Imaginémonos una situación de gran carestía. Unos pocos controlan los bienes básicos, como por ejemplo, la comida. El pan.
Supongamos que las familias más pobres tienen 5 euros al día para comer. Los acaparadores lo saben y, por ello, se ponen de acuerdo y comienzan a vender una barra de pan a 5 euros.
Las familias pobres no tienen más remedio que gastar todo su dinero para alimentarse de una barra de pan al día. Malcomen, pero eso es lo menos malo. Lo peor ese día es, en principio, no comer.
Pero los acaparadores son avariciosos. Y calculan que puede ser beneficioso para ellos subir el precio de la barra de pan a 6 euros.
Las familias de clase media, que antes pagaban 5 euros por su pan, ahora pagan 6, porque siguen necesitando pan. Los acaparadores ganan. En cambio, las familias más pobres, que sólo tienen 5 euros, tienen que comprar una porción (5/6) de la barra que antes adquirían entera. Su situación empeora, y los acaparadores siguen ganando lo mismo con ellos. Aunque en ese momento, otra vez, parece la opción menos mala.
Pero claro, la carestía sigue, y los acaparadores suben el precio a 7 euros.
Y a 8. Y a 10. Y…
Al final, las familias más pobres pueden adquirir tan poca cantidad de alimento que sufren malnutrición, enfermedades, muerte. Cuando eso ocurre, los acaparadores pierden clientes, pero ganan tanto con el precio hiperinflado del pan que les compensa de sobra. Se enriquecen a costa del sufrimiento ajeno.
Ya ha pasado más de una vez en la Historia. Está pasando ahora.
Las familias pobres aceptaron la opción que les ofrecían los acaparadores, comer menos pagando lo mismo. La opción menos mala, en principio. Antes que no comer.
Pero al final la opción menos mala se revela como la peor. Aquello que quieres evitar, es lo que sucede.
Oligopolios y control de la escasez.
En esas condiciones, aceptar lo menos malo es un error. Siempre acaba llevando al mal mayor.
La única salida posible es negarse a aceptar el chantaje de los acaparadores. Unirse, organizarse y actuar colectivamente para garantizarse el pan a un precio justo.
La elección aparentemente más arriesgada. El camino difícil.
Lo mismo ocurre en política.
Escoger un partido político malo porque los demás son pésimos lleva a que, las siguientes elecciones, todos los partidos sean todavía peores para los ciudadanos de a pie.
Si aceptas elegir un partido por ser el “menos malo”… ¿por qué no vas a hacerlo otra vez si es un poco más “malo”, siempre que creas que los demás partidos van a ser aún peores?
Y la siguiente vez, lo mismo.
Y la siguiente.
Y…
Escoger una y otra vez lo menos malo lleva al mal mayor.
Y bien que ha quedado probado en nuestro país, tras muchos años ya de elegir lo “menos malo” de entre las diferentes ofertas basura del Poder establecido.
Pero claro, “no es lo mismo que gobiernen unos a que gobiernen los otros”.
O eso dicen los manipuladores. Y los que se tragan y repiten lo que dicen los manipuladores.
Pero sí es lo mismo. Gobiernen unos o gobiernen otros, es el resultado de elegir una y otra vez lo menos malo. A la larga, es el mal mayor.
Es el camino del Régimen.
¿Y a día de hoy? ¿Que va a gobernar otra vez el PP?
¿Y qué importa eso?
Después gobernará otro. Uno “menos malo”.
Que no reparará apenas el daño que va a hacer el PP. Que dejará todo prácticamente igual, o peor.
Porque es el menos malo.
No es “el bueno”. No es el nuestro.
Da igual que gobiernen Rajoy y Rivera. Que se vaya Sánchez. Que después venga Iglesias. O lo que nos coloquen después.
Da igual Cospedal que Page.
Incluso a nuestro pequeño nivel, da igual Romero que Zamora.
No importa nada de eso. Todo ello es el camino que lleva al mal mayor. El camino del Régimen.
La única salida posible empieza por negarse a aceptar el chantaje del Poder establecido. Y sigue uniéndonos, organizándonos, actuando colectivamente. Para hacer nosotros la política. Para decidir. Para construir -nosotros, directamente- una realidad donde todo eso sea posible.
En una palabra: DEMOCRACIA.
Pero la de verdad.
P.D. Nos comemos la basura que nos ofrecen. Una y otra vez.
¿De verdad pensáis que puede haber algo peor que eso?
Gonzalo Plaza
Ciudadano en blanco
Más claro, agua (cuando el agua está clara).
Y, a quién nos unimos ¿A Censor? ¿A Ángel Manuel? Fíjate que ha habido una unión de partidos para aumentar el techo de las pensiones. Los mismos que no son capaces de echar a Rajoy. Los mismos que tú consideras caca.
Dame puertas, que siempre me las cierras. Porque como dice AR, clarito, clarito, pero en la exposición, no en las acciones para conseguir los objetivos.
Hobbes, tú al rincón, con los bolivarianos, que saben muy bien lo que es la escasez y la inflación (el impuesto más gravoso de los pobres) mientras ellos se forran con la corrupción y el narcotráfico.
Angel Manuel, tu al rincon, con los de Ciudadanos, que saben muy bien blablablaaa…. mientras se forran con … blablablaaaa
Detenido el candidato a la alcaldía de C’s en San Roque en un operación contra el narcotráfico
Una operación contra el narcotráfico, que viene desarrollándose en La Línea desde principios de mes, se ha saldado con la detención hasta el momento de 17 personas, entre los que se encuentran dos agentes de la Policía Nacional y un Policía Local. Uno de los detenidos, fue el candidato a la alcaldía de San Roque por Ciudadanos (C’s), en las pasadas elecciones municipales.
http://www.horasur.com/articulo/sucesos/detenido-candidato-alcaldia-cs-san-roque-operacion-narcotrafico/20161013202518024954.html
Es verdad, son como el PP, los de Ciudadanos son corruptos.
Es verdad, embolsándose 120.000 euros al año, Pablo Iglesias, prospera como ellos, eso sí sin vulnerar la ley, pero sin dar ejemplo de lo que predica. Y no cito a Echenique.
Dónde está la diferencia.
A todo cerdo, le llega su San Martín.
Hobbes, ya te lo he dicho varias veces: las puertas tenemos que abrirlas nosotros.
Eso de que nos las va a abrir un líder político honesto y capaz es un cuento para niños. El príncipe azul que va a venir a salvarnos.
Un cuento para niños que no quieren asumir su responsabilidad como ciudadanos adultos. Niños que quieren que se lo den todo hecho.
Como tú, Hobbes. Como tantos otros.
Y llevo diciendo mucho tiempo ya cómo podríamos intentar abrir esas puertas. Por ejemplo, aquí:
http://www.miciudadreal.es/2014/09/07/como-cambiar-la-partitocracia-por-una-democracia-real/
Pero el que no quiere ver, no ve.
Demasiados niños. Demasiados ciegos.
Y así nos va.
Supongo que a muchos lectores que no entiendan las ideas de Gonzalo Plaza, o que crean vivir en un sistema democrático estándar, les aclararía mucho saber qué es la democracia.
Sí, estaría bien que esos que se quejan de que no tenemos democracia porque estamos muy lejos de la DEMOCRACIA, nos expliquen, pero bien clarito, que entienden ellos que es la democracia, que a lo mejor lo analizamos y eso que proponen tiene de democracia lo que yo te diga. Porque poniendo ejemplos absurdos no nos explica que es la democracia. No hay que votar lo menos malo, sino construir la verdadera DEMOCRACIA. ¿Y cual es la verdadera democracia? ¿Como la hacemos, teniendo en cuenta que somos muchos y cada uno tenemos un concepto de como debería ser el mundo? Ahí quiero ver yo a los denominados verdaderos demócratas.
Será que no lo he dicho veces…
http://www.miciudadreal.es/2016/02/05/y-lo-llamaron-democracia-y-nos-tangaron-pero-bien/
O en vídeo, ya que lo de leer comprensivamente, por desgracia, está cada vez más en desuso.
http://www.miciudadreal.es/2016/02/14/los-videos-que-no-te-puedes-perder/
Entre otros muchos.
Gonzalo, te mueves en el campo de la utopía.
Yo ya me desenganché de las utopías, prefiero moverme en el inconformismo, tú también lo haces, pero yo no aspiro a mayores alturas que las personales. Para mí lo más próximo a la utopía es el Reino de Dios, pero como Jesucristo no se impuso en vida a nadie, por qué he de hacerlo yo. Trataré de vivir con coherencia, que ya es bastante.
Pues algo parecido ocurre con tu utopía de democracia directa. El utopismo es ya una reliquia del Hegelismo imperante en el siglo XIX y gran parte del XX. Hay que ser pragmático. Y creo que en tu caso, seguir siendo un inconformista toca pelotas de todos.
Que esta democracia exija un cuestionamiento contínuo es saludable. Hay que ser inconformista, culo de mal asiento, toca pelotas.
Yo no pienso que estemos mal. En Cuba, Venezuela, África, Asia…se está mucho peor, pero eso es una cosa, y otra cosa es que ME CONFORME CON LO QUE HAY. YO NO ME CONFORMO, al contrario que la generación de mis padres.
Y eso es suficiente, para desde la cabeza y no de desde las emociones, construir lo nuevo reformando lo viejo.
Y sí, yo lo pienso, debe gobernar Rajoy, es el que más mayoritarios, claros y menos inquietantes apoyos recibe. Que se queme estos años y que sea controlado por las Cortes, que pueden amenazarle con una moción de censura. Las reformas son impepinables y en muchos casos serán también impopulares.
Tendrá que dar más de una explicación y un ejemplo a los salvajes recortes que nos esperan, POR NO HABER PUESTO A LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS EN SU SITIO, en su momento, por no haber velado por la ejemplaridad política, por no haber sabido leer el signo de los tiempos en su momento.
Siguen faltando líderes clarividentes, realistas y que prediquen con el ejemplo.
La DEMOCRACIA AUTÉNTICA es inconformista y contrarrevolucionaria, porque es dinámica y está contra el autoritarismo resultante de toda Revolución.
No es España la que no está mal, eres tú el que no está mal, Ángel Manuel, y te conformas con eso.
Yo no.
Ante esta realidad injusta, absurda y bestial, elijo luchar por la utopía.
No hay otro camino.
Como la mayoría de las familias con niños pequeños en España llego justo a fin de mes.
Que sea conformista con ello, lo dices tú. Soy inconformista pero abandoné en mi adolescencia la utopía porque no soy ni hegeliano ni idealista.
Hay que tener los pies en el suelo, y no ignorar como hizo el socialismo la naturaleza humana, tampoco sobreestimarla como han hecho el liberalismo y el anarquismo.
Tu crees en una democracia mágica.
Es tan necesaria la participación autónoma como la dirección clarividente.
Unos, a disfrutar lo votado.
Y tu, Gonzalo: a disfrutar de lo abstenido.
http://ciudadanoenblanco.blogspot.com.es/2016/06/mi-voto-estas-generales.html
Y el autor luego se comió una nube de fresa, feliz consigo mismo de ver ese mundo perfecto que está ahí al lado y que solo unos pocos elegidos de la gominola son capaces de observar.
Si presumimos de tener los pies en la tierra, vamos a llamar a las cosas por su nombre: nuestro sistema político es una oligarquía. Una Plutocracia, por ser más precisos. Cleptocracia. Dictadura. Tiranía.
Cualquiera de esos nombres valdría.
Lo de que vivimos en una «democracia» es el cuento de hadas. La nube rosa.
Por desgracia, demasiada gente quiere vivir en la nube rosa, y muy pocos quieren afrontar la realidad.
Y sin afrontar la realidad, no hay solución posible. Todo a peor, hasta que reviente.
Los oligopolios pactan fraudulentamente las condiciones de un mercado; impiden la entrada de competidores; les interesa mantener un mercado cautivo. Pero no les interesa eliminar la demanda, destruir el mercado, que es lo que propone en la fábula de hoy don Gonzalo.
Hay otra manera de hacer las cosas. Y no es la suya don Gonzalo.
Lo más parecido a su «oligopolio y control de la escasez» son los regímenes comunistas. Es la mejor manera de controlar a la gente, amputarles su libertad haciéndolos dependientes.
Los regímenes comunistas son monopolios. Partido único y todo eso. «Mono». «Unico». ¿No le parece, Sr. Censor?
Oligopolio es lo que tenemos nosotros.
Y efectivamente, a los oligopolios no les interesa eliminar la demanda. Y no lo hacen.
Hay una «demanda» de 30 millones de votantes en España. Que el oligopolio político mantiene con abundantes recursos para ello, especialmente, la televisión.
Aunque pueden permitirse perder unos cuantos millones más sin que nada cambie. No necesitan tantos «clientes» para tener cada vez más Poder.
Al igual que en mi ejemplo los acaparadores no necesitan que todos sus «clientes» les compren pan para ser cada vez más ricos.
Pueden subir el precio y ganar más dinero.
Y nuestros políticos pueden ser todavía peores y seguir siendo elegidos.
Al tiempo.