José Luis Cuerda: “La Mancha es una tierra áspera y eso predispone a un humor chusco y desorbitado”

José Luis Cuerda (Albacete, 1947) es cineasta, vinatero, tuitero empedernido y escritor. Se define a sí mismo como “barroco” y su discurso rezuma agilidad e ingenio, algo que se plasma también en los inteletos que recoge su último libro, “Me noto muy cambiá”. Cuerda compartirá mesa el próximo día 8 de noviembre en Alcázar de San Juan con el escritor Javier Rioyo y la filóloga Rosa María Navarro en “Lo que da la tierra”, dentro de los Encuentros con Cervantes.
cuerda
P-. El título de la charla en la que participa es algo críptico, ¿Qué es lo que da la tierra?
R-. En esta conferencia vamos a hablar de literatura y de escritores y sus historias, de cómo las características ambientales de una zona facilitan un determinado carácter, un sentido del humor y una determinada literatura.

P-. ¿Y cómo es la literatura que da ésta tierra manchega?
R-. Heredera de la picaresca, que conjuga elementos fantásticos con otros realistas, que juega con las palabras, creando un potaje literario maravilloso. Esta es una tierra dura, áspera, donde los ricos han sido pocos y muy ricos y los pobres muchos y muy pobres y eso predispone también a cierta mala leche y a un humor chusco y desorbitado.

P-. ¿Entonces estamos predestinados a ser como somos por la tierra en que nacimos?
R-. Predestinados no, no hay que ser deterministas, pero inducidos sí. Una tierra áspera forja un carácter áspero, que pasa en poco tiempo del humor al sarcasmo, por ejemplo. Un hombre que vive arraigado a la tierra termina por crecer en un bancal.

P-. ¿Y cómo se refleja todo eso en el Quijote?
R-. Las cosas que cuenta el Quijote encierran tanta verdad que han perdurado en el tiempo y de hecho hay frases y proverbios que seguimos usando en el lenguaje común. Ese carácter que da la tierra se nota más en Sancho que en Don Quijote, pero sobre todo trasluce cuando aparece el propio Cervantes como narrador.

P-. Por último, ¿para cuándo una segunda parte de ‘Amanece, que no es poco’?
R-. En su momento, hará quince años, escribí un guion titulado “Tiempo después”. Una historia que comienza en el 9177 –mil años arriba o abajo-. En ese tiempo la humanidad ha quedado reducida a un único edificio en las afueras en el que viven el Rey de España – picajoso, de marcado acento norteamericano y que siempre llega tarde-, un cura fascista y un fraile de la teología de la liberación, un general de la guardia civil mundial, un e almirante argentino, el alcalde y su secretaria “La Méndez” y unos bakalas residuales. Viven todos en un edificio En los suburbios viven los parados, a los que se bombardea a diario con soflamas sobre lo afortunados que son. Y todo acaba con la Novena Guerra Mundial, en un merecido homenaje a Beethoven. Ese guión lo presenté en una productora. No les interesó. Y desistí en el intento. Rescribí la historia en formato ¿novela? Y lo editó “Pepitas de calabaza”. Ahora le he devuelto su formato guion y unos cuantos productores se han unido para hacer la película. Parecerá lo nunca visto, pero en realidad será el acabose.

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