Con una gran participación, Almodóvar del Campo compartió la I Jornada Avilista que, organizada por la Hermandad de los Santos en colaboración con la Parroquia, se desarrollaba el pasado sábado 8 de octubre. La fecha elegida no era casual, pues obedecía a la conmemoración del cuarto aniversario de la proclamación de San Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia, hito alcanzado el 7 de octubre de 2012 en El Vaticano de la mano del Papa Benedicto XVI.
Y para esta primera ocasión, a la que se sucederán año tras año nuevas jornadas avilistas, se contó con dos especialistas de primer nivel para el lema inaugural elegido, ‘Juan de Ávila, un comunicador para el siglo XXI’. Se trataba nada menos que de la postuladora de su causa de Doctorado, Encarnación González y el sacerdote Javier Alonso, muy conocido por su actividad en medios audiovisuales y en redes sociales.
Presentada por el párroco Juan Carlos Torres, fue González quien intervino en primer lugar, ofreciendo una magistral intervención como eminente conocedora de la trayectoria vital del santo nacido en Almodóvar del Campo allá por el año 1500 y que cinco siglos después, según dijo, sigue siendo “como una mina por explotar”.
Tras situar a los asistentes en el contexto histórico de la “primera gran globalización de la Historia” que vivió este polifacético almodovareño, al que también definió su principal valedora como “típico hombre renacentista”, la ponente explicó el esquema comunicativo que caracterizó al entonces simple sacerdote y que, sin embargo, acabaría siendo decisivo en la “revitalización de la Iglesia”.
En su papel como emisor, Encarnación González resaltó que “Juan de Ávila distinguió entre leer, hablar y predicar”, facultad esta última de la que fue todo un maestro. Y en este punto, abundó la postuladora, tuvo tan en cuenta quién era su receptor que aunque “él hablaba para todos, siendo muy heterogénea la gente que le escuchaba, era capaz de individualizar en el mensaje hasta el punto de que parecía que se estaba dirigiendo personalmente a cada una de esas personas que le atendían”.
En su mensaje, “seguro y duradero”, siempre estuvieron “la inteligencia de la Escritura” y el crucifijo. Y el medio transmisor siempre fue la palabra, ya fuera a modo de sermones, lecciones, consejos, sugerencias, cartas, tratados o libros; hasta llegó a escribir un catecismo cantado, para facilitar su aprendizaje.
Por su parte, el padre Javier Alonso abogó también por la necesidad de la sencillez a la hora de transmitir el mensaje espiritual. “Nos perdemos discursos de Dios a través de la naturaleza y nosotros no nos enteramos”, afirmó. Por eso instó a escucharle en todos los elementos de su Creación, desde el cielo, a los animales e incluso en los susurros y el silencio. Algo para lo que, precisó, es necesario desarrollar una especial sensibilidad, lo cual constituye además un reto para el siglo XXI.
Después de esta introducción, Alonso Sandoica se mostró encantado por haber pisado los lugares del decisivo discernimiento de Juan de Ávila. De su legado ensalzó aquel que precisamente invita a aprender sobre “la bondad del predicador”, precisamente para saber “cómo es posible llegar a todo el mundo, siendo todos tan distintos”. Y en esta tesis, el también comunicador religioso coincidió con González en que el santo almodovareño “se daba cuenta de que cada corazón es distinto”.
Por eso el padre Alonso tampoco cree en las “grandes estrategias de la predicación, porque nuestro ministerio es puro oficio”. Aunque sí considera fundamental “preparar las homilías, a base de una buena estructura de contenidos y basada en ejemplos cotidianos y no darlo todo porque tenemos que invitar a la reflexión”.
La iglesia del Carmen fue el lugar donde transcurrió la cita, que resultó multitudinaria por la gran cantidad de personas que se dio cita, entre ellas miembros de la Corporación municipal como el propio alcalde José Lozano, el también diputado provincial Diego Ortega o Carmen Fúnez.
Tras ello, el sacerdote madrileño presidiría la eucaristía vespertina, compartiendo la ceremonia con el párroco y el carmelita fray Javier de María. Éste, por cierto, también ayudó por la mañana en la misa oficiada por el padre Deogracias en la ermita de Santa Brígida, también determinante en la venida al mundo de Juan de Ávila según la tradición local.
Indicar por último que los ilustres conferenciantes, durante su estancia en Almodóvar del Campo, conocieron en buena medida los contenidos turísticos y religiosos que ofrece ‘Vocatio’ en torno a tan universal figura de la Iglesia. Y tanto González como Alonso se mostraron encantados por la forma en que la localidad está contribuyendo a divulgar la figura y obras de Juan de Ávila, especialmente con medios tan deslumbrantes y modernos como es el video mapping que se proyecta sobre el retablo barroco del templo parroquial, sin desdeñar el resto de lugares que le siguen testimoniando en su tierra natal.