Luis Mario Sobrino Simal.- El popular bloguero Aitor Sánchez ha impartido esta tarde la conferencia ‘Mitos alimentarios’ en el Convento de la Merced de Ciudad Real. El autor de la web Mi dieta cojea, dedicada a la divulgación de contenidos relacionados con la nutrición, dietética, alimentación y ciencia, afirmaba que «el discurso de que hay que comer de todo» proviene de una parte de la industria, «precisamente la de los alimentos superfluos».
Por tanto, no todo depende de la cantidad. «No se pueden comparar la bollería industrial, los dulces y los refrescos azucarados con las frutas y las verduras», remarcaba. Y para ello no hace falta saber de nutrición, es cuestión de sentido común, añadía. Asimismo indicaba que no existen alimentos buenos y malos desde un punto de vista ético, sino que deben considerarse como saludables y no saludables.
Paradoja ecológica
La alimentación ecológica, tal y como está contemplada en la normativa europea, «no da respuestas reales a las inquietudes» de los consumidores, explicaba Sánchez. «El consumidor de estos productos, atendiendo a la encuesta ministerial, lo es por ayudar al medioambiente, estar más sano y comer sin productos de síntesis», detallaba. Sin embargo, considera «una pena» que cuando alguien adquiere productos ecológicos no esté garantizado que éstos tengan un menor impacto en el medio ambiente. Considera que habría que remodelar la legislación europea de producción ecológica, ya que, por ejemplo, resulta incoherente comprar en España un kiwi ecológico de Nueva Zelanda o carne ecológica importada desde Chile que pasa meses congelada. «Eso no es ecológico, por mucho que lo diga un sello», recalcaba.
Pirámide alimentaria
Con esta charla, pretendía aportar «un poco de rigor y evidencia científica» en el campo de la nutrición. Uno de los mitos que el autor de Mi dieta cojea ha abordado ha sido el de la pirámide alimentaria, que, a su juicio, es una guía alimentaria «mal diseñada».
También se ha referido a la pirámide de la hidratación saludable, donde se recoge que se puede beber alcohol con moderación o tomar refrescos light a diario. Una guía, advertía, que está desarrollada «por una sociedad con un claro conflicto de interés» con The Coca-Cola Company. «Estas recomendaciones, desde el punto de vista de la salud pública, no son justificables», opinaba.
Por otro lado, ha comentado lo paradójico de que se pueda encontrar en los supermercados galletas con forma de dinosaurio avaladas por la Asociación Española de Pediatría, suplementos de Omega 3 avalados por la Fundación Española del Corazón o lácteos azucarados avalados por la Asociación Española de Pediatría Extrahospitalaria. «Estas entidades deberían velar por nuestra salud y lo que están haciendo es colarnos un gol a costa de recibir fondos privados de la industria alimentaria», ha reprochado.
Tasa al azúcar
En otro orden de cosas, preguntado acerca de los perjuicios del consumo de azúcar para la salud, Aitor Sánchez señalaba que ni aunque se impusiera una tasa a esta sustancia o a los productos ultraprocesados «bastaría para compensar todo el mal que hacen», salvo que esta medida, matizaba, disuada realmente el consumo, «que es a lo que están recurriendo ciertos países como Chile o Reino Unido». En ese sentido, ha apuntado que la misma Organización Mundial de la Salud ha recomendado esa tasa recientemente. Por ello ha defendido la adopción de medidas legislativas orientadas a cambiar los hábitos de consumo, y no tanto para recaudar.