TTIP: el fin de las denominaciones origen manchegas

Daniel López Fernández, secretario Político de la UJCE de Pedro Muñoz.- Cuando se cumplen más de tres años desde el comienzo de las negociaciones entre EEUU y la UE para llevar a cabo el Tratado de Libre Comercio, aún, a día de hoy, seguimos pendientes de cuestiones oscuras, no resueltas por los entes de poder que toman cartas en el asunto.

opinionEsas “cuestiones no resultas”, debemos achacarlas a la inexistente transparencia en la negociación de este Tratado; al que de forma complicada, tienen acceso nuestras/os representantes en el Parlamento Europeo. Hemos de recordar, que se ha habilitado una sala de lectura, para que las y los eurodiputados consulten textos referentes a las negociaciones. Un acceso a la sala, bajo juramento de confidencialidad, estricta vigilancia, tiempo limitado (no más de una hora) y sin ningún tipo de dispositivo para tomar notas (ni bolígrafos, ni papel, ni teléfono móvil, ni cámara de fotos, etc).

La ciudadanía de a pie, nos preguntamos. ¿Por qué tanto secretismo? ¿Qué nos ocultan?

Pues bien, este Tratado de Libre Comercio entre EEUU y la UE pretende, entre otras cosas: eliminar los servicios públicos, introducir en la UE alimentos transgénicos, aumentar el uso del fracking, incrementar la libre circulación de datos de la ciudadanía, prescindir de los derechos laborales de la clase trabajadora, acabar con la regulación del mercado financiero, adaptar normativas a los intereses de las corporaciones, implantar Tribunales Privados de Arbitraje (ante conflictos entre un Estado y una multinacional, primarían los intereses de la multinacional) o la posible pérdida de las denominaciones de origen.

Más allá de todo lo descrito en el párrafo anterior (que ya es grave de por sí), si recapacitamos, y nos centramos en la última característica señalada, es decir, la pérdida de la etiqueta “denominación de origen”, y logramos relacionarlo con nuestro motor económico regional, podremos llegar a la conclusión de que el TTIP puede tener consecuencias importantes en toda Castilla-La Mancha.

Nuestro motor económico, ligado al sector primario, como la ganadería o la agricultura, en su elaboración o comercialización, puede verse comparado con lo llevado a cabo en EEUU. Pues allí, los estándares de seguridad alimentaria y bienestar animal, son más reducidos que el nivel de protección existente en los países europeos (como España).

Dicho esto. ¿Qué pretende Estados Unidos con la firma del Tratado?

EEUU cree que las denominaciones de origen perjudican el comercio y su objetivo principal es acabar con ellas. Nuestra Región, por ejemplo, se caracteriza por algunas denominaciones de origen tales como el queso, la miel, el vino o incluso el aceite de oliva. Además, en EEUU está permitido alimentar a animales con hormonas, mientras que aquí, es algo prohibido por ser perjudicial para la salud ese consumo de carne hormonada. Por ello, los lobbys norteamericanos, quieren debilitar los controles de calidad y seguridad de los productos que puedan ser importados.

El modelo norteamericano, con la firma del Tratado, pretende algo muy sencillo: copiar la forma de elaboración de nuestros productos, como por ejemplo podría ser nuestro vino manchego, y sacar al mercado un producto similar y a un precio más barato, con el que sería prácticamente imposible competir desde nuestra Región.

La firma del TTIP, con la eliminación de las denominaciones de origen, supondría la ruina absoluta e inmediata de nuestra ganadería y de nuestra agricultura. Un golpe, del que difícilmente nos podremos levantar en nuestra zona. Imposible, competir con productos más baratos, aunque sean de menor calidad.

Por tanto, tras lo descrito, es necesario que la juventud castellano manchega se ponga en pie, ya que se merece una tierra donde su agricultura y ganadería sea tratada con dignidad. Nosotras, somos la juventud comunista que recuerda con orgullo su historia de jornaleras/os y las conquistas laborales que se han conseguido en esta región. Queremos construir una sociedad socialista, ecologista y feminista. Así que, pararemos cualquier intento del neoliberalismo que pretenda retrotraernos a la Edad Media. Por eso es necesario que, nos organicemos, nos movilicemos, y se haga ver, que somos muchas y muchos quienes nos oponemos a un nuevo atentado contra nuestro bienestar social. Unidad popular contra quienes pretenden precarizar aún más nuestras condiciones de vida. Esto sólo lo paramos en las calles. Gritemos bien alto: ¡NO AL TTIP!

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