Marta Sanz (Madrid, 1967) conoce el mundo literario desde varias perspectivas. Lo conoce como doctora en Literatura Contemporánea, como crítica en diversos medios nacionales y también como autora; no solo de novela, sino también de otros géneros como la poesía o el ensayo. Sanz ha sido reconocida con varios prestigiosos premios, como el Herralde de novela en 2015, en 2009 el XI Vargas Llosa de relatos. En 2006 fue finalista del Premio Nadal. Marta Sanz clausura este sábado 26 los Encuentros con Cervantes, desde las 20 horas en el gran teatro de Manzanares.
P-. ¿Cómo es ese lector moderno o postmoderno que va a retratar en su conferencia?
R-. El lector moderno es más activo, está acostumbrado a interactuar con el texto, a formular preguntas, a no asumir acríticamente el discurso autoritario del narrador, a juzgar la obra según su propia experiencia vital y cultural. El lector posmoderno busca la amenidad y esa amenidad que se logra a partir de técnicas como el collage o mediante la mezcla de géneros, ya está muy presente en la obra cervantina.
P-. Usted ha calificado el lenguaje literario actual como “anoréxico”
R-. Eso es consecuencia de las necesidades del mercado editorial, que quiere convertir la literatura en un producto asequible que no imponga barreras o plantee preguntas que puedan incomodar al receptor. Ahora se buscan clientes, no lectores, clientes que estén conformes con lo que leen, sin que la lectura les cree incertidumbres.
P-. En este contexto, ¿Cervantes hubiera sido publicado en estos tiempos?
R-. No lo sé, es una pregunta difícil. Todo depende de si hubiera topado con un editor literario de verdad, de esos que entienden la función connotativa de la literatura y su capacidad de interactuar con en el lector; la capacidad de la literatura para contar el cambio de tiempo en el momento de la historia que se está produciendo y ampliar nuestra visión del mundo a través del lenguaje y las historias. Cervantes narró, con sentido del humor y belleza, la muerte de un mundo y el nacimiento de otro donde el dinero y la posibilidad de conseguirlo a través del trabajo cobraban importancia frente a la nobleza de cuna. Ese cambio de mundo también afectó a la figura del escritor que se hace consciente de estar desempeñando un oficio.
P-. Siguiendo con la ciencia-ficción, ¿El Quijote hubiera conseguido algún premio literario en el panorama actual?
R-. Si el editor es inteligente se lo darían, porque el Quijote es una novela muy entretenida que habla de cosas que interesan a los lectores de casi todas las épocas y se hace universal abordando lo local.