Querida amiga:
Hoy me he ido a tomar un café y he comprado el periódico. 2, 80 «leuros». Claro, como ya leo digital, pues me he quedaó ojiplática al decirme el precio, pero luego he pensado que me sirve para hacer papel maché o para mandar anónimos a la gente y no me ha dado tanto coraje pagarlo. Con mi periódico bajo el brazo, me he ido a tomar un cafelito a la playa. 
La mar estaba con oleaje, vamos, el mismo que en mi bañera cuando me meto de puntillas y me dejo caer…
No creas que me he olvidado de nuestras fotos en bancos bonitos. He estado buscando alguno chulo. Lo que pasa es que el único que he encontrado ha sido uno enfrente de Electrodomésticos Martín y, aunque estoy segura de que el señor Martín es estupendo, no va a poder competir con el Cantábrico. Es un riesgo que he decidido no correr.
En la terraza del café, una pandilla de jovenzuelos se ha sentado a mi lado y me ha hecho el rato ameno. Estaba la Vane (por cierto, si veis a la chica del bañador verde decidle de mi parte que la Vane iba en bikini, con un cuerpo de modelo de catálogo de Bershka y una coleta que ya la quisiera la Kardashian, pero que al abrir la boca eso era un atentado a la RAE, a la Fundéu, a los manuales de protocolo, incluso a Cheiw porque ni mascar chicle con estilo sabía, así que la del bañador verde que no se preocupe). La Vane iba con los «chachos», que yo pensaba que todos se llamaban así, pero no… Es como quillo, pero alargando más las vocales. Pues la Vane solo quería fumar e ir a bañarse y los chachos solo tenían un cigarro pa’ los cinco. Al final se lo ha fumaó la Vane solita. La chica llegará lejos, puede que a tronista si pule un poco el estilo de mascar.
Tengo que irme. Seguiré buscando bancos pa’ la foto.
Besos
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Postales desde Ítaca
Beatriz Abeleira
