Pedro María Castellanos. Afiliado de UPYD.- Se acerca la Navidad. Las grandes superficies nos lo recuerdan una y otra vez. Vemos cómo poco a poco las televisiones se inundan de anuncios de juguetes y perfumes y sin querer nos viene a la memoria esa imagen idílica de paisajes nevados. ¡Qué bonita la nieve! Pero a veces nieva cuando no toca y entonces ese paisaje idílico se torna casi pesadilla.
Pesadilla como la que sufrimos los manzanareños y manzanareñas de un tiempo a esta parte cuando abrimos el grifo del agua y vemos que ni una gota sale de ellos. Los continuos cortes de agua que sufrimos por sorpresa y por tiempo indeterminado, ponen de manifiesto la dejadez de un equipo de gobierno, que en este asunto irónicamente, hace aguas.
Con un Alcalde que pasa su tiempo yendo y viniendo a su despacho de la Diputación en su coche oficial, es más fácil predecir cuándo no estará atendiendo los asuntos municipales que predecir cuándo tendremos un nuevo corte del líquido elemento. Estos cortes afectan a todo el mundo, desde el día a día en negocios de todo tipo, hasta el día a día del más común de los humanos. Desde la persona que tiene que ir al trabajo sin poder asearse, hasta aquella que se las ve y se las desea para que sus hijos no sufran las consecuencias lógicas de no tener agua en casa.
¿No deberían prever dichos cortes y programarlos de forma que pudieran avisarnos de cuándo se producirán para estar preparados? ¿No debería estar nuestro Alcalde defendiendo los intereses de los ciudadanos frente la empresa que gestiona el agua? La respuesta a estas preguntas puede que ya la tengan, y es que a veces, como he dicho antes, nieva cuando no toca.