El pasado sábado día 16 escuchaba de madrugaba cómo el escritor y periodista José María Zavala desmenuzaba su reciente libro “Los expedientes secretos de la Guerra Civil. Una investigación a fondo sobre las muertes violentas en los dos bandos: de Durruti a José Antonio” en el programa de Onda Cero “La rosa de los vientos” [1] expresando algunas de las contradicciones que la
contienda mostró, a lo largo de la exposición de un catálogo de personajes de gran relevancia en dicho conflicto, políticos como el monárquico Calvo Sotelo o líderes anarquistas como Buenaventura Durruti o Andreu Nin, el fundador de Falange José Antonio Primo de Rivera o el padre del Partido Reformista Melquíades Álvarez, militares como Ramón Franco – hermano del Generalísimo, republicano, masón y gran aviador, “el héroe del Plus Ultra”, que irónicamente fallecía en un accidente aéreo -, literatos como Federico García Lorca o Miguel Hernández, o el primo de Alfonso XIII, Alfonso de Borbón. Curiosamente este 18 de julio se han cumplido 80 años de aquella cruenta contienda.
En las páginas iniciales de otro libro leo lo siguiente:
“La Causa General, creada por Decreto de 26 de abril de 1940 , ratificado por el de 19 de junio de 1943, atribuye al Ministerio Fiscal, subordinado al Ministerio de Justicia, la honrosa y delicada misión de fijar, mediante un proceso informativo fiel y veraz — para conocimiento de los Poderes públicos y en interés de la Historia —, el sentido, alcance y manifestaciones más destacadas de la actividad criminal de las fuerzas subversivas que en 1936 atentaron a abiertamente contra la existencia y los valores esenciales de la Patria, salvada en último extremo, y providencialmente, por el Movimiento Liberador.
En el cumplimiento de su misión, la Causa General — que reviste carácter exclusivamente informativo — ejerce sus funciones investigadoras en aquella parte del territorio español que estuvo sometido a la dominación roja. La presente relación, que refleja, con carácter demostrativo y circunscrito, algunos de los resultados obtenidos, permite anticipar conclusiones evidentes:
La contienda civil desarrollada en España desde el año 1936 hasta 1939, puso al descubierto toda la capacidad criminal de un Régimen político que afirmaba defender la libertad y proclamaba el respeto a los derechos inherentes a la personalidad humana.
El Frente Popular, desde que asumió el Poder, a raíz de las elecciones de febrero de 1936 — falseadas en su segunda vuelta por el propio Gobierno de Azaña, asaltante del mando político —, practicó una verdadera tiranía, tras la máscara de la legalidad, e hizo totalmente imposible, con su campaña de disolución nacional y con los desmanes que cometía o toleraba, la convivencia pacífica entre los españoles. El Alzamiento Nacional resultaba inevitable, y surgió como razón suprema de un pueblo en riesgo de aniquilamiento, anticipándose a la dictadura comunista que amenazaba de manera inminente. Al producirse, el 18 de julio de 1936, este legítimo movimiento de defensa, acaudillado por el general Franco, el Gobierno rojo llevó su crueldad a extremos difícilmente imaginables, valiéndose de sus propios agentes oficiales — improvisados por aquel Gobierno ante la pasividad y repulsa casi unánime de las instituciones de Orden Público existentes —, y dando rienda suelta a los bajos instintos de las turbas, armadas por el propio Gobierno, y de numerosos delincuentes comunes, dotados igualmente de armas y de autoridad, extiende el terror por toda España sometida al marxismo. Durante mucho tiempo se suceden los asesinatos en masa, acompañados frecuentemente de ensañamiento, y casi siempre de robo. La Religión es perseguida a muerte, y la propiedad es socializad a o simplemente expoliada. Los militares — aunque no hayan participado en el Alzamiento — son asesinados, por el único motivo de su profesión. La vida de toda persona residente en la zona marxista se encuentra a merced del capricho de las checas o de cualquier miliciano, sin que la víctima pueda salvar su vida invocando unos antecedentes políticos liberales, siendo la clase media la que aporta mayor tributo de sangre. El Partido Comunista, inspirado desde el extranjero, es el verdadero árbitro de la política del Frente Popular” [2]
De esta forma y con esta crudeza se expresa la necesidad de un cambio de régimen por parte de los que propiciaron el Alzamiento un 18 de Julio de 1936.
Ocho décadas han transcurrido y aún perviven las heridas de la guerra que enfrentó a familias enteras en pos de la defensa de una ideología o una religión, que cristalizaría en el conflicto bélico conocido como guerra civil, incivil por la atrocidad que supone cualquier confrontación de esta índole. En el caso de Ciudad Real, a tener además en cuenta, comenzó el conflicto bajo el bando republicano.
Cuando en febrero de 1936 el Frente Popular ganaba las elecciones, las consecuencias en el bando perdedor fueron manifiestas: era necesario algún cambio de rumbo, siendo el preparador del pronunciamiento militar el general Mola, y cuya cabeza visible de la conspiración estaba personalizada en la figura del veterano y exiliado general Sanjurjo, y entre la cúpula de mandos militares más comprometidos para el alzamiento destacaban Queipo del Llano, Cabanellas, Franco y Goded. El plan conspiratorio se iría concretando paulatinamente.
En el caso de Ciudad Real la conspiración a nivel provincial tendría a la ciudadanía como elementos protagonistas, debido a la ausencia de guarnición militar y la indecisión de la Guardia Civil. Se requería el apoyo del elemento militar, para lo cual debía iniciarse algún tipo de sublevación, ya que la representación de falangistas y carlistas era minoritaria, en la capital la representación era mínima y en los pueblos estaban poco organizados.
El insurrecto primer Regimiento de Artillería Ligera había sido suprimido en 1929, por el general Primo de Rivera, siendo sustituido por un Batallón de Cazadores de Barbastro, procedente de Tetúan, en 1930, y con la llegada de la República, disuelto en 1931.
Como reductos militares – y de carácter burocrático más que castrense como nos apunta Francisco Alía Miranda [3] – sólo permanecían el Centro de Movilización y Reserva número 2 y la Caja de Recluta número 4. El primero bajo el mando del coronel Mariano Salafranca Barrio, también gobernador militar de la provincia; y la segunda tenía por Jefe al teniente coronel don Rodrigo Echevarría Aguilar. Además, existía una Compañía de Guardias de Asalto desde 1932, cuyo mando recaía en el capitán Manuel Pascual Hernández.
No obstante, la Guardia Civil era la fuerza armada en número y presencia con más representación en la provincia, siendo su mando desde primeros de julio el teniente coronel Francisco de los Arcos Fajardo. En la capital, además de la Plana mayor, se encontraba una compañía de fusiles y un escuadrón de caballería. Además, en diversas poblaciones existían varios destacamentos de Carabineros.
La importancia de parte del elemento civil en la trama conspiratoria en la capital obedece al “proceso de fascistización de la juventud de la derecha que se fue produciendo a lo largo del bienio radical cedista” [4]. Así cabe apuntar la asistencia a un congreso organizado por las JAP en abril de 1934 en El Escorial de un grupo de jóvenes ciudarrealeños, y los jóvenes monárquicos adscritos al carlismo tradicionalista, el Requeté, que tenían una milicia organizada en Ciudad Real.
Sin duda, la victoria del Frente Popular radicalizaría aún más a esta juventud de derechas, pues los componentes de las JAP o de los jóvenes monárquicos girarían hacia el partido dirigido por Primo de Rivera, siendo la capital el lugar más adecuado para coordinar las acciones propagandísticas y protestas casi ilegales. El 18 de marzo se clausuraba la sede de Falange en Ciudad Real y son detenidos dos directivos falangistas de Madrid que se encontraban en Ciudad Real. Dos días después serían detenidos Amadeo Mayor Macías, Manuel Prado González, Olayo Hornero Hornero y José Lorente Sánchez. El primero de ellos sería nuevamente detenido por su reincidencia, aunque las acciones falangistas continuarían a pesar de la detención de su jefe provincial y local. Este viviría el alzamiento desde prisión.
A pesar de todo ello, la sublevación en la provincia fue preparada desde la capital bajo la dirección de Falange cuya cabeza visible era Amadeo Mayor Macías, que sería apoyado por el representante nacional de Falange Fernando Aguinaco Blasco, para contactar con el elemento militar, más concretamente con la fuerza más numerosa de la Benemérita.
El encarcelamiento de Amadeo Mayor obligó a asumir la dirección de la falange ciudarrealeña a Félix García-Santiago Ibarrola, quien contactaría con el monárquico Manuel Navas Aguirre, e intentaría en vano el apoyo del nuevo teniente coronel de la Guardia Civil, Francisco de los Arcos Fajardo, ya en julio del 36. Esto último implicaría que no alcanzarían los objetivos conspiratorios por carencia de armas y hombres suficientes.
El inicio de la sublevación el 17 de julio a nivel nacional tendría eco en la capital al día siguiente en El Pueblo Manchego, y el 18 se celebrarían en la Iglesia de la Merced los funerales por la muerte de Calvo Sotelo a los que asistirían multitud de jóvenes ciudarrealeños de derechas. Este día Fernando Aguinaco propondría a sus compañeros falangistas el asalto a la Casa del Pueblo, aunque fue un vano intento por la escasez de efectivos con que contaban, y el temor a las represalias hizo el resto.
Hace 80 años, un 19 de julio de 1936, en el domicilio de la familia Mayor Macías, la casa de “los Corcheros” se reuniría un pequeño grupo de falangistas para escuchar la radio, esperando el curso de los acontecimientos y cómo debían actuar.
Ese mismo domingo grupos de milicianos acompañados por parejas de Guardias de Asalto estaban realizando cacheos y registros domiciliarios. A la casa de los Mayor se dirigió el grupo formado por Ángel Lapeira y Ángel Cepeda García. Hubo tiroteo, Fernando Aguinaco murió de un disparo, la gente se acumuló alrededor de la casa, y ante la posibilidad de que la casa fuese incendiada los ocupantes huyeron a través de corrales y tejados. Llegó el juez de instrucción y encontró a los milicianos provistos de armas y la vivienda vacía, salvo al falangista muerto. La llegada de la Guardia Civil supuso un alivio para los falangistas al reclamar su amparo. Poco después llegarían los dueños de la casa. Entre los huidos fueron detenidos Jesús López Prado y Manuel García Valencia. Aun continuaba el tumulto y no saldrían del inmueble hasta las cinco de la tarde.
Estos hechos relatados de forma más detallada por Juan Carlos Buitrago Oliver y Francisco Alía Miranda [5] son los que se pueden constatar de los incidentes que en la capital acaecieron tras el golpe militar del 17 de julio de 1936.
No obstante, a pesar de la relativa tranquilidad en la capital y que la fidelidad de la Guardia Civil y de las Fuerzas de Asalto no planteaba dudas para que las milicias se pusieran a sus órdenes, meses después se volvió a difundir por la ciudad una idea de trama que tenía unos claros protagonistas: hablamos del 21 de noviembre con motivo del juicio de los dos únicos falangistas supervivientes, José Ruiz Cuevas y Jesús López Prado, momento en el que la prensa, tomando en cuenta las acusaciones del fiscal, calificaría dichos hechos como de un “delito de rebelión militar del artículo 237 del Código de Justicia Militar número 3”. Las conclusiones que plantean las preguntas que se realizan al jurado popular para establecer la culpabilidad de los acusados conducen a señalar que existió un beneficio personal aunque no se concretó de qué modo. Será en marzo de 1937 cuando, con motivo del juicio contra el industrial del transporte Juan Antonio Solís Huescar, los dirigentes de la izquierda ciudarrealeña presentarían un elaborado guión completo de la trama para transmitir a los ciudarrealeños y en ella el industrial sería una pieza básica.
Al Frente Popular le compensó “elaborar” los hechos y hablar de conspiración y sublevación en Ciudad Real, algo que muestra lo limitada que fue la trama civil en la ciudad. En suma: “hasta el 19 de julio, hubo una ligera trama civil que se desvaneció al no conseguir apoyo de la Benemérita y tan solo una resistencia al registro por parte de un grupo de falangistas en la que acabaron intercambiándose disparos por la vehemencia de Aguinaco” [6].
Este revuelo de las detenciones de la calle Calatrava tuvo una consecuencia clara: el despertar conciencias, como la del farmacéutico Manuel Romero Sánchez-Herrera, que hizo el doble juego entre la República y el fascismo, además de otros militares.
En suma, hasta finales de 1936, la capital se convirtió en un caos de violencia planificada en manos de los milicianos armados.
La guerra comenzaba en Ciudad Real por el procedimiento de liquidar físicamente a los que consideraban enemigos de la República. Desde los últimos días de julio las prisiones se llenaron de sospechosos de colaboración con la rebelión. Muchos fueron asesinados sin juicio. Normalmente eran sacados en grupo para ser ajusticiados. Otras veces apenas si llegaban a pisar la cárcel. Las víctimas eran llevadas a las checas – las que llegaron a ser tristemente célebres como la del Seminario de la capital– de donde eran sacadas la misma madrugada para dar el paseo.
La provincia se dividió en zonas, cada una de ellas con su respectivo matadero de seres humanos. Los de la Comarca de Ciudad Real iban al cementerio capitalino, pasando después a ser principal protagonista un pozo situado en el interior del cementerio de Carrión de Calatrava.
Los tres primeros meses fueron el período de máximo terror. A finales de septiembre empezó a actuar el Tribunal Popular, y desde noviembre el Tribunal de Urgencia, que lograron encauzar legalmente la represión incontrolada de las masas y milicias populares. Después de un sangriento diciembre, en 1937 apenas hubo ya asesinatos.
Del hervidero de odios que estalló al compás de la guerra, la Iglesia fue una de las víctimas principales, y “en los 32 meses que la provincia (Ciudad Real) permaneció bajo dominio republicano, el culto quedó proscrito y las iglesias requisadas permanecieron cerradas o reutilizadas para otros usos” [7]. A la enorme cantidad de miembros del clero regular y secular asesinados, entre ellos el Obispo-Prior Narciso Esténaga el 22 de agosto de 1936, tuvo que añadir la destrucción de gran parte de su patrimonio. No obstante, “la destrucción del patrimonio histórico – artístico y bibliográfico fue una de las armas propagandísticas desplegadas por ambos bandos. Los nacionales no escatimaron medios en dar publicidad mediante diversos folletos a la barbarie roja – como la calificaban – de los primeros días de guerra. En parte tenían razón. El arte, asociado por el pueblo a las clases más odiadas, estaba siendo pasto de las llamas y de la rapiña…
…Las autoridades republicanas, sin embargo, pusieron todo el empeño en salir en defensa de ese maltrecho patrimonio y en evitar que cayera en manos de las tropas enemigas en sus avances militares, preveyendo un trato inadecuado. Tomando en cuenta la iniciativa de un grupo de miembros de la Alianza de Intelectuales Antifascitas, el día 23 de julio se aprobó la creación de la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico… Prácticamente funcionó al margen del Gobierno y de la Dirección General de Bellas Artes…
…Aún más trascendencia tuvo la creación, el 5 de abril de 1937, de la Junta Central del Tesoro Artístico, dependiente del Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico creado el 16 de febrero, y cuya principal misión consistió en encargarse de la incautación y conservación, en nombre del Estado, de las obras muebles e inmuebles de interés artístico, histórico y bibliográfico que corrían peligro de ruina, pérdida o deterioro” [8].
Una de las juntas provinciales dependientes de esta estructura fue creada en Ciudad Real el 3 de junio.
Sin embargo, a pesar del celo de la Junta y de la Caja de Reparaciones, muchas obras de arte no pudieron salvarse. Además, en la capital, los edificios religiosos eran por su valor artístico los que más habían sufrido daños, siendo su cuantía superior al millón de pesetas, siendo el Palacio Episcopal uno de los más perjudicados. A ello habría que unir la demolición de las ruinosas iglesias del Carmen – propiedad del Consejo Provincial – y de San Juan de Dios – de titularidad municipal.
Además de la pérdida de inmuebles, fueron aún mayores en cuanto a pérdidas se refiere, los objetos e imágenes alojados en su interior, muchos de los cuales aparecieron tirados, por ejemplo, en las Canteras [9].
Ya en los primeros días algunas iglesias, ermitas y conventos fueron saqueados e incendiados. Pronto las organizaciones obreras se percataron de que les resultaba más provechoso incautarse de los edificios religiosos que destruirlos. En su mayoría serían en adelante destinados a usos prácticos, como cárceles (el Seminario de Ciudad Real), almacenes de víveres (Iglesia de San Pedro en Ciudad Real, cuyo pavimento de alabastro fue destruido por los carros y camiones que circularon en su interior), garajes (la Catedral de Ciudad Real, aunque más tarde se convirtiese en albergue de evacuados), albergues de tropas…
Se destruyeron altares, se destrozaron retablos y se desvalijaron los objetos valiosos, como los que contenía el tesoro de la Virgen del Prado, de la capital. Las imágenes religiosas fueron destruidas en su mayor parte, muchas veces no sin cierta mofa. Algunas vírgenes desaparecieron totalmente, como la del Prado de Ciudad Real. Alía Miranda nos señala que: “… la pérdida más significativa por su valor artístico, espiritual y económico fue la de la Virgen del Prado de Ciudad Real y su Tesoro. De la total destrucción de Nuestra Señora del Prado, imagen del siglo XIII, poco puede reconstruirse. José Balcázar recoge la versión más popular: <Aseguran algunos – por referencias – que la idolatrada Imagen fue destruida en noviembre, que la tiraron desde su Trono al Templo, que quedó enganchada en los candeleros, que volvieron a empujarla y que se deshizo al dar en el suelo, que el Niño Jesús quedó intacto y que al intentar apartarlo un testigo del vil sacrilegio se indignó uno de los herejes y lo destrozó y que luego quemaron los sagrados restos en el garaje de Solís>” [10]. Del Tesoro restante sin lugar a dudas destacaba el Portapaz de Uclés. Y el destino de la mayor parte del tesoro artístico capitalino fue a parar a Valencia, donde fue fundido.
En cuanto al resto de patrimonio, cabe reseñarse la inauguración del Museo Provincial en 1934 que al finalizar la guerra ocuparía el propio edificio de la Diputación Provincial, y la labor de protección del patrimonio bibliográfico y documental sería ensombrecida por la del patrimonio histórico – artístico aunque el Archivo Provincial y la Biblioteca Provincial de Ciudad Real, instalados en el Palacio de la Diputación, convirtiéndose en garantes del mismo, y las mejores bibliotecas privadas requisadas durante la guerra serían devueltas intactas a la finalización de la contienda.
Los primeros meses de guerra fueron también testigo de una vasta oleada de incautaciones. Las organizaciones del Frente Popular se apoderaron de todos los edificios de la Iglesia y de la aristocracia, instalando sus nuevas sedes en muchos de ellos. En el Palacio Episcopal y en el Seminario establecieron sus centros provinciales los comunistas y socialistas, respectivamente.
Pero lo realmente trascendental, revolucionario, fue la masiva incautación de los medios de producción, que en la mayor parte de los casos pasaron a explotarse colectivamente. Sobre todo de la agricultura, sector económico predominante.
Casi todas las hectáreas expropiadas pasaron a explotarse colectivamente. algunas colectividades eran comunistas, como las Comunas Stalin de la capital… pero, en general, fueron una excepción. Las tesis comunistas se mostraron más como defensoras de los pequeños propietarios.
A pesar de los fracasados alzamientos falangistas, a escala nacional, los sublevados tomaron la decisión de iniciar las operaciones militares hacia su principal objetivo – Madrid – por la ruta del Oeste (desde Sevilla por Mérida, Badajoz, valle del Tajo y Toledo) por parte del general Franco – dejando la provincia de Ciudad Real en manos republicanas. No obstante, la relevancia minera que tenía nuestra provincia despertaría los apetitos de los aliados del bando nacional – alemanes e italianos –, lo que impulsaría a los rebeldes a iniciar ofensivas para controlar las minas de Almadén. Así ocurría en marzo de 1937, siendo el día 5 cuando el general Queipo de Llano inicia una ofensiva que será detenida en Pozoblanco, quedando ese frente estabilizado hasta julio de 1938. Para esas fechas Italia intentaba adoptar un acuerdo con los sublevados para distribuirse el control del monopolio del mercado mundial de mercurio. El día 19 las tropas franquistas inician una ofensiva que en una semana devoran unos 1.000 kilómetros cuadrados de terreno, provocando la respuesta republicana con el Ejército de Extremadura, que con su duro contraataque impedirá cualquier penetración en la sede de su cuartel general – Almadén – hasta el final de la contienda.
Al comenzar 1938 la retaguardia manchega atravesaba un momento difícil. En Ciudad Real y las grandes localidades manchegas el ambiente era francamente derrotista y hasta los jefes civiles y militares buscaban relacionarse con elementos desafectos al régimen para hacerse amigos entre los vencedores. La corrupción era grande en los centros oficiales donde se vendían puestos y favores y una auténtica organización facilitaba la deserción hacia la zona enemiga o las declaraciones de inutilidad a precio fijo. Con el fin de poner remedio a tan deteriorada situación el coronel Burillo, jefe del Ejército de Extremadura, solicitó que toda la provincia quedara incluida dentro de la zona de acción de su Ejército. Al concedérselo el Gobierno a principios de abril, comenzó una vasta operación de limpieza tanto en el Centro de Reclutamiento y Tribunales Médicos Militares como por las sierras colindantes con Toledo y Badajoz. La situación, sin embargo, no debió quedar resuelta, por cuanto el general Escobar, jefe del Ejército de Extremadura desde octubre, solicitaba en noviembre nuevamente permiso para emprender otra operación de limpieza similar. Pero ya poco podía hacerse. La derrota del Ejército republicano se hacía día a día más evidente. Sobre todo tras la caída de Cataluña, en los primeros días de febrero de 1939.
A pesar de ello el presidente del Gobierno, doctor Negrín, quería resistir a toda costa. Sus principales jefes militares, el 5 de marzo, de la mano del coronel Casado, jefe del Ejército del Centro, y con el apoyo de los socialistas y de la C.N.T., protagonizaron un golpe de Estado que sustituyó al Gobierno Negrín por un Consejo de Defensa presidido por el general Miaja. Su principal objetivo era conseguir la paz lo más rápidamente posible.
En Ciudad Real, como en el resto de la zona republicana, la única oposición a la Junta de Defensa fue la desarrollada por los comunistas. En el Ejército de Extremadura éstos planearon coger el poder por sorpresa.. A pesar de todo se sublevaron dos compañías de la 47 Brigada al mando de Telesforo Aguado, la división que mandaba el diputado Martínez Cartón – que situó sus tropas en Argamasilla y amenazó con tomar Puertollano al asalto – y la Base de Blindados de Daimiel, que hizo cundir el pánico en la capital al dirigirse en actitud amenazante todos sus tanques hacia ella. El general Escobar, desde su puesto de mando en Almadén, logró disipar la insurrección con una cuantas detenciones más.
En Ciudad Real capital, mientras tanto, saltaron los acontecimientos. El día 7 unos sesenta comunistas, entre los que sobresalían el presidente del Comité Provincial Crescencio Sánchez y el diputado Adriano Romero Cachinero, se concentraron con armamento diverso en su sede del Palacio Rojo, antes Obispado. El día 11, una vez rotas las negociaciones, el gobernador cenetista David Antona decidió el asalto. En una espectacular operación fuerzas militares casadistas lograron reducir el foco rebelde comunista tras un incesante tiroteo de ametralladoras y tanquetas. Paralelamente se realizó una pequeña operación en el Balneario de Fuensanta que redujo a un núcleo allí destacado del XIV Cuerpo del Ejército Guerrillero.
Una vez sofocada toda oposición al Consejo de Defensa el Coronel Casado prosiguió con las negociaciones de paz emprendidas desde hacía tiempo. Franco exigió la entrega de la Aviación para el día 27. Materialmente era imposible. A primeras horas del día 26 Casado telegrafió a Burgos anunciando que la Aviación se rendiría al día siguiente. La respuesta fue contundente: la ofensiva, ya ordenada, no podía detenerse.
Sobre la provincia de Ciudad Real marcharon casi simultáneamente el Ejército del Centro y el Ejército del Sur. Este último el día 27 ocupó la tan codiciada población de Almadén sin encontrar ningún tipo de resistencia. Dos días después las tropas franquistas entraban en Ciudad Real, Puertollano y Almodóvar. El día 31 ya habían ocupado toda la provincia. El primero de abril la guerra finalizaba. A partir de entonces comenzaba una dura y duradera represión, que se cobró varios miles de víctimas. Sólo en la capital éstas ascendieron a 988.
Consecuencia de este conflicto bélico fue el sistema totalitario conocido como franquismo, del cual observamos que aún hoy en día existen vestigios – transcurridas ya ocho décadas –, los cuales están aún en la retina de aquellas personas de avanzada edad que conocieron tal ignominia en primera persona, aunque también de forma palpable pueden mostrarse en documentos y otros vestigios materiales.
En fechas recientes a lo largo y ancho de nuestro país se han tomado decisiones conflictivas por parte de los gobiernos municipales sobre la sustitución de las denominaciones de las vías que recordaban al franquismo, situación que no hace más que mantener la herida abierta hace 80 años, y que cada postura defiende con un ardor que deja patente su ideología. Ciudad Real no es una excepción al respecto y en ello nos detendremos.
Son ejemplos de esta dialéctica el Pasaje Gutierrez Ortega, el Grupo Vicente Galiana o el Monumento Alférez Provisional, aunque no son los únicos – recordemos las calles Obispo Esténaga o Julio Melgar que rinden homenaje a los asesinados en los primeros meses de la contienda- y para una mayor contextualización habría que mostrar los rasgos que definieron este período y que no se circunscriben a unos nombres de parte de nuestro entramado urbano.
De este modo, durante el franquismo se diferencia un primer período que comienza con la autarquía derivada de la propia guerra hasta casi los años 60 en que se llega a una cierta estabilización. Y en segundo lugar desde comienzos de los años 60 hasta el fallecimiento de Francisco Franco (1975) período que va de la estabilidad que da el desarrollismo de los 60 hasta la crisis de comienzos de los 70.
La primera etapa, a nivel social y cultural, viene definida por una cultura oficial representada en los dos pilares básicos del régimen, la Falange y la Iglesia Católica, y cuyas expresiones se manifestarán a través de organizaciones juveniles como el Frente de Juventudes o la Sección Femenina, y en el plano religioso a través de una educación cultural de las masas rurales y provinciales.
Artísticamente, las formas culturales mostradas serán tradicionales basadas en el paisajismo y el retrato en pintura o la narración tradicional en literatura. Siendo ejemplos de ello López – Villaseñor, Guijarro, Gloria Merino, Úbeda, Donaire, Manuel Prior Bueno, o Isidro Antequera. A esta cultura se uniría una subcultura de evasión carente de preocupaciones políticas e intelectuales cuyos ejemplos más claras eran los seriales de novelas rosa en la radio, el cine y la literatura de kiosko, las fotonovelas de Corín Tellado, el fútbol regional o provincial y los toros.
Mientras tanto, en el plano político asistiríamos a un proceso de depuración que se vería cristalizado en el cambio de denominación de calles (la otrora Avenida de José Maestro pasaría en mayo de 1939 a llamarse Avenida de los Mártires, actual calle de Alarcos) o incluso se iniciaría una suscripción popular para erigir un monumento de los mártires muertos por la barbarie marxista, ubicado en los Jardines del Prado y hoy en día en el cementerio municipal. A ello habría que unir cómo las autoridades civiles acapararían los cargos y funciones sociales e incluso morales de los ciudarrealeños, predominando en este período los más puros ideales del falangismo y constituyendo una etapa monolítica definida por los valores militares y religiosos de la cruzada y de exaltación del estado de paz y bienestar social conseguido por el Caudillo.
En los años 60, la nueva situación económica generada por el Plan de Estabilización modificaría la estructura social española, convirtiendo con la industrialización a los otrora campesinos en obreros industriales.
Para ello se requería un mayor nivel formativo, lo que supuso un medio para mejorar el status social, una forma de ascender más rápidamente, adquiriendo la educación una gran relevancia en los 60 y generándose un gran boom estudiantil.
Esta mayor formación y el desarrollismo implicarán un crecimiento del sector servicios, que se convertirá en el mayor contestatario al régimen, frente al conservadurismo de la clase media alta y la población rural.
Este desarrollismo abocaría a un mayor consumo, a las compras a plazos – ¡era la época del seiscientos! –, a la americanización de la vida ciudarrealeña. Esto se vería reflejado en la proliferación de restaurantes muy americanizados como “Las Vegas”, “Los Ángeles”, etc.
No obstante, de este consumismo se pasaría a un despertar de una conciencia política en la década siguiente, con la llegada de la crisis, y de la mano de los sindicatos.
Como consecuencia de la educación antes mencionada, surgirán los primeros elementos que contestarán al régimen, los estudiantes que desconocían el trauma de la guerra, siendo el núcleo universitario el más destacado, aunque débil, pues hasta 1974 no se crea el Colegio Universitario de Ciudad Real.
Es en esta etapa donde el franquismo obtendrá ingresos a través del turismo, siendo en Ciudad Real el momento de la creación de la “ruta de don Quijote”, para integrar a Ciudad Real en dicha ruta.
En cuanto a las manifestaciones culturales la censura fue el elemento controlador de las mismas, posibilitando con ello el alejamiento paulatino de los artistas e intelectuales del régimen. Consecuencia de ello, será, por parte del régimen, la creación de una cultura de evasión como la llegada de los Festivales de España a CR en 1964, o en otros pueblos de la provincia. A ello se unía la cultura oficial de cátedras ambulantes, actividades variadas dirigidas por el Frente de Juventudes. En el ámbito teatral destaca el Teatro Popular de Cultura de Ciudad Real o el grupo “Lazarillo” de Manzanares, y, desde 1967, organizado por el Ministerio de Información y Turismo y TVE, el I Ciclo de Teatro Clásico de Almagro.
Y, finalmente, cabe destacar la existencia de Bibliotecas y Casas de Cultura, aunque con escasos fondos bibliográficos y económicos.
Urbanísticamente, los años de desarrollismo imponen en Ciudad Real una necesaria mejora de su aspecto, tanto en la capital como en los pueblos. A ello se unirá la mejora de la red de abastecimiento. Aunque antes habría que mostrar cómo evolucionó el panorama de la arquitectura en Ciudad Real desde el comienzo de la guerra civil. [11]
En el aspecto arquitectónico el Estado nacido de la sublevación del 18 de julio provocará la condena de los anteriores planteamientos culturales republicanos (identificación del racionalismo, cubismo bahausiano y suavizado art-déco con planteamientos republicanos), condenando al exilio a buena parte de los artífices de dicha renovación formal y a la depuración de los arquitectos afectos a la República.
La arquitectura fascista que se trata de construir tiene como principal paladín a Ernesto Giménez Caballero, propulsor del “arte como propaganda”. Existieron intentos fallidos de crear una arquitectura falangista a través de publicaciones como Vértices o Escorial. Diego Reyna, ejemplificará el fracaso de imágenes del perdido Imperio al tratar de mostrar dicho “estilo imperial” como ruta a seguir por la Nueva España en la arquitectura. También se asiste en este período a una pérdida de posición del Arte de Estado frente a posiciones conservadoras. Ejemplos de ello son la arquitectura dogmática y totalidad presidida por principios compositivos esquemáticos de Telmo Sánchez que aparece en el kiosko de prensa y propaganda de FET y de la JONS de 1939, o el retorno al neohistoricismo de Arturo Roldán Palomo, arquitectura provincial que llevará a cabo el INV, la Obra del Hogar Nacional Sindicalista, el Pabellón central del Hospital (1944), el Cuartel de la Policía Armada (1945), el Hogar Provincial (1945) o la Casa Sindical (1949), obras todas ellas definidas por el esquematismo, siendo la excepción el proyecto de Lavadero Mecánico en el Hogar Provincial (1943), definido por el empleo de recursos enfáticos y concepciones monumentales. De igual planteamiento que el Lavadero y presidido por los universos formales de los años 30 – tan lejanos a las concepciones de la Autarquía – destaca la figura de Arias con sus obras la Cámara Urbana (1943) y la Gasolinera FORD (1945), obras que plantearán ciertos interrogantes relativos tanto a cierta continuidad de planteamientos tipológicos cuanto el nuevo papel asignado a la arquitectura en la reconstrucción económica y social de posguerra.
La Dirección General de Regiones Devastadas, a través de su revista Reconstrucción, promoverá una estética que impregna ciertas actuaciones de una visión localista, imponiendo códigos regionales a manera de escenografías a esquemas distributivos similares. Ejemplos de ellos serán los trabajos de López Delgado y Laguna Serrano, aunque existirá una vía culta presidida por secuencias de lenguajes históricos trasvasados al desarrollo de programas de instituciones civiles y religiosas. Protagonistas de esta vía serán el Gobierno Civil de Ricardo Magdaleno (1948) o las obras de Carlos Sidro de la Puerta el Colegio de María Inmaculada (1943) y el Seminario Conciliar (1953)
A finales de la década de los 40, el proyecto de la Plaza del Pilar con el Monumento a Cervantes (1947), pondrá al descubierto el agotamiento de la senda emprendida por la edilicia oficial. En los años 50 la arquitectura tendrá que acometer los problemas de alojamiento que requerían las masas y resolver los problemas de infraestructuras. Ejemplo de ello será la urbanización del entorno de la Delegación de Sanidad (1953) y de la Gran Vía de la Avenida del Imperio. El Convento de las Hermanitas de la Cruz será obra de Arias,…
Los planes de la Obra Sindical del Hogar de 1955 o la “operación escuela” acometida por el Ministerio de Educación Nacional en 1960, irán más a resolver los tremendos déficits materiales y de equipamientos básicos, muy alejados de cualquier reflexión formal del lenguaje arquitectónico. Así, la introducción de sistemas semiprefabricados tipo Presec, dictado por la urgencia de la actuación, no impide contemplar un retroceso constructivo y tipológico con relación a los programas edificatorios de los años veinte y treinta
La Delegación Provincial de Sindicatos edita en 1958 una Guía en la que se evidencian las nuevas relaciones entre el poder político y la producción inmobiliaria, de la mano de aportaciones que rozan la retórica querida por el Régimen. Ejemplos de ello son la afirmación de Julián Alonso “quiero a mi ciudad y ¡nadie la toque!”, la descripción de García Noblejas “ciudad pequeña, llana, amable, sin mostruosas complicaciones urbanísticas”, o como encartes publicitarios los Contratistas que ejecutan los Grupos de las OSH. La propuesta de la ciudad extensiva, formada por bloques abiertos en localizaciones periféricas era mostrada envuelta en la literatura banal del sentimentalismo urbano. La alternativa residencial y urbana de los Grupos Obispo Esténaga, Virgen del Prado o Héroes Cabañero eran las contrapartidas del aserto de Eladio Cabañero “más Puertollanos y menos Almagros”. Mientras tanto, “la reconstrucción termina, no cuando se eliminan las ruinas, sino cuando la aristocracia financiera consigue rehacer la infraestructura económica. Así, el saldo provincial del período consta de diversas realizaciones: grupos de viviendas para funcionarios de Hacienda, de Indalecio Mosquera (1960); para funcionarios del INP, de Martínez Cabrera (1960); el Hospital Psiquiátrico, de Zacarías Malumbres (1961); o la Residencia de la Seguridad Social, de Garay y Garay (1964). Los casos más interesantes habría que fijarlos con… el nuevo pabellón de los Marianistas, de Luis Moya (1967) … Estas obras ofrecen una aproximación a la renovación formal iniciada, contrastando con el oficialismo restante, como son la escuela de Artes y Oficios, de Navarro Borrás (1961) o el Instituto Masculino de Ciudad Real, de Labrada (1963).
El papel asignado a esta arquitectura en expansión económica se entiende en relación con las estrategias económicas de producción de espacio, antes que desde una perspectiva cultural. Así la creación de nuevas viviendas supondrá el primer ámbito de intervención arquitectónica, a lo que se unirán las operaciones urbanísticas de microcirugías y la edilicia institucional, de una mayor representación formal, a través de la revisión histórica, los nuevos lenguajes tecnológicos y la masividad formal, representados en la Casa Sindical, de García del Castillo (1969) el Colegio Universitario, de Burgos Cid (1971); el edificio de Servicios Múltiples de Villamartín García (1971); el Ayuntamiento de Ciudad Real, de Higueras (1971); el Museo Provincial, de Luca de Tena (1974); o finalmente la Audiencia Provincial, de Velasco Viejo (1976). Modernidad entendida sistemáticamente por la renovación del viejo tejido urbano con aplicación de aprovechamientos edificatorios intensivos.
Mientras la presencia testimonial y solitaria de Eduardo Pinilla con sus inmuebles de vivienda, la repetición de Casares y Ruiz Yébenes con el INP (1972) y el Consultorio de la Seguridad Social (1978) son las tímidas páginas de una historia falta de un lenguaje propio.
En Ciudad Real, la Delegación Sindical trata de acometer la experiencia denominada “Hogar del Productor”, para ello solicita un informe de Telmo Sánchez que da cuenta de las dificultades para acometer el problema, con la base de su experiencia anterior al frente de las Sociedades de Casas Baratas. Los primeros trabajos producidos sistemáticamente son los de Roldán Palomo, tanto para la OSH como por la INV como para la Diputación…
Más fortuna se tiene con las 36 viviendas protegidas del Grupo Vicente Galiana (1943), o las actuaciones de Diputación del mismo año en los grupos de viviendas para funcionarios José Antonio y Generalísimo Franco… frente a esta visión urbana, las restantes actuaciones se van a producir en enclaves marginales de una periferia degradada carente de los mínimos servicios. Los orígenes de estos crecimientos espontáneos dictados por la urgente necesidad de resolver el alojamiento iban a configurar una secuencia de crecimientos urbanos ficticios.
Frente a este procedimiento de suturas parciales, hay que contraponer las realizaciones del Instituto de Colonización que parten de una visión de globalidad cerrada. La dignificación de la vida urbana sería una cuestión diferente pese a los intentos de realizar una ordenación global de las ciudades, primero a través de la Comisión Superior de Ordenación Urbana de 1950 y luego a través de las Comisiones Provinciales de 1954. La Comisión de Ciudad Real cuenta en 1954 con Luis Mosteiro como responsable técnico y con López Mateos como representante de la Dirección General de Arquitectura. El informe de 1956 refleja que se han formulado ya los Planes de Ciudad Real y que se hallan en estudio otros. La aparición este año de la Ley de Régimen del Suelo y Ordenación Urbana, venía a crear un marco jurídico unitario a las actuaciones urbanísticas, frente a la dispersión legislativa anterior. Conjuntamente con ello la pretendida institucionalización de la administración urbanística no pasaría de ser un empeño quimérico. El desfase entre la formulación de los planes y su puesta en funcionamiento supondría de entrada una de las grandes limitaciones de partida. La técnica urbanizadora vigente se caracterizaba por los denominados Planes de Ensanche – como el de Ciudad Real de 1958, documento de soluciones parciales –. La producción teórica sobre la ciudad plantea distintas cuestiones que requerirían un estudio detallado: la obsesión por perder el aire provinciano, la pasión por el incremento urbanizador y la defensa de las realizaciones modernizadoras, componen el tríptico sobre el que gravita la filosofía de la renovación. Bajo el título de “Asombrosa transformación de Ciudad Real en el aspecto urbano”, se podría leer en un número del Boletín de Información Municipal. El fondo de la loa era el marco referencial de los XXV años de paz. El trabajo “Ciudad Real. Estudio geográfico y económico” pretende ser no sólo una aproximación a la realidad provincial, sino un canto a las realizaciones del Régimen pues comenta que cifras estadísticas demuestran un mejoramiento absoluto y un ritmo de crecimiento considerable en relación a 1940.
El problema del alojamiento se había convertido simplemente en un problema numérico y estadístico negando lugar a otras reflexiones encaminadas a definir tipologías de habitación o a lograr fijar mínimos de calidad constructiva. La visión del interior de la vivienda modelo expuesta en la Feria de Muestras de Valencia de 1946 por el INV y amueblada por la OSH, es un fiel reflejo de la visión del hogar, presidido por los retratos de Franco y José Antonio flanqueando un crucifijo, dispuestos todos sobre una chimenea.
El preámbulo de la Ley del Suelo de 1956 fijaba algunas de las causas motivadoras de la difícil situación en que se encontraban las ciudades. Las citadas propuestas tendrían a nivel local su interpretación teórica a través del trabajo “Planificación de las ciudades”. De tal forma se clausuraba el salto de la muralla y la consiguiente expansión urbana que había sido esgrimida sesenta años atrás como panacea del alojamiento popular.
La estrategia de la producción de espacio edificado opera una clausura, que esgrimida en aras de cierta racionalidad en el crecimiento urbano, otorga rentas de acumulación a los solares interiores. Así el primitivo polígono de la Granja que contemplaba el Plan de 1963, fue objeto de un Plan parcial redactado por Cano Lasso y Fernández Alba en 1963, con una propuesta de ordenación de malla modular. El cambio de uso residencial a equipamiento público forzaba al espacio intramuros en la producción de alojamiento. El polígono del Torreón, es presentado como la solución total al problema de la vivienda en base a una urbanización modernísima. Pese a ello, en 1967, en el acto de entrega de 87 viviendas de la Cooperativa Cervantes, se deja claro el problema generado con la clausura de la construcción extramuros. La visión elocuente del plano urbano con la producción de alojamiento entre 1943 y 1970 da buena cuenta de las estrategias espaciales seguidas. Desde la conquista de la periferia en grupos oficiales del INV y de la OSH, a la colmatación del centro de la mano de la promoción privada. Si la implantación tipológica de la periferia opera con bloques abiertos en doble cirugía, la ocupación del centro se ejecutará con tipologías densas de manzana cerrada. El rendimiento edificatorio está dictado por la latitud de la calle que otorga altura a la edificación, razón por la que se produce el Plan de Alineaciones tendente sistemáticamente a conferir más latitud a las calles aun a costa de perder el trazado histórico de la ciudad. El contenido edificatorio que otorga el Plan Parcial del casco dentro de Rondas de 1968 era susceptible de alojar a 90.000 personas, funcionando tal razón como justificación de una progresiva densificación en zonas centrales, de forma que la tan necesaria renovación del viejo caserío que afeaba la población y dificultaba el tránsito se aplazaría veinte años. En todo caso la apuesta de la producción del espacio estaba en marcha, se trataba de llegar “a la ética por la estética”, de cualquier forma.
Años después Ciudad Real asistiría a un crecimiento sin igual favorecido por la instalación del Campus Universitario y la construcción del AVE – ya en 1992 – los que propiciarían un mayor desarrollo fuera de rondas, dando lugar a polígonos de enormes dimensiones y de una menor densidad de población. Pero, eso es otro capítulo de nuestra historia.
Una vez expuestos los rasgos y las causas que contextualizan el estado de la cuestión relativo a la memoria histórica, habría que plantear cuáles son los criterios a seguir y dónde debe trazarse la línea que marca que parte de nuestro pasado sea digno de homenaje o no, a través de elementos representativos como símbolos, edificios, calles, etc.
Sobre este estado de la cuestión, respecto a Ciudad Real, es lo que plantea discrepancias los casos del Grupo de viviendas Vicente Galiana – Jefe Provincial de la Falange en 1933 y uno de los fundadores de la Falange española de José Antonio –, el Pasaje de Gutiérrez Ortega – antiguo presidente de la Falange en Ciudad Real y fundador del diario Lanza – o la estatua al Alférez Provisional de Marino Amaya. Aunque a estos ejemplos habría que unir entre otros los de las calles de Belchite, Brunete, Gregorio Sánchez Puerta, José María Aparicio Arce o Julio Sousa, o la Plaza Fernando Merry del Val.
En este momento el debate generado, a nivel municipal, ha propiciado en los últimos meses la creación de una Mesa de Trabajo que determine cuáles deben ser las denominaciones de las vías y los símbolos teniendo en cuenta la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, y en ese período de estudio de la cuestión nos encontramos.
MANUEL CABEZAS VELASCO
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[1] véase podcast en http://www.ondacero.es/programas/la-rosa-de-los-vientos/audios-podcast/entrevistas/un-escritor-tras-los-expedientes-secretos-de-la-guerra-civil_20160718578ca9924beb2898948b3339.html
[2] Ministerio de Justicia: Causa General. La dominación roja en España. Avance de la información instruida por el Ministerio Público. Segunda Edición revisada. 1943. Págs. 11-12.
[3] ALÍA MIRANDA, Francisco: La Guerra Civil en retaguardia, Ciudad Real (1936 – 1939). Biblioteca de Autores y Temas Manchegos. Diputación de Ciudad Real. Área de Cultura. Ciudad Real, 1994.
[4] BUITRAGO OLIVER, Juan Carlos: “1936: Conspiración y sublevación en Ciudad Real”, pág. 302, en ALÍA MIRANDA, Francisco y ANAYA FLORES, Jerónimo (dirs.): I CONGRESO NACIONAL CIUDAD REAL Y SU PROVINCIA, Tomo I, Instituto de Estudios Manchegos (CSIC), Ciudad Real, 2015.
[5] BUITRAGO OLIVER, Juan Carlos: Op. Cit., y ALÍA MIRANDA, Francisco: Op. Cit.
[6] BUITRAGO OLIVER, Juan Carlos: Íbidem Cit., pág. 313.
[7] BUITRAGO OLIVER, Juan Carlos: Íbid. Cit., pág. 324.
[8] ALÍA MIRANDA, Francisco: Ibídem cit. Págs. 265 – 266.
[9] Así lo atestigua un entonces chiquillo llamado Blas López Prado en una entrevista realizada por Francisco ALÍA MIRANDA el 3 de noviembre de 1986: Ibíd. Cit. Nota 398. Pág. 278
[10] ALÍA MIRANDA, Francisco: Ibíd. Cit. Pág. 281.
[11] RIVERO SERRANO, JOSÉ: “4. ARQUITECTURA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA”, en CAÑIGRAL GORTÉS, LUIS DE, y LOARCE GÓMEZ, JOSÉ LUIS: La provincia de Ciudad Real (III): ARTE Y CULTURA. Págs. 177 – 258. Biblioteca de Autores y Temas Manchegos. Area de Cultura. Excma. Diputación Provincial. 1992. Ver también PILLET CAPDEPON, Félix: Geografía urbana de Ciudad Real. AKAL / UNIVERSITARIA. Madrid, 1984.
Las citas textuales deberían aparecer entre comillas. Si no será como él discurso de Melania Trump.
Don José Rivero:
Veo que te has detenido en mi artículo, algo que te agradezco.
Las citas textuales tienen su referencia bibliográfica, cuando ya no aparece es un resumen de ese contenido que pueden coincidir en algunos de sus términos, no en todos, aunque por lo que a ti respecta, los contenidos sí son claros y por eso te menciono como fuente.
Si hay algo que desees añadir, con sumo gusto te lo agradezco.
Un abrazo
Reescribir la historia no es hacer justicia. En el 36, por más que se empeñe usted, don Manuel, lo que sucedió es que media España se negaba a morir. Dejen de envenenar los ánimos y aventar odios; dejen de inventarse conspiraciones que nunca existieron; de contarnos Repúblicas «democráticas» devotas del crimen y la sangre. Lo que tienen que hacer los herederos de aquellos que nos condujeron consciente e intencionadamente a la Guerra Civil es pedir perdón, y callar. Y guarden sus hacedores y defensores esa infausta y totalitaria ley de Memoria Histórica junto a los cien millones de muertos que su ideología criminal ha regalado a la Humanidad. Dejen vivir en paz a los españoles de una puñetera vez.
Quienes «condujeron» a la guerra civil solo fueron los que la «declararon»: militares, curas, falangistas, carlistas y demás gente con uniforme que se levantaron contra el pueblo que habían jurado defender. No hay otra. No hay guerra si no se empieza, así que los curas fusilados fueron fusilados por aquellos que hicieron posible que se los fusilara: sus amigos y ellos mismos. Las cosas claras y el chocolate espeso.
Porque la guerra civil es el mejor sistema para arreglar las cosas de un país, si se exceptúan todos los demás.
Con respeto Don Angel, ha dicho mas de una barbaridad.
A nadie en su sano juicio le gustaria repetir una guerra civil.
Es tan sencillo admitir que los radicales de ambos bandos fueron mas alla de defender unas ideas, que justificaron actos horribles en base a ellas??
Sabemos que las ideas fueron un pretexto, y que los criminales no luchaban en la trinchera, lo hacían en la retaguardia, donde el valor y la humanidad, ya dificiles en una guerra, se «miden de otra forma».
Cómo los mas cobardes y las mentes criminales no se batian precisamente en trincheras…
La mejor crónica, escrita por un republicano por cierto, que lo describe:
A SANGRE Y FUEGO, de Manuel Chaves Nogales.
Ese fue el vergonzoso rostro de la guerra civil.
Una lectura obligatoria de este libro, y dejariamos la Historia, en manos de los historiadores, no en manos de tuertos interpretadores y manipuladores de ella.
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1936/06/17/015.html
Léase con atención la tercera columna. Nótese el pie de la segunda. Añádase el asesinato de Calvo Sotelo, líder de la oposición, a manos de la escolta de Indalecio Prieto. Y sirva todo ello para aclarar el párrafo de don Manuel: «Cuando en febrero de 1936 el Frente Popular ganaba las elecciones, las consecuencias en el bando perdedor fueron manifiestas: era necesario algún cambio de rumbo…»
Cuando pretenden matarte, un instinto natural te lleva a defenderte.
Eso dice el Abc, que ya sabemos qué defendía. ¿Y los otros periódicos?
Por demás, situaciones revueltas las hay muchísimas y muchísimas no han acabado en guerra civil. Solo los melancólicos de las guerras carlistas que escribían Galdós y Baroja poco antes las apetecían; se ve que en España no se puede aprender nada leyendo, sino solo por las malas.
Joder Don Ángel justificando el fusilamiento. No me lo esperaba. Y, de hecho, veo que ignora deliberadamente que unos meses antes, en Asturias, hubo miles de muertos en otro golpe de estado contra el gobierno legítimo de la República.
Sí. Ese que no gustaba a la otra mitad y por eso intentaron romper la baraja…
No justifico lo injustificable, y me gustaría que tú tampoco hicieras esas cosas.
«[..] así que los curas fusilados fueron fusilados por aquellos que hicieron posible que se los fusilara: sus amigos y ellos mismos.»
Es más que desafortunado, Don Ángel. Para hacérselo mirar…
Amén del carajal gramatical (e ideológico) con que lo adorna.
Un par de ilustraciones: curas fusilando en la plaza de toros de Calatayud (eso dicen):
http://hack3.tumblr.com/post/73974173264/iglesiaespa-ola
Y ciento y la madre más aquí, para los escépticos:
http://todoslosrostros.blogspot.com.es/2015_07_14_archive.html
De esos curitas, mejor salir corriendo y con chaleco antibalas.
Por demás, si queréis haceros lenguas de la tradición tolerante de la iglesia española, recordad a la Inqusición y cómo provocó la ruina filosófica, científica y ética del país durante siglos: no me deis las gracias, es todo mérito solo y exclusivo vuestro y de lo que defendéis.
Continúen con esta magnífica labor de exhumar retazos de Historia, continúen. La memoria es lo único que exorciza los demonios del pasado y saca de sus cloacas de falsos demócratas a los intolerantes a quienes sus abuelitos les enseñaron un cuento en el que Franco era un filántropo amante de la humanidad. Descubrir que el abuelo miente duele.Gracias, ha sido un placer leer este texto lleno de verdades. Y al que le duela, que se tome un paracetamol.
Gracias parmenides
Felicitaciones al autor del articulo. Ha hecho un gran articulo haciendo un recorrido historico que, yo por lo menos, desconocia.
La historia nunca debe pasar al olvido, para no cometer errores del pasado.
(…) El Frente Popular, desde que asumió el Poder, a raíz de las elecciones de febrero de 1936 — falseadas en su segunda vuelta por el propio Gobierno de Azaña, asaltante del mando político…
Extremo que se confirma, el FALSEAMIENTO de las elecciones en segunda vuelta de febrero de 1936, por el propio presidente de la República Alcalá Zamora.
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Espa%C3%B1a_de_1936#Alcal.C3.A1_Zamora
Fraude electoral que hay que analizar en su contexto:
1.- Desgaste del régimen alfonsino y sublevación republicana de Jaca de 12 de diciembre 1930.
2.- Elecciones municipales de 12 de abril de 1931 donde los republicanos ganan en la ciudad pero pierden en el campo.
3.- Instauración de la II República el 14 de abril de 1931.
4.- El 11 de mayo de 1931 ya se estaban quemando iglesias y conventos
5.- Sucesión de gobiernos de izquierdas y derechas.
6.- El 10 de agosto de 1932 se produce el primer golpe de Estado frente a la República, la Sanjurjada.
7.- Gobernando la derecha tras ganar las primeras elecciones con sufragio universal (FEMENINO), estalla el FALLIDO GOLPE DE ESTADO de Asturias en octubre de 1934 y proclamación del Estado catalán.
8.- Nuevas elecciones en febrero de 1936 que «gana» el Frente Popular.
Desórdenes, imposición ideológica, inestabilidad política, falta de respeto a las instituciones, asesinatos, desórdenes…
Tras la guerra una dictadura, antes una Pseudo-Democracia.
Revolucionarios frente a contra-revolucionarios. ESE FUE EL ESCENARIO.
Por lo demás, me ha gustado mucho el artículo, más objetivo que en otras ocasiones aunque se intuye ese interés revanchista.
Mi postura, o el REVISIONISMO ES TAMBIÉN FRENTE AL FRENTE POPULAR o aquí seguimos teniendo guerra para rato.
Agradezco al autor su ecuanimidad histórica y descripción de los trágicos hechos acaecidos los primeros meses de la guerra en nuestra capital. Justo es recordarlos como a las víctimas de la represión franquista. Describe a la perfección, lo desquiciada, quebrada y lo que se odiaban los españoles.
Pero la mayoria de los españoles, porque solo una minoría se significaba políticamente, se vio arrastrada por la contienda.
Tómese como ejemplo el ejemplo del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso, que combatió en el ejército republicano por vivir en esta zona y murió prisionero de los nacionales.
El resto del artículo, erudito y muy entretenido.
Muy interesante el artículo. Mis abuelos me hablaban de la persecución a la que fueron sometidos en Ciudad Real por el hecho de ser católicos, que tuvieron incluso que esconder a un cura en su casa para que no lo mataran y que hasta después de la guerra civil no pudieron bautizar a varios hijos.
Pues sí, una guerra fraticida en la que otros curas delataban a los que no eran del régimen, y de católicos que lo fueron muy poco durante y después de la Guerra.
Para todos hay. Solamente que a los ganadores les dieron honores, kioskos y puestos de funcionario; y a los otros aún los tienen en las cunetas. Ojalá y todos pudieran empezar a olvidar, pero para eso habría que un puntito en la boca a chusma como los que dicen que «algunos solo se acuerdan de sus padres en las cunetas cuando hay subvenciones».
Para olvidar hay que perdonar, y para perdonar hay que hacer justicia. Y aún no hemos llegado ni a la mitad del proceso.
La Iglesia conspiró desde el minuto uno ( antes incluso del 14 de abril del 31, e incluso más que los terratenientes , falangistas y demás chusma) contra la República. Léase a Tuñon de Lara , léanse con atención las
canalladas del cardenal Segura. Pena que muriesen párrocos bondadosos, que alguno ( pocos) había. Pero, como bien dice Angel Romera los responsables de esas muertes también son achacables a los golpistas y conspiradores. Lo demás es falsear la Historia.
Justificando la persecución religiosa eh?? Se empezó muy temprano, en mayo del 31, aún no habia ni tiempo para conspirar contra la República.
Lástima para ti que la Historia sea comprometedoramente independiente…
Luego está la decencia y la dignidad, que no justifica la muerte de nadie ni por sus ideas ni sus creencias religiosas.
Ya sabemos que algunos estais por encima de simplemente, la Humanidad, pero ya sabemos de qué pie cojeamos todos.
Una cosa es simpatizar y otra justificar.
Y Hobbes, católicos como progres los hay buenos y malos, como en todo. O desde cuando las ideas justifican la persona?? No, eso lo haran sus actos. Ya sabemos que hay gente que predica una cosa pero luego hace exactamente la contraria.
El fin tampoco justifica los medios.
Abiertamente simpatizo con los miles de católicos asesinados sólo por serlo. Fueron mártires de la Fe.
Y también lo hago por esos maestros de la Republica, y personas con convicciones laicas y republicanas, que sin haber cometido crimenes, los sufrieron tan solo por sus convicciones ideológicas. Ellos fueron también mártires del libre pensamiento.
Pero no fue todo tan fácil, muchas veces se asesinó por otras causas, ajenas al pensamiento o religión.
Los prejuicios y la maldad entre vecinos y familias, también se cebaron, las más de las veces, casos como el de Federico Garcia Lorca, protegido por una familia amiga falangista, o Muñoz Seca, encarcelado tan sólo por pertenecer a la burguesía conservadora, o aristócratas, artistas, cualquiera que en suma, fuera objetivo dentro de un programa de exterminio del adversario o sencillamente enemigo secular de la familia, en los pueblos los odios familiares han sido seculares.
SI SE HABLARA DE ELLO VOMITARIAMOS CADA VEZ QUE OYERAMOS DISCUTIR DE LA GUERRA CIVIL.
Los españoles tenemos mala sangre.
Parece que para A. M. solo murieron los católicos. Los otros son inmortales. Pues mira, majo, al menos siguieron muriendo 111.000 después de la guerra, porque no hubo reconciliación. Todavía hoy no la hay, prueba de ello esta discusión, que sería más blanda si la hubiera habido, y que seguirán haciéndose dentro de cincuenta años, porque la ignominia fue tal que es sencillamente imborrable.
Recordad por ejemplo las sacas: matar gente sencillamente porque no había sitio en las cárceles, por sorteo. ¡Qué motivo más plausible!
Todo fue horrible, qué parte del TODO no entiendes.
Aún crees que hay buenos y malos en una guerra civil??
Ayyy si los comunistas hubieran ganado la guerra….
Y eso si no contamos los asesinatos entre republicanos, esos también computan, y esos oficiales de Stalin haciendo purgas dentro del bando republicano (Nin).
¿Como en Paracuellos don Ángel? Lo de las sacas digo…
Y claro que hubo canallas en la Iglesia. Como en los sindicatos o en los que mataron a miles de personas en Asturias en 1934 sublevados contra el gobierno legítimo de la República…
Es usted el primero que aboga por la no reconcialiación. Yo por mi parte defiendo el reconocimiento de todas las víctimas.
Salud y Repíblica.
Gracias por leer mi articulo a todos. Aunque son los dogmatismos los que conducen a las guerras. Dixit
Censor leete el discurso de Calvo Sotelo en las cortes el dia anterior a su asesinato.
Seguro ‘justificó’ su asesinato y la amenaza de muerte de la Pasionaria precedente.
El artículo me desconcierta. No por la información que da (el medio) sino porque no entiendo adonde me guía (el fondo). La información sobre el periodo entre 1936 y 1939 me parece exahustiva y muy interesante, tanto, que no entiendo la pormenorización sobre dichos episodios frente al dato casi imperceptible de que «El primero de abril la guerra finalizaba. A partir de entonces comenzaba una dura y duradera represión, que se cobró varios miles de víctimas. Sólo en la capital éstas ascendieron a 988.» A eso se reduce la respuesta del régimen al otro bando en este artículo.
Después se hace una especie de elogio al fín de la autarquía de más de 20 años, como si ello hubiera supuesto el final de las desgracias y los traumas de la guerra civil. Para terminar hablando de arquitectura y de la disensión sobre los cambios de los nombres de las calles.
Evidentemente, cada uno es libre de sus opiniones, sea en forma de artículo o en su forma de opinión sobre el mismo. Creo que hubiera dado el asunto para dos artículos, uno sobre arquitectura, y otro sobre la guerra civil en Ciudad Real, muy interesantes.
Gracias Antonio Fernández por tu comentario. Pero se trataba de contextualizar como genera la ley de memoria histórica en algunos aspectos relativos al callejero y patrimonio ciudarrealeños. A buen seguro que resulta desigual en muchos aspectos pero las críticas constructivas son siempre bienvenidas -no como algunos comentarios precedentes. La idea no era contar la guerra civil y el franquismo en ciudad real, eso puede ser en otro momento. Gracias por el apunte.
Y a los demás por participar, pues a buen seguro que si no hubiesen tantos dogmatismos se evitarían muchas guerras. Buenas madrugadas
Muy buen artículo!!!! Enhorabuena!!!
El Convento de la C/ Calatrava creo que en guerra fue usado como hospital de sangre
En Alemania los que culpan a los judíos de los campos de concentración, los que dicen que Hitler no tuvo mas remedio que defenderse de la conspiración judía internacional, tienen un nombre FASCISTAS.
En España los que dicen que Franco no tuvo más remedio que dar un golpe de estado para acabar con los desmanes de la republica,tienen el mismo nombre que en Alemania FASCISTAS.
El antifascismo en Europa es el ADN de la democracia, aquí ser antifascista es ser miembro de una tribu urbana.
El autor hace una descripción pormenorizada de la «barbarie roja»,para después pasar a resumir 40 años de dictadura FASCISTA ( se dice así; no totalitaria) con este párrafo:
«El primero de abril la guerra finalizaba. A partir de entonces comenzaba una dura y duradera represión, que se cobró varios miles de víctimas. Sólo en la capital éstas ascendieron a 988.
Consecuencia de este conflicto bélico fue el sistema totalitario conocido como franquismo.»
Espero ansiosamente la segunda parte de este articulo en el que nos pormenorice los cuarenta años de represión, de adoctrinamiento, de fomentar el odio a los vencidos, de curas fascistas, de nacional catolicismo, de venganzas cotidianas, de miseria colectiva, en fin 40 años de la Dictadura fascista mas longeva del mundo.
España solo se puede entender si entendemos que ha sufrido 40 años de Fascismo, cosa que no ha sufrido ningún país del mundo, salvo Portugal.
Gracias Javier por tus comentarios. Espero que el artículo en sí genere debate, aunque no animadversión, pues somos presos de nuestro pasado, le guste a quien le guste, y ha habido un período demasiado largo en el que las cosas estaban demasiado maniatadas, y hay que ver con una mayor perspectiva y objetividad los hechos, no interpretándolos desde un único prisma, como algunos todavía defienden.
Por lo que respecta a una segunda parte, lo dicho, hace falta más perspectiva, y en este caso el conflicto de la incivil sirvió de ejemplo para contextualizar el debate que genera la ley de memoria histórica, aunque gracias por el apunte, y más adelante se planteará una reflexión más profunda sobre el período 1939-1975.
Siento utilizar nuevamente este artículo para recordar a alguien que ya se fue. Se llamaba Blas López Prado, y los que hayáis leído atentamente este artículo aparecía entre las citas al final del mismo puesto que había perdido a su propio hermano en la guerra in-civil. Sirva este pequeño comentario para honrar su memoria, lejos de cualquier sesgo ideológico. Se ha ido un amigo, a buen seguro no sólo mío.
Descansa en paz, amigo.