La consejera de Fomento del Gobierno de Castilla-La Mancha, Elena de la Cruz, y el director de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, Antonio Luengo, se reunían recientemente con alcaldes ribereños de la provincia de Cuenca en la localidad de Garcinarro para analizar diversos aspectos relacionados con los problemas de la comarca y el impacto que supone la política hídrica del Gobierno de España a consecuencia de los trasvases al Segura.
La consejera insistió ante los alcaldes ribereños conquenses en la necesidad de que el Ministerio de Agricultura concluya “de una vez por todas” la red de Morillejo “para dar una solución definitiva al problema del abastecimiento de agua potable en la comarca de Entrepeñas y Buendía y que los ayuntamientos no tengan que seguir dependiendo de soluciones temporales”, como las mejoras que la Junta de Comunidades ha introducido recientemente en los sistemas de abastecimiento de municipios de Guadalajara como Alcocer y Chillarón del Rey, buscando reducir la necesidad de emplear camiones cisterna de abastecimiento. La Agencia del Agua continúa colaborando con el ayuntamiento de Chillarón para resolver recientes problemas detectados en el sistema, pese a que ya ha acometido una inversión consistente en el cambio del equipo de bombeo extractor. La solución definitiva “la tiene que posibilitar el Gobierno de España”, ha dicho la consejera.
Elena de la Cruz subraya que “el Gobierno regional está dispuesto a continuar ayudando a los ayuntamientos”, aunque considera que estas soluciones no dejan de ser “temporales mientras el Ministerio de Agricultura no acometa una infraestructura que es completamente esencial y que sencillamente les debe a los pueblos ribereños, porque no es normal que tengan la incertidumbre que tienen cuando disponen de 500 hectómetros cúbicos de agua dulce al alcance de la mano”.
La red de Morillejo ya fue reclamada directamente por la consejera a la ministra Isabel García Tejerina en el encuentro que ambas mantuvieron a primeros del pasado mes de octubre en Madrid. La ministra afirmó entonces que el Ministerio estaba en condiciones de retomar las obras en un plazo que situó en la frontera de la primavera de 2016 sin que se hayan producido avances dignos de consideración hasta la fecha. La red tenía que estar terminada en 2014 y aunque el Ministerio prorrogó inicialmente su finalización hasta 2016, los nuevos planes de financiación expuestos por el Ministerio ante la Comisión de Seguimiento de esta obra establecen un calendario que en principio se prolongará hasta 2018.
Los responsables municipales de varios municipios conquenses transmitieron a la consejera su preocupación ante la lentitud de esta obra estatal que consideran completamente básica para reducir los sobresaltos que padecen en sus mecanismos de provisión de agua potable. La consejera se comprometió con ellos a insistir al Gobierno de España que se forme definitivamente tras las elecciones del pasado 26 de junio en la necesidad de acortar los plazos para la construcción de esta red, que afecta a más de 50 municipios ribereños de Cuenca y Guadalajara que no están abastecidos por la Mancomunidad del Guadiela y que disponen de un sistema precario de abastecimiento mediante pozos.
La inversión prevista originalmente por el Estado consistía en ejecutar una toma en el río Tajo en las proximidades de la localidad pedánea trillana de Morillejo para transportar el agua a una estación de bombeo desde la que se elevaría a una balsa de 10.000 metros cúbicos de capacidad mediante una conducción de 9 kilómetros de longitud. Desde ahí, el agua pasaría a una Estación de Tratamiento de Agua Potable a fin de ser almacenada en un depósito principal, del que saldrían cuatro ramales que asegurarían el suministro. Estas infraestructuras y otras, como dos estaciones de bombeo y varios depósitos intermedios, así como las líneas eléctricas de alimentación, los sistemas de control y gestión, vías de acceso, etc. componen la denominada “red de Morillejo”, que precisa una inversión próxima a los 47 millones de euros en su conjunto.