Desde que la alcaldesa de Ciudad Real asistiera hace unos 135 años a las jornadas de la Red de Ciudades Enredadas en el apacible poblado de Tombstone, nada es igual al oeste de las terreras. De aquel periplo por la campiña norteamericana regresó con varias cabezas de ganado y una destreza sin igual desenfundando el revólver. Se pudo comprobar momentos antes de la salida de la última Quixote Maratón celebrada en Ciudad Real. Tras vaciar el cargador en apenas dos segundos, cincuenta y dos corredores yacían inertes sobre el asfalto. El resto corrió como si les fuera la vida en ello.
La más rápida
