Jesús Millán Muñoz.– 0. Me pregunto si sería conveniente y aconsejable y terapéutico que en las salas de espera de Urgencias hubiese una televisión o varias sin sonido pero con programas tranquilizadores, paisajes, documentales de ciudades, etc. Lo mismo extender dicha sugerencia o idea o concepto a todo tipo de salas de espera de distintos recintos públicos o privados.
1. Como se lee a veces demasiado deprisa, reitero y repito, sin sonido, es decir emitir imágenes constantemente con las características anteriores o incluso informaciones pero sin sonido de tal forma que no interrumpa el trabajo y no eleve el ruido y no moleste a nadie, ni a los profesionales, ni a otras visitas, ni a los enfermos.
Cómo siempre se podrían o deberían hacer pequeños experimentos haber si esto tendría sentido, si daría resultado, si rebajaría la tensión, si aumentaría la eficacia y la eficiencia, si las personas, familiares y enfermos o pacientes se sosegarían más, si no aumentan o disminuyen las quejas y reivindicaciones, etc. Ver que resultados darían y qué consecuencias…
También reiterar esta idea en las salas de urgencias donde los enfermos están diez o veinte horas, también podría ser diríamos de descanso, servir de sosiego, de entretenimiento, de reducir el estrés, de superar un poco la soledad, de no sentirse tan enfermo…
Puede que algunos responsables de diversos centros, no solo centros sanitarios, hospitales, sino de otros centros donde esperan las personas, por ejemplo, paradas de tren, nudos de comunicación, etc., consideren que esta idea es una tontería… Pero antes de dar este veredicto que sean capaces de realizar un pequeño experimento consigo mismos, pasen toda la noche, algo de la tarde y algo de la mañana en una sala de espera de cualquier hospital de urgencias del país. Y pasen las horas y las horas de la noche. Aunque nunca será igual porque no sentirán la crisis y la angustia de esperar un veredicto… a las varias semanas intente hacer el mismo experimento con una televisión para toda la sala con programas de los que hemos indicado sin sonido…
Se puede decir en contra de esta idea que ya jóvenes y menos jóvenes llevan el móvil que es una especie de microordenador en movimiento, se puede indicar que en muchas edades llevan música incorporada de mil maneras y otros artilugios. No podemos negar este hecho. Pero no quita una cosa a la otra. Primero no todas las personas llevan móviles con internet incorporado o tienen ganas de mirarlos durante tantas horas de espera, ni oír música durante diez horas. Pero si podrían de vez en cuando, sin negar el valor y la necesidad de esas tecnologías, mirar de vez en cuando el receptor de televisión con programas de descanso o incluso de noticias o informativos sin sonido, o documentales de paisajes o sobre ciudades, etc. O informativos o programas dónde ya en algunos casos debajo escriben con palabras noticias…
Ciertamente no niego que en algún caso muy concreto podría ser contraproducente… Pero por eso, siempre que sugiero algo, siempre indico o casi siempre, que lo estudien los expertos en ciencias sociales, que se realicen pequeños experimentos, que se hagan pruebas de ensayo y error, que se analicen los fenómenos concretos, que se vea si en tal sitio o lugar sí y en tal otro no…
Tampoco podemos negar que de media casi toda la población europea, según territorios consume varias horas de televisión al día, sin negar las horas que se dedican a los móviles, ordenadores, tablets, libros electrónicos, etc. Evidentemente cada persona hace uso mayor o menor de las distintas plataformas… Pero la televisión, al menos, en un determinado espacio de edad sigue siendo muy utilizada y consumida como medio de entretenimiento, sosiego, información, etc.
Imaginen un partido de fútbol de los grandes equipos, puesto sin sonido en salas de espera de hospitales, incluso en salas de urgencias con enfermos en ella. No sería un motivo de sosiego, un motivo de entretenimiento, un motivo de tranquilidad… Claro alguien podrá decir que si no gana su equipo dicha persona los monitores se elevarán su presión o su velocidad o su desasosiego o su tensión o su nerviosismo. Pero creo que no hay que ser cínicos con esta cuestión, ni tampoco superficiales, y entender el bien general y el bien mayor, sin negar que pueda existir alguna excepción, y sin negar, y repetir otra vez que se pueden realizar estudios…
Si es evidente en centros de salud y en servicios de urgencias que cuando existe un gran acontecimiento mediático de tipo diríamos de moda, una gran boda de alguna casa real o un acontecimiento semejante, o un gran partido de futbol disminuyen la presencia de personas que van a recibir dicho servicio, es decir, van menos personas a urgencias, van menos personas a los centros de salud… Por consecuencia si este dato es empírico y cierto y comprobado multitud de veces, suponemos que para las personas que están en esa situación y si han tenido que ir y estar, puede ser una ayuda y un hecho participar de alguna manera, viéndolos o siendo espectadores, aunque estén en una sala de un centro sanitario o centros de otro tipo…
2. Parece ser que hace años en centros penitenciarios americanos si hizo el experimento que en determinadas salas de recepción de personas con dicha problemática, pintaron las paredes de determinados colores suaves. Y que el índice de agresividad se redujo ostensiblemente. No recuerdo si dicha concepción se sigue manteniendo. Pero si fuese cierta y fuese verdadera, y se pudiese comprobar que es verdad, aunque su efecto no sea absoluto, pero si relativo, creo que habría que analizar y buscar esos tonos de colores para los mismas salas dónde esperan familiares y esperan pacientes o usuarios de distintos servicios públicos, llamémosles complejos, sean hospitales, sean centros de acogida, sean residencias, sean centros de reclusos, etc. Incluso también en las aulas de los centros escolares…
A esta técnica se le denomina cromoterapia. Parece ser que Suiza ha pintado treinta pabellones de cinco de sus cárceles de color rosa para reducir la violencia entre reclusos y contra el personal. También parece ser se aplica en el módulo número 8 de Alcalá-Meco.
3. Para terminar solo indicar que el coste creemos es o sería irrisorio en centros sanitarios, sean hospitales o sean de otro tipo, y en otros centros como hemos indicado. Y creemos que podría disminuir la tensión e incluso la violencia, las quejas, aumentar el sosiego y la tranquilidad, y por tanto, aumentar la eficacia del servicio que se está prestando. Por intentarlo nada se pierde. Y después vendrían los estudios y análisis correspondientes. Ya solo queda que responsables de cada tipo de centros que quieran o puedan recoger el concepto que vuela entre estas palabras.