Es lo que aseguró este miércoles en Daimiel el cervantista, Felipe Pedraza, en la primera cita de los «Encuentros con Cervantes’. En su ponencia, Pedraza relacionó la peculiar formación de Cervantes con las «hazañas estéticas» de El Quijote. El segundo invitado de la noche fue el cómico Dani Alés, que combinó su monólogo con magia. La segunda jornada se celebrará esta noche, a partir de las ocho, en el Espacio Fisac.
El patio del Museo Comarcal albergó la noche del miércoles la primera jornada de los Encuentros con Cervantes, la iniciativa con la que la Diputación Provincial ha unido la relevancia del escritor de El Quijote con la promoción turística de la zona. El encargado de inaugurar el ciclo en Daimiel fue el catedrático de Literatura Española en la Universidad de Castilla-La Mancha, Felipe Pedraza, con la ponencia «La cultura de Cervantes y la construcción de la novela moderna».
En su exposición, Pedraza recorrió la «peculiar» biografía de Cervantes para resaltar que su carencia de estudios académicos reglados, lo que Tomás Tamayo de Vargas definió en 1624 como «ingenio lego», es una de las claves para entender la originalidad de «El Quijote». No es que Cervantes no fuera un ávido lector, o que no tuviera conocimientos de los autores de la literatura clásica o de las novelas italianas durante su estancia en el país trasalpino, sino que ese acercamiento más puntual le permitió construir «su propia cultura» y conectar de una forma novedosa y más directa con los lectores.
Y desde ese punto de partida, Pedraza subrayó dos perspectivas que hicieron de El Quijote un éxito los años de su publicación y también en la actualidad: su realismo y el carácter experimental del relato. «Para el lector contemporáneo y también para nosotros establece una conexión inmediata entre la ficción y la realidad exterior, y al mismo tiempo, es una novela experimental, la más experimental de la historia de literatura».
Como ejemplos de estas dos características, el cervantista reflejaba los detalles sobre el menú de Alonso Quijano que se dan en los primeros párrafos del libro, o en la vertiente experimental, cómo Sancho se hace eco en la segunda parte de El Quijote de que ya estén publicadas sus aventuras.
«Estoy convencido de que las hazañas estéticas de El Quijote son posibles gracias a la rica cultura de Cervantes, nacida de abundadísimas lecturas, pero separada de los escolasticismos. Una peculiar preparación que le permitió abordar una creación nueva», destacaba.
El relevo a Pedraza se lo dio el cómico Dani Alés, conocido por sus apariciones en el canal de televisión Comedy Centra. En su ácido monologo inicial, Alés se sorprendía de que uno los mayores méritos que se atribuyen los lectores de El Quijote es que sacan pecho por simplemente haberse leído el libro entero, o que sería más efectivo que lo ilegalizarán para que realmente hubiera más españoles con ganas de leerlo. Su espectáculo lo completó con una serie de trucos de magia, fallidos al principio, pero que al final dejaron al público sorprendido y con una sonrisa en la cara.
Entre esos asistentes se encontraban la diputada provincial por la comarca de Daimiel, Montserrat Castro, la concejala de Turismo, María Dolores Martín de Almagro, y la concejala de Mujer, Alicia Loro.
La segunda jornada de los Encuentros con Cervantes continúa esta tarde, a partir de las ocho, en el Espacio Fisac. El escritor Ramón Buckley expondrá el tema «Ubicando a Don Quijote: ¿En La Mancha, en Barcelona … o en Sanabria?» y el doctor por la Universidad de Nueva York, Eugenio Suárez, analizará «Los batanes de Cervantes (I, 20: relectura y revisión crítica de un capítulo clave del Quijote)». Por último, el sociólogo Lorenzo Díaz, y el ex-sumiller Custodio López Zamarra, ilustrarán sobre «Comer y beber con Don Quijote y Sancho».
