande poeta de la ciudad minera. La fuerza balsámica de su palabra fue capaz de mover y conmover a las cientos de personas que acudieron al acto de homenaje organizado al margen de los circuitos oficiales.
La voz de Merino se agiganta, a pesar del cáncer de laringe contra el que brega este gran luchador, para emocionar con un discurso de profundo sentido humano, que conecta con el pueblo al fundirse en su imaginario sentimental de una manera tan sencilla como emocionante.
250 personas vibraron en un ambiente cargado de magia, música y poesía. El acto, organizado por la Librería Clip en colaboración con “Vivamos las letras”, fue abierto por el mago Prextiman. Amaranta contó un cuento, y en la parte musical el coro Aires de Santa Ana transportó a los años setenta. The Ruinas Band puso la guinda musical con su habitual maestría. Mientras, los poemas de Merino rasgaron el alma de los asistentes, que aplaudieron durante varios minutos la lectura de estos maravillosos versos por el propio Ramón.
Alguien ya lo ha dicho en las redes sociales: «Sus poemas, cargados de reflexiones sobre la desigualdad, la discriminación, la soledad y sobre este mundo frenético que nos ha tocado vivir, hicieron que todas las personas que disfrutamos de sus libros, podamos ver más allá del materialismo que nos envuelve». Incluso desde el dolor y la enfermedad Ramón Merino sigue regalando la más valiosa lección que pueda darse: la de la vida.