La Venta de la Inés… ¿10, 20, 30 años?

Manuel Valero.- La prueba de que todo sigue igual, hasta la reiteración, el tedio y el desinterés es la pequeña gran historia –desgraciadamente folklorizada y reportajeada recurrentemente hasta por cabeceras de gran tirada nacional-de los Ferreiro-padre e hija- quienes décadas después -¿10-20-30 años? siguen casi en las mismas condiciones de vida como inquilinos de la cervantina Venta de la Inés frente a la todopoderosa propiedad que los apabulla y les niega el pan, la sal y sobre todo el agua a pesar de sentencias a favor de la parte débil de este novelesco contencioso.

Y eso que Felipe, el último santo inocente, y su hija Carmen, impedida, han sido visitados por periodistas y escritores de prestigio, han tenido el apoyo  social y mediático de organizaciones ecologistas… y hasta una asociación que ha contribuido a que los Ferreiro dignifiquen sus condiciones de vida aunque no se haya conseguido la resolución final de un caso que mantiene viva la simbólica lucha del débil frente al fuerte, del humilde ante el poderoso, y que se ha convertido en un icono del que echar mano de vez en cuando y presentar a los Ferreiro como Los Santos Inocentes de la Mancha. Es como si en el fondo todos necesitáramos que esa familia perviva en ese desequilibrio decimonónico para que los periódicos tengan un relleno ocasional cuando falte chicha, o las asociaciones laven su conciencia haciendo una gestión puntual o publicando un comunicado con casi los mismos caracteres de hace… 10-20-30 años?

Por la Junta de Comunidades han pasado Bono, Barreda, Cospedal y ahora Page-Molina en comandita podemática… y los Ferreiro como el dinosaurio del cuento aún siguen allí… sin agua, acosados y olvidados, tan solo recordados por escritores que visitan las rutas cervantinas y se asombran de esa suerte de pecio del pasado reflotado hasta el presente sin que nada, o muy poco, cambie… o por algún suelto periodístico cuando toca relleno o un comunicado que mantenga viva la diminuta llama de Felipe y Carmen frente a la gran hoguera cotofía.

Y así es. Los Ferreiro  se mantienen en el lugar y aparecen en los medios como un gigantesca década de la marmota. Su perseverancia en ese limbo es el fracaso de todos cuantos de alguna manera hemos enarbolado su causa, bien como periodistas, como políticos, como activistas o como asociados. Es como si en el fondo se reconociera que la resolución definitiva del problema Cotofía versus Ferreiro es imposible pero de vez en cuando lo recordamos para calmar los fueros internos.

Es cierto que ha habido personas muy comprometidas con la causa de los  supervivientes de los  Ferreiro  (la esposa de Felipe  falleció sin ver el agua y el camino libre  prometidos)- pero  pasa el tiempo y  después de 10-20-30 años? seguimos reivindicando lo mismo sin que en todos esos años se haya conseguido acabar de una vez con esta historia sentimental en sepia  con el riesgo de que nuestros santos pacientes inocentes  se conviertan en una costumbre asumida que el tiempo acabará por diluir en el olvido o el recuerdo, según se mire, y resolviendo un drama humano que  pervive en la memoria colectiva gracias a las apariciones esporádicas del mismo capítulo de la misma historia de la misma familia con el mismo problema frente a la misma Propiedad que los aplasta y humilla a pesar  de tener ¡sentencias judiciales a su favor! desde hace… 10-20-30 años?

Mientras Felipe y su hija Carmen  sigan siendo nuestros icónicos Santos Inocentes, esta región será la única de España con un gusano de tiempo que la retrotrae a la Edad Media, (quizá no sea el único) manden ahora Page-Molina o la Comunidad del Higo Chumbo. Ecologistas en Acción-Valle de Alcudia ha pedido al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page que colabore con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para restituir el agua a la Venta de la Inés, y que se expropie el camino, que siempre fue público, de la Venta de la Inés a la Fuente del Alcornoque, lo que permitiría el acceso público libre al Río Tablillas y a las pinturas rupestres de la Cueva de la Venta. Dicho y anotado queda.

 Los problemas que se mantienen por todo el tiempo descubren a la larga  la poca fortaleza de sus sanadores, dice un proverbio terrinchés. Si el rico vecino terrateniente es tan poderoso como para pedorrear la ley ahora es tiempo, en estos tiempos que soplan vientos de decencia exigida y de igualdades fácticas, de hacerla cumplir a favor del necesitado y toda la nueva izquierda del siglo XXI tiene en el Valle de Alcudia una sugerente causa para medir sus fuerzas con el kafkiano dueño de El Castillo.

Cambiar las cosas no se hace desde platós prometiendo y el oro y el moro sino solucionando problemas concretos como éste y acabar así con la triste, larga y casi tediosa historia de unos Santos Inocentes que sólo sirven de inspiración y que ya no queremos tener en nuestra tierra.