Transcurrido casi un año del inicio de la limpieza y acondicionamiento del solar de la Casa del Gallego para su remodelación en zona verde y museo, el Ayuntamiento de Tomelloso – titular de los terrenos – sigue sin poner medios en la búsqueda de una solución para la población de gatos asilvestrados, asentada hace más de 15 años, denuncia la Asociación para la defensa y protección de los gatos Alma de Gatos.
La docena aproximada de gatos sobrevive gracias a la comida y bebida suministradas por vecinas del barrio San Antonio, y voluntarias de la Asociación de defensa y protección felina Alma de Gato, «en condiciones que rayan la heroicidad, al tener que ingeniárselas para sortear un vallado». Por otra parte, el colectivo recuerda que la Ordenanza de protección de medio ambiente y la Ordenanza reguladora de tenencia de animales sancionan la provisión de alimentos en la vía pública a animales abandonados o callejeros. «A lo que cabe añadir, por si no fuera ya bastante, el hostigamiento, con ribetes de violencia, de una minoría de vecinos, uno de los cuales y recientemente, pulverizó un producto industrial encima de comida, con la perversa y cobarde intención de envenenarlos», alertan desde Alma de Gato.
Miembros de esta asociación ya pusieron en aviso al Ayuntamiento de la necesidad de encontrar soluciones al trauma que para la colonia iban a suponer las obras de la Casa del Gallego, barajándose opciones que nunca se materializaron (captura en jaulas para su traslado al albergue municipal) o la instalación de expendedores de comida hasta su reubicación definitiva (sugerido por el concejal Álvaro Rubio, al cargo del albergue municipal). Sin embargo, nada se hizo en todo este tiempo.
La semana pasada, representantes de Alma de Gato se personaban en las oficinas municipales para pedir un salvoconducto de acceso al recinto y alimentar a los animales, evitando situaciones surrealistas de clandestinidad, amenazas de algún vecino matón y sobre todo, alejar la posibilidad de envenenamiento en la comida. Esta asociación planteó, de no aceptarse la solicitud, el compromiso del Ayuntamiento de ubicar dispensadores de comida, recuperando, como decíamos, una propuesta hecha en su día por el concejal Álvaro Rubio. «El resultado de la entrevista con el concejal fue desolador, escudándose en la ordenanza y delegando en las protectoras la gestión de los animales abandonados», lamenta Alma de Gato.
«Casualmente, se da la circunstancia de que probablemente es el Ayuntamiento quien incumple la ley», apunta la asociación. Por ser el propietario de los terrenos, es el responsable jurídico de la colonia de gatos silvestres (presente mucho antes de que el Ayuntamiento comprara la finca), alega. «La Ley 7/1990, de 28 de diciembre, de protección de los animales domésticos de Castilla-La Mancha, obliga a los poseedores de animales a su correcto mantenimiento higiénico-sanitario, prohibiendo expresamente su abandono». La propia Ordenanza Reguladora de la Tenencia de Animales de Compañía en el Municipio de Tomelloso, artículo 4, expresa lo mismo, añade. Además, recuerda que la reforma del Código Penal, en su artículo 337 y 337 bis, prohíbe el abandono, maltrato y muerte injustificada de animales domésticos, estableciendo penas de prisión y/o inhabilitación en proporción al daño o daños causados.
Alma de Gato pide a las Autoridades Municipales mayor sensibilidad en el tratamiento de las colonias de gatos incontroladas, tan abundantes en Tomelloso. La de la Casa del Gallego es sólo la «punta del iceberg» de un problema que el Gobierno local «pretende resolver con medidas represivas contra aquellas personas que se arriesgan a alimentar a animales abandonados, y que no se resignan a aceptar que mueran por inanición en una sociedad supuestamente avanzada».
Desde Alma de Gato reclaman una nueva regulación municipal que contemple la identificación de las colonias felinas, la esterilización masiva, vacunación y desparasitación, y la derivación de los animales más sociables a centros de acogida dignos (el albergue municipal no está acondicionado para el hospedaje de gatos) pensando en su posible adopción. En el caso de los no recuperables, aboga por su suelta en colonias urbanas protegidas, contando con puntos de alimentación supervisados por trabajadoras municipales y/o voluntarias. Además, la realización de campañas ciudadanas en favor de la tenencia responsable, esterilización, adopción, y contra el abandono de gatos y el resto de animales de compañía.