Cuando surge una noticia de ataques de perros a personas, siempre viene acompañado de los mismos comentarios recurrentes: perros peligrosos, uso de bozales, control administrativo, raza o grupo social del dueño del perro… los que no recogen las cacas…
Es uno de los síntomas del enorme déficit educativo patrio en cuanto al desarrollo de la capacidad de raciocinio: nos quedamos en lo superficial sin buscar la raíz del problema.
Existen multitud de formas a través de las cuales los humanos nos hacemos daño unos a otros: perros, armas, vehículos… ruido, desprecio, falta de respeto… acoso, abuso de posición social o laboral… negligencias… y qué decir de las sociales, como el paro o la precariedad laboral, los desahucios, la marginalidad, la exclusión… la deseducación… y tantas otras.
Y ese daño se produce de forma cotidiana. Es algo normal en la sociedad que hemos creado.
Y, en general, ese daño le importa bien poco a la mayoría de la gente.
Mientras no les afecte a ellos, claro.
Es la sociedad egoísta que hemos construido y que no hacemos nada por cambiar.
Y ahí está la raíz del problema: nuestro egoísmo.
En una sociedad donde todos vamos a lo nuestro y pasamos de los demás, es normal que las agresiones -con perros, o de cualquier otra manera- sean habituales.
¿Cómo esperar otra cosa? ¿Como pretender que aquellos que son agredidos no respondan a su vez de forma agresiva contra los demás? ¿Contra nosotros?
A toda acción sigue una reacción. Un principio físico elemental. También ignorado por los ciudadanos de este país, que en su mayor parte piensan que pueden hacer -casi todo- lo que les venga en gana sin que haya consecuencias.
Pero las hay. Siempre las hay.
Y ninguno de nosotros estamos a salvo de ellas.
Hay quien piensa que por tener una cierta seguridad económica está libre de peligro. Pero cualquier día llega un perro, un criminal, un funcionario negligente o prepotente o un empresario sin escrúpulos, y te demuestra que tu seguridad era un espejismo.
Y, a veces, esa demostración es letal.
Pretender evitar o atenuar un único tipo de agresión -el que nos afecta a nosotros en ese momento-, es la manera de tratar superficialmente el problema. Sin atacar la raíz del mal.
La única manera que garantiza evitar una agresión es evitarlas todas.
Y es que, en general, y esto es aplicable para casi todo el mundo, quien no es agredido, no agrede a los demás.
Si construimos una sociedad justa para todos, basada en el respeto y apoyo mutuo -con la imprescindible educación cívica-, no tendremos que preocuparnos por que nos ataque un perro peligroso, nos atropelle un conductor borracho, nos mate una enfermedad negligentemente tratada en el Sistema sanitario, o tantas otras cosas. Nada de eso ocurrirá.
Sólo serán agresivos los enfermos mentales, que al ser pocos podrán ser adecuadamente tratados en centros especializados. La capacidad de hacer daño de psicópatas, políticos, banqueros… entre otros… estaría controlada.
Pero si escogemos egoísmo, competitividad, insolidaridad… y lo acompañamos conirresponsabilidad y desidia, en tanto que cedemos el Poder -que deberíamos ejercer nosotros directamente- a los peores individuos… pues ajo y agua.
Si la agresión no viene de un lado, vendrá de otro.
Es elección nuestra. Lo que nos está ocurriendo, nos lo hemos ganado a pulso.
Con perro, o sin perro.
Gonzalo Plaza
Ciudadano en blanco
Básicamente de acuerdo.
La autocrítica brilla por su ausencia en la sociedad española, corrompida también hasta el tuétano (enchufismo laboral, fraude fiscal, abuso laboral, abusos por todos lados, incluidos los cometidos por la Administración).
No hay que extrañarse que los políticos, que salen de la sociedad, sean tan malos. En España donde lo mío siempre debe pisotear lo del otro, existe una institucionalización del abuso como forma de relacionarse.
Por ello, quien tiene más mérito y capacidad, y no más enchufe y menos escrúpulos, tiene enormes dificultades para liderar o emprender en esta sociedad, por lo que los referentes morales son pésimos.
RESUMIENDO:
El anarquista y el Facha, están básicamente de acuerdo… en que la sociedad Española apesta y es por culpa de todos los demás, que no son tan listos y tan buena gente como ellos 2.
Provocáis en mí sentimientos de ternura y emoción, pues vuestra entrañable historia de amor está pariendo una nueva corriente política, FACHARQUISMO podríais llamarla, doctrina que sólo dos «seres de luz» como ustedes, (exponentes de la sabiduría y la bondad) sois capaces de asimilar y comprender.
Los comunistas siempre considerando que el monopolio de la indignación es vuestro, cuando sois más sistema que el que más. Ya se os ha visto bien la patita.
El mismo perro con distinto collar.
Hasta ahí podíamos (nunca mejor dicho) llegar.
Bueno, Maldito X… cuando una sociedad falla… ¿de quién es la culpa? ¿De las minorías? ¿Del destino? ¿De alguna conjunción astral?
Hay 30 millones de españoles que respaldan esta sociedad en las urnas cada vez que tienen oportunidad.
Unos pocos no la respaldamos.
¿Quiénes son los responsables de lo que está pasando?
Se puede ser culpable por acción (votar a corruptos y ser cómplice de ellos) o por omisión (tu caso).
Pero a ti al menos te sirve para lavarte las manos y escribir artículos repitiendo «yo soy el mas listo porque soy anarquista y no voto a nadie», lastima que un tipo tan sumamente listo no haya llegado todavía a la conclusión de que si todos nos abstuviéramos al día siguiente había una dictadura del PP con el 100 % votos (8 millones).
Iba bien el artículo pero al final de leerlo te quedas igual,hay mas ataques de perros no peligrosos,y comparar estos con seguridad tmb me hubiera gustado ver algo de musulmanes portando una mochila no da miedo podemos pensar q son yihadistas , ya puestos hablar de ataques hay constatado mas muertes por ellos que por perros a nivel mundial,pero claro ahora me dirán racista y xenofoga cuando ellos son los primeros que lo hacen con este tipo de razas,eso si es racismo,el peligro esta donde esta el cuerpo, sea donde sea,tmb te puedes morir de muerte súbita y nadie tiene culpa,es extremista este artículo un 0
En esa enumeración de formas a través de las cuales los humanos nos hacemos daño me falta la de los «perros financieros» en todas sus vertientes, patrias y externas… no nos quedemos solamente con el déficit educativo patrio.
Como siempre estas muy acertado. ¡Cuanto dolor! ¡Cuanto sufrimiento! Y todavía hay quién sigue apoyando el capitalismo-especulativo.
La lista es demasiado larga para incluir todo… pero eso que comentas está. Antepenúltimo párrafo.
Y de los perros que viven de lo ajeno,y ocupan,y roban…si la lista es interminable
La violencia forma parte inherente de la naturaleza humana. La propia Naturaleza se manifiesta con violencia habitualmente: terremotos, inundaciones, tsunamis, huracanes…
Lo mismo se puede decir del egoísmo, consustancial a la naturaleza humana. Por otra parte, ¿no es el altruismo una forma de egoísmo? Ayudamos al prójimo porque nos gustaría ser ayudados de estar en su misma situación: a toda acción sigue una reacción.
De igual modo, cabe predicar que si nuestra especie no tuviese ánimo de competir, hubiera fenecido hace miles de años. La competencia también es atributo humano.
Una aclaración. Un psicopata no es un enfermo mental; un psicopata es un sujeto carente de empatía. Y un enfermo mental, lo normal es que se infringa daño a sí mismo, no a los demás.
En mi opinión, parte usted de presupuestos equivocados, y por tanto la conclusión es…
Es inflija, no infringa. Perdón. Hay otro posible error,pero menos importante.
Y claro, como la violencia -y el egoísmo- son parte de la naturaleza humana, pues nada, sigamos viviendo como animales. Que rija la ley del mas fuerte.
¿Esa es su conclusión acertada, Sr. Censor?
Pues sí, es lo que estamos haciendo. Y así nos va.
Que por cierto, la naturaleza también nos ha proporcionado un córtex cerebral mucho más desarrollado que cualquier otra especie animal… pero, claro, ese atributo de nuestra especie mejor no lo utilizamos…
¿Verdad, Sr. Censor?
Usted sí que sabe.
A nadie se le ocurriría construir una central hidroeléctrica en las aguas calmas y mansas de un lago. Son las aguas bravas las que poseen energía. Se encauzan y se guían hacia los ingenios que aprovechan su fuerza para producir energía.
Del mismo modo, la competitivad se puede canalizar hacia objetivos beneficiosos para la comunidad. Lo contrario es la represión, embalsar el agua.
Respecto a la violencia. Los regímenes más seguros son las dictaduras totalitarias, los indices de delincuencia son muy bajos. Por ejemplo, Korea del Norte. La otra opción es la libertad, pero aceptando que esta tiene un precio, y que no respetar la libertad de los demás tiene un coste, una sanción.
A los violentos no se les explica que han de ser buenos; con los violentos no se negocia. A los violentos se les sanciona y se les separa de la sociedad.
La cooperación es una fuerza tan potente, o más, que la competitividad. Y no deja sangre en el camino.
No necesitamos aguas bravas para producir energía. Sólo otra forma de producir energía.
Y los violentos no nacen. Se hacen. Los hacemos.
Respecto de los violentos, circulan en sentido contrario a la civilización y deben ser apartados por ello de la circulación.
Respecto de lo demás en una sociedad libre hay muchos carriles y aún cabe construir más aunque te salgas de la autopista, pero circular en sentido contrario eso no, no estamos en la edad media.
La rebeldía no es violencia, porque desde ella se puede construir, pero la violencia destruye, es estéril y genera más violencia. Sólo en muy contadas ocasiones se puede recurrir a ella, por ejemplo sacando de la circulación a quien circula en sentido contrario.
que bien habla este chico, sabe de tó…..
Gonzalo, sigues con la misma «perra»…erre que erre…
Se llama sentido común.