La LOMCE: Una muerta muy viva

Colectivo Estudiantil de Ciudad Real.- La LOMCE sigue viva. Sí, la LOMCE sigue viva. Tras la oportuna declaración del, ahora sí, presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, y tras el confuso tratamiento al que dicha información ha sido sometida por parte de algunos medios, desde el Colectivo Estudiantil de Ciudad Real (C. E. C. R.) nos vemos obligados a analizar la actual y convulsa situación sobre el estado real de la ley educativa más injusta de la democracia.

opinionEl pasado miércoles, durante la primera sesión de investidura, Mariano Rajoy aprovechó para anunciar una “supresión” del efecto de las polémicas reválidas hasta alcanzar un futuro pacto con la “oposición” parlamentaria. Es notorio que en este tipo de debates, que adquieren una especial atención nacional –y más aún, tras dos elecciones generales en seis meses–, los líderes políticos gustan de asumir ciertos compromisos con tal de ganar los máximos apoyos posibles; dulces caramelos arrojados a la boca de los más despistados y que cumplen el objetivo de aliviar la irritación de garganta, pero que una vez llegan al estómago liberan todo su veneno y provocan indigestión, cuando no colapso del sistema. Con la imperante necesidad de mostrarse afable y cercano a las reivindicaciones de la calle y de los grupos políticos, y con centenares de medios de comunicación alrededor, Rajoy, con habitual impunidad, volvió a mentirnos.

La pasada huelga estatal del 26 de octubre en contra de la LOMCE (y van…) –la cual fue secundada en Ciudad Real con una muy positiva concentración– sirvió para que la comunidad educativa en su conjunto mostrara músculo ante una ley dictatorial, autoritaria e injusta, un esperpento propio de regímenes totalitarios de épocas que creíamos pasadas. Que el presidente del Gobierno (entonces, en funciones) anuncie el stand by de las reválidas el mismo día en el que se producen manifestaciones masivas por toda España contra las retrógradas pruebas no es casualidad; a pesar de que muchos “líderes” políticos y mal llamados representantes estudiantiles cuestionen la utilidad de pancartas y movilización en las calles, y a pesar de ser estas demonizadas constantemente, las protestas del pueblo tienen un efecto directo sobre la dirección de un país. Al fin y al cabo, en eso consiste la democracia, en el “poder del pueblo”.

Pero no nos llevemos a engaño. Lo que anunció Rajoy es TOTALMENTE FALSO, y es falso por diversas razones. En primer lugar, la LOMCE se encuentra ya desde hace meses en una suerte de estado vegetativo. A pesar de haber sido aprobada en pleno verano y por un gobierno en funciones, la ley no ha echado a andar debido a la imposibilidad de ser aprobada por el Consejo Escolar del Estado –faltos de personal, los cargos no pueden ser renovados por un gobierno en funciones–; esto impide avanzar al siguiente nivel en el que la ley es enviada a las comunidades autónomas para que estas puedan diseñar las pruebas, y, por tanto, aplicar definitivamente las reválidas. En segundo lugar, Mariano Rajoy no tiene ninguna potestad para legislar de facto. El Ejecutivo –en este caso, el Gobierno del Partido Popular– no puede enmendar leyes por cuenta propia, pues precisa del apoyo de las Cámaras –el Congreso y el Senado– para que cualquier proposición de ley sea ratificada o derogada, y, posteriormente, publicada en el BOE (Boletín Oficial del Estado). Precisamente, esto último aún no ha ocurrido, por lo que, con todo, la LOMCE sigue viva.

A pesar de que el anuncio de Rajoy ha sido ladrado a bombo y platillo por algunos medios de comunicación, las reválidas de 4º ESO y 2º Bachillerato se celebrarán por primera vez el próximo junio; eso sí, los alumnos y alumnas de tales cursos servirán de cobayas, pues el resultado de dichas pruebas no repercutirá este año en la obtención del título (sí lo hará a partir de 2018). Puede que esté paralizada, pero, casi con toda seguridad, antes del 30 de noviembre se oficializará la vigencia de la LOMCE.

Pese a la mezquindad propia de lenguaje político y el desconcierto que produce en ocasiones la información emitida, es evidente que la presión ejercida por la voz de estudiantes, docentes, padres y madres en las calles tiene especial efectividad en el progreso político, social, cultural y económico del país, y los gobiernos lo saben; saben lo tremendamente poderoso que es el pueblo y por ello harán todo lo posible para despreciar, difamar y debilitar la organización y movilización popular. Hay quien dice que el gobierno recién proclamado es legítimo; no olvidemos tampoco que las movilizaciones y denuncias del pueblo son aún más legítimas. Los gobernantes se deben al pueblo, nunca al contrario.

En el C. E. C. R. seguiremos luchando por defender a los y las estudiantes, por preservar los derechos y libertades que fueron conquistados en el pasado y por avanzar en la consecución de otros muchos, en especial, por una nueva educación, que verdaderamente sea justa, pública, laica y de calidad, y fruto del consenso y cooperación de la comunidad educativa en su conjunto.

Ahora, más que nunca, la organización, la unidad y la movilización son imperativas. Por ello, de no ser derogada la LOMCE de forma inmediata habremos de estar atentos al próximo 24 de noviembre, cuando tal vez debamos volver a mostrar en las calles el significado real de democracia. Organízate en nuestras asambleas. Todos los lunes a las 18:00 en el Aulario Polivalente, junto a la Facultad de Letras, aula 2,12. Te esperamos.

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